Advertisement

Advertisement

Advertisement

Advertisement

Push Gol Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
No, gracias.
¡Claro que sí!

Advertisement

Gol Caracol Blogs

Blogs

  • Gol Caracol

    Aquí hay que dejar de lado el deseo y sentenciar que Colombia es a primera luz un equipo inferior al que enfrentará en la próxima fecha de la Eliminatoria. Por fortuna, este deporte permite sorpresas y rendimientos extraordinarios nacidos del amor propio, que es de lo que ha carecido nuestra selección en el último tiempo. Colombia enfrentará al mejor equipo suramericano del último lustro, lo cual no es poco. Y aunque hace rato pasaron el Mundial y la Copa América, el conjunto de Óscar Washington Tabárez sigue siendo poderoso con figuras individuales que hacen un conjunto de alto nivel. No estará Luis Suárez y eso de alguna manera es ventaja, pero, como dijo Forlán, su ausencia no será determinante porque hay quien ocupe su lugar con similar capacidad. Están Cavani y Abreu, además del citado mejor jugador de Sudáfrica 2010. El proceso que Colombia apenas comienza, Uruguay ya lo sabe de memoria. En total, 19 de los 23 jugadores que alcanzaron la semifinal del Mundial fueron convocados para esta jornada eliminatoria. Esta selección, por si fuera poco, acumula 18 partidos invicta (la última vez que cayó fue 2-1 a manos de Alemania en un amistoso el 29 de mayo de 2011). A pesar del papelón uruguayo en los Olímpicos de Londres con la eliminación en primera ronda, los charrúas gozan de buen presente y aún no han perdido en el camino rumbo a Brasil. Son segundos con 11 puntos de 15 en disputa. Cuentan 14 goles a favor y seis en contra, cifras que denotan su constante de victorias y, como mínimo, de empates. Colombia, al contrario, perdió en su última salida y ha desentonado con sus más recientes presentaciones contra Perú y Ecuador, a pesar de registrar en Lima una victoria. También dejó un sinsabor que el equipo no aprovechara la fecha FIFA y se dedicara a satisfacer compañías en una concentración en España de la cual no se supo mucho. Mientras Colombia empataba a ceros con un equipo alterno del Atlético de Madrid, Uruguay jugaba con Francia. El precedente es diciente. Sin embargo, hay factores que podrían regalarnos una sonrisa este viernes. Falcao, que no es la selección Colombia como muchos quieren ver, para bien o para mal, es una de ellas. También está el acierto anotador de jugadores como Jackson Martínez, Carlos Darwin Quintero y James Rodríguez con sus clubes. Y, por supuesto, Barranquilla, esa ciudad de fuego que ojalá funda a los uruguayos a más de 35 grados centígrados sobre la hierba del Metropolitano. Esas son nuestras armas de primer orden para soñar con la victoria. Pero “Con el solo calor, no le vamos a ganar a Uruguay”. Bien lo dijo Amaranto Perea. El partido exige un alto rendimiento colombiano, en todas sus líneas, y verdaderamente preocupa el tema de los defensores y los volantes de recuperación. La contienda parece una apuesta en la que nosotros arriesgamos más que los compañeros de mesa. La Selección no puede perder más puntos en casa y tampoco puede terminar septiembre con menos de tres unidades de la posible cosecha de seis. La obligación está a la altura del reto. El optimismo es reservado porque sinceramente nadie sabe cómo llega Colombia como equipo y ni siquiera Pékerman manifiesta que tiene claro lo que quiere hacer. Reconocemos a un Uruguay de élite, pero también que, a pesar de muchas dificultades, Colombia se puede llevar el triunfo. "Colombia tiene futbolistas con trayectoria y merece respeto", apuntó Forlán. Así es. La fortuna de este deporte permite sorpresas y ganarle a Uruguay sería una de ellas. Al final nos va mejor así que cuando nos tildan de favoritos. Seguir a @javieraborda

