
En un hospital de Bucaramanga se llevó a cabo una cirugía que ha hecho historia en Colombia: se trata de la primera intervención que busca tratar la depresión en una paciente, identificada como Lorena Rodríguez. Quien la hizo fue el neurocirujano William Omar Contreras, quien, a raíz de varias investigaciones, logró realizar esta operación en el país. El médico habló con Noticias Caracol y contó detalles del procedimiento que él llevó a cabo.
“Es importante mencionar que la cirugía de depresión, que se llama psicocirugía, data desde 1930 cuando se hicieron las primeras lobotomías que consistían en destruir tejidos, las conexiones que iban desde el tálamo hasta las cortezas prefrontal y frontal. pero que fue en el tiempo un gran fracaso porque los pacientes quedaban con grandes lesiones como incontinencia urinaria, como problemas para tener iniciativa, para el control de los impulsos. La tecnología ha evolucionado y lo que nosotros hemos hecho es por primera vez colocar cuatro electrodos estimulando seis circuitos cerebrales para no solamente tratar la depresión, sino los síntomas asociados de la depresión en una paciente joven de 38 años, que desde los 17 años venía con una anhedonia, o sea, no sentía placer con absolutamente nada y tenía mucha dificultad para poderse levantar y asumir la vida”.
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Agregó que la paciente presentaba “un vacío emocional profundo, una tristeza y una ansiedad llevadas a los extremos y el deseo de no vivir más y sentir que uno no es capaz con la vida”.
¿Qué es la depresión?
El doctor Contreras explicó que “la depresión es una enfermedad, no es falta de carácter y no se trata echándole ganas. La depresión es una condición que requiere el manejo de tratamiento farmacológico a través de los antidepresivos y terapias neuropsicológicas que nos ayudan a mejorar a la gran mayoría de los pacientes, pero hay un grupo de pacientes que no mejoran aún con estas terapias y aún con el uso de varios protocolos de antidepresivos. Estos pacientes no encuentran salida y muchos de ellos terminan en el suicidio. Cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo relacionado con la depresión. Es como si hay sectores que tienen un hipometabolismo, no están funcionando bien. Por eso es que, por definición, no es echarle ganas”.
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En cuanto al procedimiento, narró que “en Canadá, hace un par de años, se desarrolló la técnica de estimular porque se dieron cuenta que lo que pasaba era que existían circuitos cerebrales que se apagaban. Es como si el cerebro fuese una gran ciudad y se fuera la luz en varios barrios. Entonces, funciona a través de chips electrodos que se colocan en el cerebro, son como arroces”.
Indicó que “la novedad es que por primera vez se estimulan más de dos circuitos. En realidad, son seis circuitos, seis estructuras, seis vías. Imagínese que el Waze del carro son seis avenidas, seis circuitos que estamos estimulando para no solamente tratar los síntomas de depresión, sino los que están asociados. Específicamente, en esta paciente, ella tenía un gran sentimiento de culpa y, además, una gran ansiedad y unas ideas obsesivas. Entonces, hay que tratar varios circuitos. Es como una ciudad que se está incendiando en varios sitios. Entonces, no se puede tratar en un solo lugar como se había propuesto hasta ahora. Proponemos tratarlo en diferentes circuitos y guiados por tractografía, que es dibujar en resonancias cerebrales para poder dirigir los electrodos justo a donde esa paciente lo necesita”.
¿Por qué la cirugía contra la depresión se hizo con la paciente despierta?
El neurocirujano explicó que “durante la cirugía se hace un registro electrofisiológico de la actividad de las neuronas que nos permite saber con precisión en dónde estamos ubicados, pero además pasamos corriente antes de colocar el electrodo definitivo y podemos ver la respuesta. Entonces, hay pacientes que pueden tener efectos secundarios, como por ejemplo eh miedo vómito, etcétera, y no queremos dejar los electrodos ahí o lo que buscamos que son respuestas positivas como alegría, sensación de placer, una gran tranquilidad, que son sensaciones que el paciente siente inmediatamente”.
¿Cómo funciona el neuroestimulador?
El neuroestimulador, según el neurocirujano, "es una batería que está conectada por unas extensiones a una punta de silicona que tiene unos contactos metálicos y pasa energía eléctrica realmente, amperaje o voltaje. Esta energía uno puede decidir cómo la entrega, cuántas veces por segundo, con qué intensidad, con qué cantidad de energía. Y es diferente la programación en los pacientes y en las patologías. Hay patologías en las que necesitamos bajas frecuencias de 10 Hz y otras en las que necesitamos altas frecuencias hasta de 180 Hz, como es el caso de la depresión”.
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Puntualizó que el neuroestimulador “es un dispositivo que actualmente se ha mejorado y nos permite entonces tener cuatro puertos para poder implantar cuatro electrodos. Se necesita un gran conocimiento de la neuroanatomía, estudios que nosotros hemos hecho previamente de microdiálisis cerebral, donde a través de cánulas sacamos neurotransmisores del cerebro de pacientes para saber cuáles son los neurotransmisores que están involucrados. Específicamente en depresión, está involucrada la dopamina, la serotonina y la noradrenalina. Entonces, esos análisis previos nos han permitido poder crear hipótesis para saber exactamente y de manera individualizada cuáles son los síntomas que tiene la paciente y cómo podemos atacar más esos síntomas, porque hay pacientes que tienen depresión, pero además trastorno compulsivo y hay pacientes que tienen depresión, pero sobre todo ansiedad”.
Finalmente, el ceurocirujano William Omar Contreras manifestó que la cirugía para tratar la depresión "no es una cirugía hecha para cualquier paciente que sienta tristeza. Tienen que ser pacientes que ya han pasado por todos los protocolos de manejo farmacológico y terapéutico y que sigan con una depresión que les está alterando su calidad de vida".
CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOL
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