
El 28 de octubre del año 2024, Bogotá fue testigo de uno de los crímenes más atroces registrados en los últimos años. En una vivienda del barrio Las Ferias, Darwin Felipe Beltrán fue señalado de asesinar a sus dos hijos, Susan Camila, de siete años, y Santi Esteban, de cuatro. El caso, que conmocionó al noroccidente de la ciudad y al país entero, hoy se encuentra en una etapa crucial del proceso penal. Mientras la defensa del acusado insiste en que Beltrán no comprendía lo que hacía debido a un trastorno mental, la madre de los menores, Paola Ramírez, y su defensa sostienen que fue un acto premeditado y exige una condena ejemplar. Séptimo Día conoció en que va la investigación.
Los vecinos del barrio Las Ferias aún recuerdan con horror ese 28 de octubre del año pasado. La escena que encontraron las autoridades al ingresar a la vivienda fue desgarradora. “Una niña de aproximadamente 6 años y un niño de aproximadamente 3 años tendidos boca arriba, sin vida en la cama principal”, relataron las autoridades que atendieron el caso.
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La Fiscalía identificó a Darwin Felipe Beltrán como el presunto responsable del doble homicidio. Según las investigaciones de la Fiscalía, el crimen ocurrido en venganza contra la madre de los niños, quien días antes le había comunicado su decisión de terminar la relación.
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El relato de Paola Ramírez, mamá de los niños
Paola Ramírez, madre de Susan y Santi, ha recordado una y otra vez los minutos previos al crimen. “Yo tenía la esperanza que todavía tuvieran signos, pero no. Cuando ingresó el médico, eso que no, que ya no había nada que hacer”, relató con dolor.
Ese día, Paola estuvo fuera de casa durante solo 32 minutos, pero nunca imaginó que su expareja pudiera hacerles daño a sus hijos. “Fue perderlo todo y volver a empezar de cero. Ahí obviamente el mundo se me cayó, se me derrumbó”, dijo.
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Para ella, no hay duda de que Darwin actuó con conciencia. “Él era consciente porque él me grita por la ventana dos veces 'Paola, maté a los niños’. Reconoce que eran los niños. Me muestra niño por la ventana incluso y todo”, relató.
Paola recuerda a Darwin como un hombre amable y buen padre en los primeros años de relación. Sin embargo, asegura que, con el tiempo, la convivencia pasó a ser violenta y tóxica. El 19 de octubre, nueve días antes del crimen, Paola le dijo su decisión de separarse definitivamente.
Ese anuncio, según la Fiscalía, habría sido el detonante del crimen. “Atacó a los niños por hacerme daño a mí, porque no quería ya estar más con él, porque ya le había dicho que no más a la relación”, afirmó Paola.
La defensa busca declarar inimputable al acusado
A pesar de las pruebas presentadas por la Fiscalía, la defensa de Darwin Beltrán busca evitar que sea enviado a prisión. El argumento principal es que el acusado sufre de trastornos mentales que le impidieron comprender la gravedad de sus actos.
Darwin fue diagnosticado en 2017 con trastorno psicótico agudo y esquizofrenia. Estaba medicado y tuvo varios ingresos clínicos. Su abogado, Gildoberto Vela, afirmó que “tenía crisis psicóticas que no le permitían comprender su actuar”.
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La defensa incorporó la historia clínica de Darwin al proceso y pretende demostrar que, en el momento del crimen, el acusado se encontraba psiquiátricamente enfermo. “Pues se pretenderá demostrar, señoría, en el juicio que, para la fecha de los hechos, el señor Darwin Felipe se encontraba psiquiátricamente enfermo”, añadió el abogado.
Mientras la defensa insiste en la inimputabilidad, Paola Ramírez y su abogado, Miguel Ángel Ruiz, rechazan estas declaraciones pues creen que fue un acto premeditado.
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Paola asegura que, incluso en sus crisis mentales, Darwin no perdía la conciencia.

Mamá del señalado reveló lo que él le ha dicho
La madre de Darwin, Gladis Beltrán, también habló con Séptimo Día. “Yo cuando voy a la visita, lo veo y le digo papi, ‘¿sumercé no se acuerda?’ y me dice ‘mamá, si yo adoraba a mis hijos’. Dice ‘yo no me acuerdo, mamá. Yo tuve como una laguna mental, yo no sé qué fue lo que pasó’”, relató.
Su hermana, Katerine Beltrán, también defiende la presunta inimputabilidad. “¿Para la Fiscalía la sevicia con la que fueron asesinados los niños demuestra que Darwin, que su hermano sí estaba consciente? Para nosotros no, porque no es una persona que está consciente, no es una persona que no tenga ningún trastorno”, afirmó.
“Que se evalúe sus historias clínicas, que él pague su condena sí, pero que sea justo para ambas partes”, insistió.
Lo que sigue en el caso
De acuerdo con el informe forense, ambos niños murieron por múltiples heridas y lesiones: Susan Camila tenía 21 heridas con arma cortopunzante y Santi Esteban un politraumatismo con trauma craneoencefálico y facial severo producto de golpes severos y contundentes.
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La Fiscalía le imputó a Darwin Felipe Beltrán el delito de homicidio agravado y solicitó que fuera enviado a prisión por considerarlo un peligro para la madre de las víctimas. La pena podría estar entre 33 y 50 años de cárcel.
Sin embargo, el acusado no aceptó cargos y su defensa insiste en que debe ser declarado inimputable. Un examen psiquiátrico que Medicina Legal debe realizarle al acusado es clave en este caso.
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En casos como este, tener un diagnóstico previo de una enfermedad mental, según expertos, no basta. Lo que debe probarse en un juicio es que justo en el momento del crimen ese trastorno estaba activo y le impidió comprender la gravedad de su acto. Sin embargo, la familia del acusado insiste en que los crímenes fueron producto de su enfermedad mental.
Séptimo Día le solicitó una entrevista a Darwin Beltrán para conocer su versión de los hechos, pero a través de su abogado Gildoberto Vela, respondió que no daría declaraciones pues teme por su vida. En juicio se determinará su responsabilidad en este caso que enlutó a Bogotá en el 2024.