  • Gol Caracol

    Dice con razón el Ministerio del Interior que varios estadios de Colombia no cumplen los requisitos de seguridad y convivencia. Lo grave es que en varios de ellos se juega Primera División, lo cual refleja la falta de atención del Estado para impulsar y sancionar al futbol indisciplinado. Ese castigo que se pide es el mismo que falta ahora para Pékerman. En resumidas cuentas, son 16 escenarios los que fallan en el país. Tres son de “primer nivel”: el Manuel Murillo Toro (Ibagué), el Guillermo Plazas Alcid (Neiva) y el Santiago de las Atalayas (Yopal), donde se juega actualmente fútbol profesional e incluso se disputa un torneo internacional como la Copa Sudamericana, en el caso del Tolima. Los demás estadios que no cumplen con los “protocolos de seguridad y convivencia, los puestos de mando unificado y los planes de emergencia y contingencia” son: el Alfonso López (Bucaramanga), Romelio Martínez (Barranquilla), Alberto Grisales (Rionegro), Arturo Cumplido (Sincelejo), Ciro López (Popayán), Marcos Henríquez (Sabanalarga), Doce de Octubre (Tuluá), Eduardo Santos (Santa Marta), Los Zipas (Zipaquirá), Armando Maestre (Valledupar), Diego Palacios (Guarne), La Cancha de la Esperanza (Villavicencio) y el estadio Luis Carlos Galán (Soacha). A todos ellos se les detectaron falencias en un reciente informe de la Comisión Técnica Nacional. Por eso, el ministro del Interior, Federico Rengifo (antes de pasar a la cartera de Minas), advirtió a los alcaldes diciéndoles que deberán arreglar los estadios antes del primero de octubre y que “De no cumplir, la Comisión recomendará su cierre temporal”. Eso no se lo cree nadie. En Colombia pasa de todo, pero al final no pasa nada. Así que no van a cerrar los estadios, a no ser que el descuido sea exagerado. En este país se ha jugado hasta sin reconocimiento deportivo, sin cuerpo médico en las canchas y con toda la permisibilidad a los violentos. Si de verdad se reprendiera la irregularidad de nuestro fútbol, por decir lo menos, la Segunda División estaría al borde de la extinción. Coldeportes anunció que invertirá recursos para mejorar los estadios de Santa Marta, Neiva e Ibagué. Los de Cúcuta y Montería están siendo intervenidos con motivo de los Juegos Nacionales. ¿Y los demás? Mucha de la plata invertida para el Mundial Juvenil ya se perdió. Las canchas de arena y barro, situadas entre la pobreza, seguirán siendo el lugar del común denominador para miles que buscan un futuro mejor a punta de patear bien una pelota. Si en Primera División se ven canchas a veces que parecen peladeros, no hay por qué sorprenderse con el entorno. Qué tristeza. Ñapa “Pekermal” Resumo la indignación. Es una pena absoluta ver al empresario de fútbol Pascual Lezcano acompañando a José Pékerman en la selección Colombia, pues deja un manto de duda en sus convocatorias. ¿Prima el negocio sobre el talento? La pregunta que nunca se debería dar ahora tendrá lugar mientras el argentino esté al mando del conjunto nacional. Tras la tormenta, peor es que el técnico calle y la Federación no haga un llamado de atención público y se limite a decir que el empresario no tiene conexión con la entidad. Esta no es la película “El silencio de los inocentes”. Además, molesta de sobremanera que el sujeto que mercadea con los derechos de los futbolistas esté con la indumentaria del símbolo patrio. Ofende que nos subestimen, molesta su falta de ética cuando su labor debe de ser ejemplo para un país. Es, finalmente, muy decepcionante tener que hablar de esto a pocos días de jugar contra el último campeón de la Copa América y el reciente semifinalista mundial, Uruguay. Empezamos el partido perdiendo. No lo dude. Y lo peor es que este no es un juego más, para desgracia de todos nosotros. Seguir a @javieraborda

