
Hace justo un año, dos protagonistas del saqueo a la Unidad de Gestión de Riesgo (UNGRD) trataron de torcer el expediente más escandaloso que ha sacudido al Gobierno de Gustavo Petro. Se trata del exsubirector de la UNGRD Luis Carlos Barreto y del abogado y exdirigente político de Cundinamarca Édgar Riveros. La evidencia de esta maniobra para tratar de silenciar a los testigos estelares del caso quedó documentada en varias horas de audio en poder de la Fiscalía y en este video, hasta hoy inédito, conocido por la Unidad Investigativa de Noticias Caracol.
La grabación de ese encuentro ocurrió el 31 de julio de 2024 y tuvo una duración de dos horas. Barreto y Riveros trataron de sobornar al exdirector y exsubdirector de la UNGRD, Olmedo López y Sneyder Pinilla, respectivamente, piezas claves en el proceso por cuenta de sus delaciones. Para ello, días antes, el 26 de julio, habían contactado a Gustavo Moreno, abogado de Pinilla, para ofrecerle a los exdirectivos de la unidad 13.000 millones de pesos a cambio de que se retractaran de sus confesiones ante la justicia y no hablaran de más contratos torcidos. Ese dinero saldría de varios contratos que Barreto y Riveros tenían amarrados en La Guajira por casi 100 mil millones de pesos.
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Ese mismo 26 de junio Sneyder Pinilla y Gustavo Moreno denunciaron el soborno ante la Fiscalía, pero acatando instrucciones del ente acusador le siguieron el juego a Riveros y Barreto para poder documentar este delito. Fue el inicio de un operativo judicial en el que se grabaron los demás encuentros. Entre ellos, este del 31 de julio del año pasado. Para ese momento Gustavo Moreno ya tenía una agencia encubierta bajo el código 84A529 y trabajaba de la mano de agentes del CTI. Ese día, de hecho, tenía bajo su chaqueta negra una grabadora que estaban monitoreando en tiempo real los investigadores y cuyo roce se puede oír en un audio: "Bueno, primero me tomo la palabra. ¿Por qué estamos acá? El doctor Édgar me pidió el favor, me planteó un tema que ya usted lo va a escuchar directamente de él", dice Moreno.
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La cámara que grabó la reunión estaba escondida en un bafle ubicado al lado de dos materas, y al frente de la mesa en la que se sentarían a hablar Barreto, Riveros, Pinilla y Moreno, en un salón reservado ubicado en el piso 19 del Hotel Double Tree by Hilton de Salitre, en Bogotá. Previamente al encuentro monitoreado, el abogado Moreno y el investigador se aseguraron de que todo estuviera listo. Minutos después, mientras Pinilla revisa su celular, llegan Moreno, Barreto y Riveros. Estos dos últimos saludan muy efusivamente a Pinilla.
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De entrada, Luis Carlos Barreto trata de romper el hielo diciéndole a Pinilla que jamás tuvo problemas con él en la UNGRD. "De todas formas la parte que me tocó a mí fue una parte muy compleja, ¿no? Y seguramente al parecer eran cosas en las cuales yo estaba actuando pues como si yo fuera en contra de sumercé, cierto, pero lo cierto es que eran las directrices del doctor Carrillo. Y el doctor Édgar es testigo de todo lo que está diciendo el doc y también de las veces que yo le mandé razón con Llanos, con el arquitecto que no se pudo comunicar con usted, con Javier (inaudible), ya después se complicó un poco más el tema cada vez que iban sacando las vainas que iban saliendo de forma mediática, pero pues no es un tema personal, nunca fue un tema personal y yo creo que esto no es personal, ¿no? Yo nunca tuve ningún inconveniente con sumercé", dice Barreto.
Pinilla le contesta en ese mismo sentido: "Ya lo que pasó, pasó, marica, y vuelvo y le repito, o sea, yo lo menos que quiero es generar más enemigos, sí, porque ya suficiente tengo con todos los enemigos que hoy día tengo, a mí me han hecho la vuelta, tratado de hacer muchas cosas por todos lados, no es fácil pelear contra el Gobierno".
En ese momento interviene el abogado Édgar Riveros y para tratar de ganar confianza con Pinilla, confiesa que él también antes tuvo líos con la justicia, que incluso apareció en el computador del jefe paramilitar Jorge 40, pero que algunos buenos amigos lo sacaron del apuro: "Yo era muy cercano a varios senadores y hubo un escándalo por parapolítica, entonces quien era el encargado de manejar en ese entonces todo el tema contractual y las partidas de ellos y todo era (inaudible), entonces yo aparecí en el computador de Jorge 40 y tal, y yo me vi con Jorge 40 y cuadraba, negociaba, sí, yo me encargaba de todo, entonces por supuesto pues era el hombre clave en esa situación. Sin embargo, pues yo en ese momento no opté por hablar de ninguno de esos porque conté con amigos que bien o mal me sacaron a la fuerza del proceso".
