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Sobrevivió a caída de octavo piso en Bucaramanga: "Una oportunidad para apreciar la vida"

Los doctores que han cuidado a Santiago Arrieta, de 19 años, desde que sufrió la caída de un octavo piso, afirman que su particular caso es un “milagro”, pues vivió para contarlo.

Joven que sobrevivió a caída de octavo piso en Bucaramanga es todo un milagro médico

Esta es la historia de Santiago Arrieta, un joven de 19 años, de Bucaramanga, Santander, que sobrevivió a una caída desde un octavo piso. Él estuvo en UCI, tuvo siete cirugías y logró sobrevivir.

El accidente ocurrió en el mes de febrero de 2024, cuando cayó de manera accidental desde el octavo piso del edificio donde residía.
Jimena Gómez, mamá de Santiago, contó que a ella le informaron que “mi hijo había salido a comprar algo al supermercado de la esquina, que olvidó las llaves y que quiso entrar por la ventana de la cocina y resbaló”.

La caída a 20 metros de altura le produjo fracturas en varias partes del cuerpo que, por más de un mes, lo mantuvieron entre la vida y la muerte.

El parte médico de Santiago era desalentador


“Cuando los médicos nos manifiestan que Santi está muy delicado, yo agarro a mi esposo y le digo: ‘tengo miedo, tengo mucho miedo, pero tengo fe’”, recalcó doña Jimena.

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El médico Luis Alberto Salazar, coordinador del Instituto de Ortopedia HIC, resaltó que debido a la gravedad del accidente, Santiago tuvo “múltiples lesiones de alta complejidad, severas, con un compromiso de todo el estado general del paciente”.

Según las estadísticas, menos del 10% de las personas que tienen este tipo de caídas logran sobrevivir. Con este pronóstico, los médicos del HIC iniciaron un plan para mantener con vida al joven. Este consistió en “realizar en total siete cirugías en este paciente, con intervalos de más o menos ocho días”.

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Doce especialistas estuvieron al frente de su recuperación y gracias a ellos, dice Santiago, tiene una nueva oportunidad de vida.

“Para mí estar en este mundo después de lo que me pasó significa una oportunidad para aprender a apreciar más mi propia vida y, pues, esta situación me ha hecho incrementar mis ganas de vivir, de hacer todas las cosas simples que antes podía hacer y no valoraba que podía hacer”.

Ya recuperado, Santiago volvió a su casa apoyándose en un caminador. Este es un regreso lleno de esperanza y amor.

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