  • Gol Caracol

    El nombre es familiar desde diciembre, pues Pascual Lezcano estuvo al frente de las negociaciones que trajeron a José Pékerman a Colombia. Su cara también pues, con actitud dura y rostro de pocos amigos, era el tipo joven y pelilargo que nadie conocía pero que salió en todas las fotos y tomas en la presentación oficial del seleccionador. Sin embargo, ahora el representante y yerno del DT de la Selección es el señor del escándalo. Es jarto el tema: es el representante de Pékerman, tiene negocios con Racing y justo convocan inesperadamente a Gio Moreno y a Teo Gutiérrez, cuyos pases aún tienen intereses de la 'academia' y otros empresarios argentinos detrás... Ojo, no estoy diciendo que Lezcano haya presionado o tenido que ver algo con la convocatoria de ellos dos, excelentes jugadores que ya han sido de Selección aunque no estuvieran en la última concentración en Madrid, pero como lo dice la vieja frase, "la mujer del César no sólo debe ser casta, debe parecerlo"... A Lezcano y Pékerman les ayuda menos que varias voces empiecen a señalar que el yerno es el encargado de mirar jugadores latinoamericanos para el Pescara, pues inmediatamente viene a la cabeza que Juan Fernando Quintero llegó a ese club justo después de haber sido seleccionado en los microciclos y la fecha eliminatoria inmediatamente anterior. El exNacional hizo méritos suficientes para ser tenido en cuenta (curiosamente para esta convocatoria no) y para lograr ser transferido a Europa, pero ahora, por la extraña presencia del representante de José todo se mancha. Tampoco ayuda que la convocatoria de Camilo Vargas, una apuesta más que interesante porque no sólo es el arquero del actual campeón y una promesa que ya tuvo un paso interesante por la Sub20, sea cuestionada porque, según denunció el colega Luis Alfredo Céspedes en La FM de RCN, al arquero le exigieron que firmara con Lezcano para ser convocado lo que, inmediatamente, aumenta su valor y prestigio internacional, pues en el mercado del fútbol haber tenido una convocatoria, sólo una, ya abre muchas puertas. Claro, la denuncia de Céspedes es gravísima y no se puede dar como un hecho hasta que no se compruebe, pero la "castidad" de Pékerman queda en entredicho, lo que no es bueno para él, para la Selección y para nadie. Menos cuando no habla ni da la cara. Menos aún cuando Luis Bedoya, tratando de explicar lo que hace su empleado, termina aceptando que no sabe lo que hace Lezcano, que prácticamente hace parte del cuerpo técnico. Y nosotros que creíamos que con la llegada de un DT extranjero a la Selección nunca se iba a volver a hablar de "cometas" en las convocatorias... Si quiere discutirlo en Twitter, mi cuenta es @PinoCalad

  • Gol Caracol

    Cinco ideas prácticas para que 60 millones de euros y 39 goles con el Atlético de Madrid no se desperdicien con la camiseta de la selección Colombia. El técnico argentino del combinado nacional omitió un pequeño detalle frente a Perú y Ecuador, los últimos duelos que Colombia jugó en la Eliminatoria. Un elemento que bien pudo recoger más frutos en su periplo por el sur: Radamel Falcao García Zárate. 25 letras para un nombre de cartel, un goleador exorbitante que, sin embargo, volvió a enfermarse de soledad, el mismo padecimiento sufrido bajo las órdenes de -tome nota- Jorge Luis Pinto, Eduardo Lara, Hernán Darío Gómez y Leonel Álvarez. Contra Perú y Ecuador el mal se hizo endémico. Falcao solo tuvo una opción clara de gol en 180 minutos de juego. Fue contra los ‘incas’, en un balón cruzado que no supo conectar de cabeza. De resto, el ‘Tigre’ se vio tan abandonado, tan olvidado, como un animal de zoológico, sin garras, sin fuerza. ¿Qué se le puede pedir entonces al goleador del Atlético de Madrid? ¿Que baje, tire centros y los cabecee él mismo? No, a Radamel Falcao García hay que alimentarlo, hay que hacerlo sentir como el líder de una selección que tiene poca experiencia. Algo debió aprender en su exitoso paso por Europa, alguna jerarquía debió adquirir en el Viejo Continente. Por eso, a continuación saco a relucir cinco ideas que evidentemente no servirán para ganarme un Premio Pulitzer pero seguramente sí reflejarán un clamor general. 1. El área, su hábitat: Como a un león en las planicies africanas, al ‘Tigre’ Falcao hay que dejarlo libre de cara al gol. Que no sea extremo, que no baje a dar una mano, que no sea un media punta. Radamel es mortal frente al portero, nunca más atrás. Otra cosa es lo que él con su recursividad pueda aportar en la creación de ataque. Hasta buen tipo para eso es. 2. Aprovechar sus virtudes aéreas: En el viejo Play Station había una fórmula que no fallaba a la hora de marcar goles: abrir la cancha, centrar y rematar de cabeza. Como Falcao (parece pero) no es jugador de videojuegos, habrá que apostarle a su fortaleza aérea con la proyección constante de las flechas Armero, Zúñiga, James y Dorlan. Insisto, contra Perú y Ecuador lo buscaron solo una vez por esa vía, la misma que lo hace celebrar una y otra vez en Europa. 3. Sacarle el jugo a las sociedades: James Rodríguez y Freddy Guarín podrían ser los jugadores que más conocen dentro de la cancha a Falcao. Junto a ellos el ‘Tigre’ salió goleador de Portugal y Europa con el Porto marcando 72 goles en 87 partidos. Ese conocimiento previo debería ser decisivo en el combinado nacional para apostarle a un estilo. 4. Entregarle la cinta de capitán: No es un exabrupto que Falcao sea el llamado a liderar la Selección ante la ausencia de Mario Yepes y Amaranto Perea (habituales capitanes) ante Uruguay el 7 de septiembre en Barranquilla. Ese gesto de parte de José Pékerman le entregaría el bastón de comando a un jugador de 26 años que tiene encima 296 partidos y 11 títulos como profesional. Si no es él no imagino quien será el caudillo contra los charrúas. 5. Dejar de discutirlo: Prensa, técnicos e hinchas ya deberían tener claro que Falcao es el mejor futbolista que dará esta tierra en mucho tiempo, que su categoría es indiscutible y que cualquier proceso debe ser entorno suyo, como con Messi en Argentina y Cristiano Ronaldo en Portugal. Es cierto que al goleador de Santa Marta le ha faltado fortuna en la Selección, pero también que cada vez que entra deja la piel en la cancha. Más allá de la prosa, este escrito pretende llevar un único mensaje: Radamel Falcao García es la oportunidad que tiene la selección Colombia, bajo el nombre de Pékerman o el que sea, para construir un equipo, con una idea de juego, con un referente. Esa premisa debe llamarse Brasil 2014. Si me quiere felicitar o por lo menos echarme la madre, este es mi Twitter: @RonnySuarezGol

