
¿Qué tienen en común personas de lugares tan distintos como Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia) o Nicoya (Costa Rica)? A pesar de sus diferencias culturales, estas comunidades concentran una inusual cantidad de personas que superan los cien años con buena salud. En un análisis comparativo basado en datos procesados por los sistemas de inteligencia artificial ChatGPT, Gemini y Copilot, se identificaron cuatro factores de estilo de vida que se repiten con consistencia en estas llamadas "zonas azules".
Estas herramientas señalan que, aunque la genética influye en la longevidad, suelen tener un mayor peso los hábitos diarios como caminar más, reducir el consumo de carne, fortalecer vínculos personales o dormir con regularidad, entre otros, que pueden convertirse parte de la rutina. Por ejemplo, expertos de National Geographic, ya habían hecho un estudio en el que daban a conocer que la clave de vivir más de 100 años podría estar en un país latinoamericano: Nicoya, Costa Rica, ciudad caracterizada por tener hábitos saludables entre sus habitantes.
Los sistemas de inteligencia artificial utilizados para este análisis recopilaron datos de estudios académicos, observaciones etnográficas, entrevistas a expertos y publicaciones de organismos como la Organización Mundial de la Salud. De acuerdo con los datos recogidos, el procesamiento de información permitió identificar estos factores como los más consistentes en estas zonas mencionadas.

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Alimentación saludable
Las herramientas coinciden en que el primer hábito es la alimentación saludable y sostenible. Lo que son los alimentos de origen vegetal, como las legumbres, cereales integrales, frutas, verduras y frutos secos, son una de las bases principales para constituir calidad de vida si son consumidos de manera habitual. En contraste, alimentos como la carne roja y los productos ultraprocesados, deberían reservarse para ocasiones puntuales y comerse en cantidades mínimas.
Algunas poblaciones, como la de Okinawa, practican incluso el "hara hachi bu", una técnica que consiste en dejar de comer cuando se siente un 80% de saciedad, lo cual también incide en el control del peso y la prevención de enfermedades metabólicas. En general, los modelos de inteligencia artificial dieron los siguientes consejos a personas que quieran tener vidas más saludables por medio de la alimentación:
- Consumir más frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos y legumbres, y reducir el consumo de carnes rojas.
- El control del consumo de sal también es un factor importante.
- Considerar prácticas como el ayuno intermitente o la restricción calórica con asesoría profesional.

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Hacer actividad física
El segundo hábito identificado por estos modelos es la actividad física, pero no en el sentido tradicional de hacer ejercicio en un gimnasio, puesto que los habitantes de las zonas azules no suelen ir a estos lugares ni participar en rutinas deportivas intensas. En cambio, el movimiento está integrado a sus labores cotidianas: caminar, cultivar huertas, realizar tareas del hogar y desplazarse sin vehículos son parte de su rutina, lo que mantiene al cuerpo en funcionamiento constante sin necesidad de entrenamientos formales.
Por ejemplo, caminar a paso ligero durante 75 minutos a la semana puede añadir hasta dos años de esperanza de vida a quienes eran completamente sedentarios. Tener inactividad prolongada, como estar sentado por largos periodos, tiene efectos nocivos sobre la salud que no se compensan solamente con hacer ejercicio una vez al día. Es decir, ir al gimnasio una hora no anula el daño de permanecer sentado ocho horas. Las recomendaciones de las herramientas de IA, son las siguientes:
- Levantarse y caminar al menos cada 30 minutos.
- Buscar excusas para moverse: hablar con un colega cara a cara en vez de enviar correos, o bajarse una parada antes en el transporte público.
- Establecer una rutina de ejercicio moderado diario de 30 minutos.

Tener una vida sociable
Las personas longevas tienden a tener redes sociales sólidas, tanto familiares como de amistad. La convivencia multigeneracional es común en culturas como la japonesa y la costarricense, en las cuales los modelos identificaron conceptos como el ikigai o el "plan de vida", que proporcionan un propósito claro para seguir adelante. Personas mayores de 65 años que participan diariamente en actividades sociales tienen tres veces más probabilidades de vivir cinco años más que quienes llevan una vida aislada.
Por otro lado, el estudio afirma que las personas que quieran llevar una vida longeva también deben evitar el estrés crónico, que ocurre especialmente en la infancia (como el abandono, el abuso o la pérdida de un progenitor), pues puede dejar "marcas duraderas en el cuerpo a nivel celular", lo que podría elevar los niveles de inflamación y asimismo acelerar el deterioro físico y elevar el riesgo de enfermedades. Por el contrario, una mayor resiliencia emocional se asocia con menor mortalidad.
- Practicar técnicas de manejo del estrés como la meditación, el yoga, la respiración profunda o cualquier actividad relajante que ayude a reducir los niveles de estrés.
- Mantener conexiones sociales fuertes, una actitud positiva y resiliente son también factores psicológicos que se asocian con una mayor longevidad.
- Tener un propósito en la vida que proporcione la motivación suficiente para seguir adelante.

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Dormir bien
Las rutinas de estas comunidades incluyen también pausas regulares, como siestas cortas o momentos para meditar y reflexionar. Además, los patrones de sueño suelen ser constantes, con horarios regulares y una buena calidad del descanso. La reducción de estímulos nocturnos, la desconexión tecnológica y la integración de rituales de cierre del día contribuyen a que el cuerpo y la mente puedan recuperarse adecuadamente. Algunos consejos incluyen:
- Mantener horarios estables incluso los fines de semana.
- Evitar pantallas al menos una hora antes de acostarse.
- Crear un ambiente para dormir que sea oscuro, silencioso y con temperatura adecuada.
VALENTINA GÓMEZ GÓMEZ
NOTICIAS CARACOL
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