Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Publicidad

¿Se dice vaso de agua o vaso con agua? La RAE explica cuál es el uso correcto

Frases como “un vaso de agua”, “una taza de café” o “una botella de jugo” son comunes en el habla, al menos en Colombia. Pero, ¿qué dice la Real Academia Española?

RAE vaso de agua o vaso con agua
RAE vaso de agua o vaso con agua: ¿cuál es el uso correcto? -
Getty Images - RAE

En el idioma español, es frecuente que las personas empleen expresiones que, aunque comprensibles y funcionales, no siempre se ajustan a las normas gramaticales establecidas por las autoridades lingüísticas. Frases como “un vaso de agua”, “una taza de café” o “una botella de jugo” son comunes en el habla coloquial, pero ¿son correctas desde el punto de vista normativo? ¿Existe una forma preferida o recomendada por la Real Academia Española (RAE)?

Síganos en nuestro WhatsApp Channel, para recibir las noticias de mayor interés

Este tipo de dudas, aparentemente menores, revelan la complejidad y riqueza del idioma, así como la importancia de las preposiciones en la construcción del significado. En este caso particular, la elección entre “de” y “con” no es trivial, pues cada preposición establece una relación distinta entre los elementos de la oración. La RAE, junto con la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), abordó el tema y dio una explicación clara sobre cuál es la forma más adecuada.

¿Cómo se dice, vaso de agua o vaso con agua?

"Las dos opciones, «vaso de agua» y «vaso con agua», son válidas, pero lo normal es decir «vaso de agua»", explica la Real Academia Española. La preposición “de” en español cumple múltiples funciones. Puede indicar posesión (el libro de Juan), origen (vino de España), materia (mesa de madera), tema (una charla de política) o contenido (una taza de café). Es precisamente esta última función la que se activa en expresiones como “vaso de agua”.

Según la RAE y la FundéuRAE, cuando se dice “un vaso de agua”, la preposición “de” no está señalando que el vaso esté hecho de agua, sino que contiene agua. Es decir, se refiere al contenido del recipiente, no a su composición. Esta construcción es la habitual y preferida en español para expresar la relación entre un recipiente y lo que hay dentro de él: una copa de vino, una taza de té, una botella de cerveza, un plato de sopa. En este sentido, la expresión “vaso de agua” es gramaticalmente correcta y semánticamente precisa. No solo es la forma tradicionalmente aceptada, sino también la que mejor se ajusta a los criterios normativos del español estándar.

¿Y qué ocurre con “vaso con agua”?

Aunque “vaso con agua” es comprensible y no puede considerarse incorrecta en términos absolutos, su uso es menos habitual y puede generar ambigüedad. La preposición “con” introduce una relación de compañía o coexistencia, lo que puede interpretarse como que el vaso está acompañado de agua, pero no necesariamente lleno de ella.

Publicidad

Por ejemplo, si se dice “una bolsa con hielo”, se entiende que la bolsa contiene hielo, pero también podría interpretarse que hay hielo junto a la bolsa. En cambio, “una bolsa de hielo” indica inequívocamente que el contenido de la bolsa es hielo. Lo mismo ocurre con “vaso con agua”: aunque el contexto suele aclarar el sentido, la expresión no es tan precisa como “vaso de agua”. La RAE ha señalado que, si bien ambas formas son comprensibles, la preferida en el español general es “vaso de agua”, por ser más clara y estar más arraigada en el uso culto del idioma.

Tenga en cuenta que el uso de las preposiciones puede variar según el contexto geográfico y sociolingüístico. En algunas regiones de América Latina, por ejemplo, es más común escuchar “vaso con agua”, especialmente en registros informales. Esta variación no implica necesariamente un error, sino una diferencia de uso que responde a factores culturales y lingüísticos locales. No obstante, en contextos formales, académicos o normativos, se recomienda emplear la forma “vaso de agua”, que es la que se ajusta a los criterios establecidos por la RAE y otras instituciones lingüísticas. Esta recomendación se extiende a otras construcciones similares: “una taza de café”, “una copa de vino”, “una cuchara de azúcar”, “un plato de arroz”.

Publicidad

ÁNGELA URREA PARRA
NOTICIAS CARACOL