  • Gol Caracol

    Mucho se discutió en el país sobre la vida personal de Teófilo Gutiérrez y su falta de profesionalismo durante su última temporada en Racing de Avellaneda del fútbol argentino, donde poco a poco se fue convirtiendo en el protagonista de una novela que en el país ‘gaucho’ suelen renovar cada semana con futbolistas, técnicos o equipos diferentes, aunque con ‘Teo’ se prolongó durante un semestre. Para nadie es un secreto que volver al Junior no es sinónimo de avance en la carrera del atacante, no porque los ‘Tiburones’ sean un equipo de menor importancia que algún argentino, sino por los objetivos y logros que ‘Teo’ quería alcanzar con Racing para luego poder llegar al balompié europeo. Se especuló del futuro de Teófilo, hasta se habló que se quedaría seis meses sin jugar. Pero el Junior, equipo en el que debutó en el 2006, lo repatrió alejándolo del morbo periodístico que en Argentina aparecía cada vez que el colombiano la embarraba. Pero la vida da esas segundas oportunidades o como algunos llaman “revanchas” para reafirmar lo que futbolísticamente siempre el delantero barranquillero mostró en el Junior, Racing y hasta en el mismo Lanús cuando vistió la camiseta del ‘granate’ por la Copa Libertadores. Esa segunda oportunidad es ahora. Teniendo en cuenta el momento que estaba viviendo en Argentina, volver al Junior es lo mejor que le pudo pasar a Teófilo, alejado de tanto escándalo, de la prensa mediática que vendía información a través de su imagen y que al final del todo, sólo hizo que hasta mayor parte de los colombianos le cogieran bronca. Por Liga, Teófilo lleva dos goles anotados en cuatro partidos y no ha dejado de lado el espíritu de victoria que lo caracteriza, y que a más de uno se la olvidó dejar en la cancha de juego cuando se pone la camiseta de la selección. A su favor tiene, que Barranquilla es la sede de la Selección Colombia para el próximo partido de las eliminatorias ante Uruguay este 7 de septiembre. Sería muy apresurado aseverar que el regreso de Teófilo hace que sea llevado a la Selección, pero aún falta para que se realice la convocatoria y si el futbolista mantiene un buen desempeño, bien podría ser llamado. Muchos podrán decir que un desjuiciado no puede estar en la Selección, pero afirmar eso es decir que José Pékerman no tiene autoridad y control sobre los jugadores, lo cual sería desconfiar del plan de trabajo del argentino y de lo que ha mostrado durante su carrera. Aunque lo más seguro sea que el técnico argentino convoque con los que trabajó en Madrid a mediados de agosto, y donde Teófilo no estuvo, tener a un jugador que viene con ritmo de competencia en la Selección es de gran ventaja. Teniendo en cuenta que varios de los futbolistas que arriban de Europa llegarían a ese partido con el peso de una pretemporada ardua en el viejo continente. Así no sea convocado para esta fecha de las Eliminatorias, tenerlo en cuenta para el partido frente a Paraguay está dentro de las posibilidades, siempre y cuando Teófilo tenga un buen rendimiento en lo futbolístico y en lo personal. El barranquillero, a pesar de su mal carácter, tiene el derecho de volver a la ‘tricolor’. Primero, en las veces que fue llamado al seleccionado realizó destacas actuaciones y no se vio involucrado en actos de indisciplina; segundo, es un jugador que tácticamente le vendría bien a Colombia y sobre todo jugando en Barranquilla y, por último, es de esos futbolistas que no les gusta perder, no sólo de palabra sino que en el terreno de juego demuestra esas ganas de triunfo. De esta manera, no sería tan descabellado que Teófilo tenga la oportunidad de integrar la selección. Obvio, el jugador tiene que demostrar que en lo personal está óptimo para poder compartir una concentración con sus compañeros y no volver a cometer los errores del pasado. Porque así muchos no lo quieran, si el barranquillero, que llegó este fin de semana a sus 100 goles como profesional, está bien mental y físicamente, sería un gran aporte para Colombia, así como lo demostró en el primer partido de las Eliminatorias ante Bolivia. Así muchos crean que el jugador no cambiará, él tiene que dar el primer paso y ya lo está demostrando con el Junior. También debe ser acogido de sus familiares, compañeros de equipo, del ‘Cheché’ Hernández, de la misma prensa, de los hinchas y sí, hasta de un sicólogo, antes de ser un futbolista que tenga que rendir es una persona. Jhon Álvaro Clavijo /http://twitter.com/siperohoyno