Con el correr de los minutos, todos fueron entrando en materia. Édgar Riveros confesó que varios de los contratos amarrados en La Guajira eran suyos, pero que estaba teniendo líos porque debido al escándalo el nuevo director de la UNGRD, Carlos Carrillo, había congelado el desembolso de los giros a los contratistas: "Entonces esto les dio argumento a ellos para decir no pagamos porque esto posiblemente puede estar viciado de una ilegalidad, entonces los perjuicios pues económicos pa todo el mundo son grandes. Entonces yo le decía al doctor Gustavo, manejémoslo de la siguiente manera (inaudible), procuremos sacar esos 100 mil del tema jurídico".
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Riveros se refería a que Pinilla no continuara destapando la corrupción en esos contratos en La Guajira que sumaban casi 100 mil millones de pesos y que incluían el manejo de pozos y plantas desalinizadoras. Solo esos dos contratos sumaban 47 mil millones de pesos. Fue ahí cuando Riveros hizo explícito el soborno: "Entonces yo digo, para evitarnos todo este ‘tramaje’ y pelea jurídica y mientras tanto nosotros perjudicados, hermano por qué no, yo le decía al doctor Gustavo, por qué no sacamos esos 100 mil del tema que ustedes tienen (inaudible) a cambio de qué, si nos giran lo de plantas nosotros sacamos de ahí y les pagamos a ustedes (…) un 5% para que tengan ustedes porque van a necesitar recursos".
Pinilla, siguiendo las instrucciones de la Fiscalía y de su abogado en esta operación encubierta, pidió que le especificaran con detalle la propuesta: "Serán 42 mil y el otro es el de 5.000. ¿O sea sería cuánto el porcentaje? El 5 de eso, o sea son como 3.000".
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Riveros hizo énfasis en que debían coordinar sus versiones ante la justicia para ocultar con éxito la corrupción en la entidad. En ese momento salió a relucir en la charla el nombre de César Manrique, exdirector del Departamento Administrativo de la Función Pública, señalado por los testigos como otro de los dueños de los contratos por 100 mil millones en La Guajira. Esta semana un juez decidió enviar a prisión a Manrique por presuntamente haberse apropiado de 3.000 millones de pesos de un soborno en estos negocios. Ese dinero se lo habría entregado Luis Carlos Barreto, la ficha de Manrique en la UNGRD. En el video Barreto dice que tiene que ser muy inteligente en su trato con Manrique.
"Pero lo que le digo, a mí me toca jugar inteligentemente ahí con el man, porque yo lo único que sí he sido es sagaz en ese tema", se escucha a Barreto.
El exfuncionario llegó a decir que si todo salía bien, es decir, si Sneyder y Olmedo dejaban de hablar y lograban tapar la corrupción, pues él trataría de victimizarse y ver cómo podía recogerlo el Gobierno en otro cargo.
"Para ser honestos, sí, creo que si podemos sacar esto al final yo puedo victimizarme un poco y aprovechar los dos años que quedan de Gobierno, pero también me toca ser muy prudente, hermano (...) si Dios permita que eso salga bien, pues ya me recogen en algún lado y ya sin tanta boleta", afirma Barreto.
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Y para concretar el soborno, Barreto le dijo a Pinilla: "Entonces yo le doy la garantía, sí, usted sabe que yo en lo que he estado con sumercé he sido, lo que yo digo lo cumplo, sí, yo no soy un man que mi palabra la incumpla y le doy la garantía con el doctor Édgar de que todo se hace muy bien".
Al final del encuentro, cuando ya reinaba la confianza, Barreto se despachó contra el actual director de la UNGRD, Carlos Carrillo: "Es que lo que pasa es que nosotros todos los que estábamos ahí en la Unidad en el tiempo de olmedo (...) Somos de provincia, sí, tenemos otra forma de ver. Todos los que llegaron son unos yuppies y unos yuppies marihuaneros. Carrillo ese es regomelo", afirma Barreto.
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Con ocasión de estas evidencias, la Fiscalía capturó el 5 de septiembre pasado a Luis Carlos Barreto y al abogado Édgar Riveros. Barreto aceptó el soborno y pidió pista para cooperar con la justicia. Hoy tiene un principio de oportunidad, pues se volvió testigo contra su exjefe político César Manrique, hoy procesado por concierto para delinquir, peculado por apropiación e interés indebido en la celebración de contratos. Por su parte, el abogado Edgar Riveros está procesado por soborno, suscribió un preacuerdo aceptando estos hechos y está detenido en la cárcel la modelo a la espera de ser condenado.
Este video inédito que hoy revela este noticiero demuestra los alcances de varios protagonistas del caso que solo fueron a prisión cuando intentaron obstruir a la justicia. Aunque Olmedo López y Sneyder Pinilla los habían delatado con lujo de detalles mucho tiempo antes.
UNIDAD INVESTIGATIVA NOTICIAS CARACOL