  • Gol Caracol

    Nombre por nombre, después de haberlo repetido hasta el cansancio, tenemos la cuarta mejor nómina de todo el continente. Zúñiga y Armero son pretendidos por clubes como Juventus, el más ganador del Calcio italiano; Cristian Zapata es la nueva contratación del Milan; Carlos Sánchez es el único jugador que vi hasta ahora que no dejó jugar a Lionel Messi, el mejor de todos los tiempos; Freddy Guarín es hoy en día el mejor volante del fútbol italiano según su técnico en el Inter, Andrea Stramaccioni y, cómo no, las ‘perlas’ cafeteras son James Rodríguez y Radamel Falcao García, fácilmente dos de los mejores 20 jugadores del mundo en la actualidad. Me revuelco en mi ego afirmando que tenemos jugadores de talla mundial y que tienen la obligación de hacer que valga la pena el tiquete que voy a comprar para Brasil 2014. Pero y entonces, ¿por qué seguimos perdiendo los mismos partidos de siempre? ¿Por qué no me creo el cuento de volver a un Mundial de fútbol? Aquí la prensa deportiva se riega en prosa diciendo que José Pékerman será la peor inversión de la Federación Colombiana de Fútbol. Ahora andan diciendo que la plata que se le está pagando al argentino deberían dársela a los deportistas que nos regalan medallas olímpicas en Londres. Aquí, en Colombia, nos demoramos más en ‘cagarla’ que en señalar con el dedo al primero que asome la nariz. Pékerman vino como capitán, y lo hace muy bien, el problema es que (puede que sea por terquedad) aún no encuentra un sargento que le ayude a dar rumbo a su proyecto. Cuartos de final del mundial de Suráfrica 2010, Uruguay define su clasificación a semifinales en penalties frente a los, siempre complicados, africanos de Ghana. Último cobro, si lo hacen los ‘charrúas’ están dentro de los cuatro mejores del mundo. Sí, es él, ‘El loco’, Sebastián Abreu pica el balón, gol, llanto y victoria celeste. Lo volvió a hacer este viejito… Este portal publicó una nota en la cual se hizo una selección de talentos extraviados del fútbol colombiano, toda esa manada de jugadores que decidieron hacer maletas y buscar un futuro promisorio lejos de nuestra amada Liga Postobón. Encontrar un mayor reconocimiento, tratar de crecer profesionalmente o sencillamente porque les pagan el triple de lo que pueden ganarse en esta parte del continente, son algunas de las razones que hacen posible que tengamos representantes de nuestro fútbol en México, Estados Unidos y hasta China. De esa lista llama la atención un jugador como Fabián Vargas, quien ganó todo con Boca Juniors, se paró a ‘bravear’ a Íker Casillas en España, se cansó de ser el mejor jugador en Grecia y ahora regresó a su segunda patria, Argentina, para reforzar al siempre ganador Independiente de Avellaneda. Fabián, bogotano y de 32 años, es uno de esos líderes que se extrañan en cualquier equipo y, seamos sinceros, que yo echo de menos en la selección Colombia. El que grita, el que raspa, el que tiene esa ‘maña’ que tanto criticamos de los argentinos, pero que a su vez es tan necesaria, el que lleva de la mano a los más jóvenes y les enseña que el fútbol tiene algo más, que siendo solamente bueno no se va a un Mundial, no se gana un título. A nuestra Selección le hace falta un mariscal. Muchos me dirán que para eso está Mario Alberto Yepes y sí, él es uno de ellos. No es tan rápido como hace algunos años, tiene los achaques de más de 15 años de carrera, e indiscutiblemente no está para ser titular. Vale en el camerino, en el medio tiempo de los partidos, valen sus gritos, sus arengas, su experiencia. Como Yepes y como Vargas, también merecen un lugar en esta columna tipos de la jerarquía de Faryd Mondragón, lejos el mejor arquero de nuestra irregular liga criolla; Gerardo Bedoya, así muchos se acuerden de mi mamá en este momento; Álvaro Domínguez, veterano y talentoso volante del Deportivo Cali y hasta el mismo Giovanni Hernández (lo sé, se volvieron a acordar de mi familia). Ellos manejan grupos dentro la cancha, pelean por los premios, velan por el bienestar de sus pupilos y, lo más importante, forman y curten a los Zapata, Zúñiga, Falcao, Rodríguez como verdaderos hombres, como verdaderos profesionales que lloran las derrotas y las victorias y que, además, harán que valga la pena una llamada del presidente Juan Manuel Santos cuando los felicite por clasificarnos al próximo Mundial de fútbol. Jaime Andrés Barbosa En Twitter: @anbar_88

  • Gol Caracol

    El 7 de agosto, aparte de la Batalla de Boyacá y la independencia de Costa de Marfil, se celebra el cumpleaños del Junior de Barranquilla, uno de los clubes grandes de nuestro fútbol por muchas cosas: su masiva hinchada, su peso cultural para nuestro Caribe, sus títulos, su presencia y peso histórico en el campeonato... sin embargo, si algo diferencia a "Tu papá" del resto de clubes colombianos, es que es el único que jugó a nombre de la Selección. Porque sí, una vez el Junior fue Colombia, y además lo hizo con altura... esta es la historia: En 1945 Colombia fue invitada a participar en la Copa América (entonces llamada Campeonato Sudamericano) por primera vez, pero tras el fracaso de la Selección que se reunió para los Juegos Bolivarianos de 1938, la idea de un equipo nacional no había vuelto a materializarse. De esta forma, la Adefútbol, que era la Federación Colombiana de Fútbol adscrita a la Conmebol, decidió enviar al mejor equipo del país, compuesto sólo por jugadores colombianos: Junior, que sumó a algunos samarios como complemento al equipazo que conducían en el campo Roberto Meléndez y Romelio Martínez, los dos mejores futbolistas colombianos de finales de los 30 y comienzos de los 40. Esto, por supuesto, generó un debate nacional pues en cada región exigían que sus respectivas figuras estuvieran en el equipo (como ven, nada cambia bajo el sol colombiano...). El 20 de enero de 1945, día en que esa Selección Colombia de costeños jugaba su primer partido, y ante los comentarios despectivos aparecidos en la prensa del interior augurándole un gran fracaso, El Heraldo de Barranquilla publicó el siguiente editorial, en el que el fútbol se vuelve el fiel reflejo de lo que era la situación social de 1945: "Dentro de pocas horas nuestros compatriotas, los futbolistas de la Costa Atlántica, nuestros hermanos por las costumbres, por el valor y las maneras, por todos aquellos atributos que caracterizan a los hijos de la costa, se aprestarán a rendir el esfuerzo máximo de su virilidad y de su coraje, más allá del Valle del Aburrá o de la gélida colina de Monserrate. Y así tenía que suceder. Para representar al país en el evento que hoy por hoy ocupa la atención de millares y millares de gentes de todos los países y latitudes, no era menester el concurso de "patilanudos" en trance de egoísmos comarcanos, ni de paisas avaros y calculadores. Bastaba solamente que de la greda originaria de la Costa, del limo fecundo de Barranquilla y Santa Marta, arrancara el grito patriótico para que nuestros embajadores empuñaran la bandera nacional, dispuestos a dejar sobre la arena de la gran república tatuada para siempre la huella de sus botas heroicas". Los brasileños ganaron 3 goles por 0 y la reacción en el interior del país fue de sarcasmo frente al equipo costeño mientras que en Barranquilla consideraban que los suyos habían opacado a los de Brasil al sólo permitirles hacer tres goles. Igual pasó cuando Argentina le ganó a Colombia por 9 - 1, gol este considerado heroico por los costeños y vergonzoso por los "cachacos". El chauvinismo llegó al límite cuando, al terminar el torneo y después de vencer a Ecuador, (3-1, es la primera victoria de una selección nacional en una Copa América) y empatar con Bolivia, El Heraldo de Barranquilla tituló en primera página "Colombia ganó el campeonato de los chicos" por haber finalizado en mejor posición que esas otras dos selecciones, mientras en el interior se le dio un balance negativo a la participación del Junior en el torneo en representación de todo el país, lo que generó aún más animadversión en contra de los "patilanudos". Cuando la selección costeña llegó a Barranquilla a comienzos de marzo el carnaval, que había terminado varias semanas atrás, se reactivó y se declaró día cívico llevando a los jugadores, encabezados por Romelio Martínez, en un desfile por toda la ciudad. Un par de años después el estadio de Barranquilla sería llamado así, Romelio Martínez, en honor del jugador del Junior que capitaneó la Selección Colombia de costeños de 1945, mientras su socio, Roberto Meléndez, le daría su nombre al Metropolitano, actual casa del Junior y, en una tremenda ironía para este país ultraregionalista, de la Selección Colombia. Más historias y discusiones sobre fútbol en mi cuenta en Twitter: @PinoCalad

  • Gol Caracol

    Los hinchas tienen la gran cualidad de ilusionarse tantas veces pueden con el título de sus equipos, sin embargo, lo que es en principio un atributo envidiable también es un defecto en la premura. Los seguidores de Millonarios, tan antojados de la conquista, no pueden comer entero lo que bien ha hecho el equipo en estas primeras fechas del torneo, pues bien podrían atosigarse sin alimentarse de su deseada estrella. Todo parece bien en Millonarios por estos días soleados de Bogotá. Pero antes de ganar títulos, hay que ganar finales y antes de eso, partidos. La explicación, que al final es casi un mandato, la hace mejor Gustavo Alfaro: “Cuando uno empieza un campeonato lo que pone en juego es la confianza; la confianza da seguridad; la seguridad da tranquilidad al jugador y la tranquilidad es lo que hace crecer a un equipo. Cuando uno juega lo hace para ganar confianza y la confianza se gana únicamente con resultados”. Andar así es recorrer un ciclo beneficioso. Cierto es que los equipos son estados de ánimo y Millonarios hoy está feliz. Goza actualmente de la credibilidad del técnico Hernán Torres y muchos jugadores han mejorado su nivel respecto al mostrado en el torneo anterior. Los mejores ejemplos son Blanco, Tancredi y Cosme, antes catalogados de maderos. ‘Millos’ afila también su ofensiva con el cuchillo cortadefensas de Mayer Candelo y con Wason Rentería. Y, por si fuera poco, aplaude el regreso del único referente reciente que germinó en las entrañas del club, Rafael Robayo, quien simbólicamente es un plus para el equipo, cuando no lo sea en la cancha por su desconocido nivel, por su malogrado paso por el fútbol de la MLS. Es innegable que el inicio azul ha sido auspicioso y ha llenado de convicción al entorno que lo respalda, así sus primeras victorias hayan sido contra un Santa Fe enguayabado de título y ante un Huila desapercibido. Los triunfos valen aplausos, pero son las batallas vencidas las que merecen ovación. No hay que olvidarse de ello, ni engañarse con victorias prematuras. Basta recordar el Finalización 2005, cuando Millonarios, bajo el mando del "Pecoso" Castro, logró seis victorias consecutivas en el inicio del campeonato y al final quedó eliminado en el puesto 14 con 24 puntos. “El amor y la afición con facilidad ciegan los ojos del entendimiento”, dijo El Quijote. Por eso la razón le dice a los hinchas de Millonarios algo simple: que tienen un buen equipo, que esta escuadra puede ganar el torneo, tal cual pasa con todos los demás conjuntos del campeonato (salvó Quindío, Huila y Real Cartagena que han mostrado un precario rendimiento y no se ve cómo logren cambiar la marcha) y que eso es todo por el momento, que no ha pasado nada de nada y que para dar la vuelta olímpica falta mucho trecho. Triste es la ilusión perdida. La lloró Nacional con su equipo de “millonarios” que no hizo nada el semestre pasado, a pesar de su arranque demoledor; la lamentó Tolima en el último lustro debido a su incapacidad de conseguir trofeos que validen sus campañas; y la sufrió también Santa Fe durante 37 años. Ya lo sabe bien Millonarios, lo único que se ha ganado este semestre es credibilidad y confianza para seguir adelante. Y ese es el camino indicado, por lo cual debe procurar no desviarse. En Twitter: @javieraborda

  • Gol Caracol

    A todos nos han llegado esos correos electrónicos que muestran un inodoro instalado en una sala, una moto que lleva un colchón (o una cabra o una familia de seis), un french poodle de uña rosada, gafa amarilla y vestido de tutú... son las famosas "colombianadas", esas pendejadas que "sólo" pasan en nuestro pintoresco país. Pues bien, desde este blog propongo que instauremos un nuevo término: Dimayorada. Definámosla de una vez al estilo diccionario: "Dimayorada: dícese de esa situación increíble, ridícula o absurda que sucede en el fútbol profesional colombiano". Y claro, es término con historia. No olvidemos que esta es la patria chica de los triangulares, hexagonales, cuadrangulares, nonagonales y demás figuras geométricas que impliquen más partidos y por ende más recaudación de taquilla. Es más, en Colombia se organizó un triangular fantasma entre Bucaramanga (recién descendido), Unión Magdalena y Cúcuta (ambos en la B) para definir arbitrariamente los dos equipos que completarían la lista de 18 del campeonato del 2002, y hace poco tuvimos una Superliga que enfrentó en julio de 2012 a los campeones del 2011... eso, señoras y señores, es una Dimayorada. Hay Dimayoradas chistosas, como que el árbitro Fernando Cárdenas arrancara el segundo tiempo de Quindío vs. Junior cuando el arquero del local no estaba en el campo (el ¡ay jueputa! que le salió del alma cuando se dio cuenta debería ser video oficial de la Comisión Arbitral), y hay Dimayoradas infames, como cuando castigaron al Pasto quitándole los puntos de un partido que terminó mandándolo a la B, y luego se demoraron dos años en volver a castigar a alguien así (por cierto, esos castigos "ejemplarizantes", como el del racismo, siempre son para el Pasto... a la fecha el "negro marica" sigue gritándose en los estadios y no han castigado a nadie más). La Dimayorada clásica, por supuesto, es la capacidad que tiene la entidad que dirige Ramón Jesurún de volverse un ocho con el reglamento que ellos mismos escribieron. El ejemplo más patético fue el año pasado, cuando dejó el Quindío vs. Nacional sin puntos (es decir, los dos perdieron (?)) y en Chicó vs. Junior la visita se llevó una unidad pero el anfitrión se quedó en blanco. Esta Dimayorada, por supuesto, tiene una variante: la de jugar a ser avión, la leguleyada, y en esto la Dimayor tiene PhD. Recordemos que por reglamento los clubes que no tengan o tengan suspendido su reconocimiento deportivo no pueden participar en el campeonato, y gracias a la mediocridad de Coldeportes hemos tenido equipos sancionados ¡durante sus vacaciones! (Valiente castigo...). Este fin de semana que pasó, por ejemplo, vivimos el epítome de esta Dimayorada: Llaneros FC no pudo jugar en la B porque no tiene reconocimiento deportivo. Lo absurdo es que sí jugó las dos primeras fechas del Torneo Postobón: ¡nadie se había dado cuenta de que estaba jugando con el reconocimiento de Academia, lo que no es válido pues es otro equipo! Lo peor es que no pasa nada: la Dimayor con sus Dimayoradas sigue intocable, tranquila, pues a los hinchas se les olvida el circo cuando su equipo gana, y al gobierno sólo le interesa amenazar al fútbol cuando el tema se sale de madre para luego no hacer nada. El poder de la pelota es tal, que admite todo tipo de permisividades legales. Por eso el narcotráfico entró de lleno a la organización de nuestro balompié hace más de 30 años y por eso esta es la hora en que legalmente nadie sabe quiénes son los verdaderos dueños de varios equipos de primera y segunda división. Es que en últimas, todos hacemos parte de la Dimayorada... Discutámoslo en Twitter: @PinoCalad

  • Gol Caracol

    Lo importante no es que se vayan a entregar menos condones que toallas higiénicas durante las Justas. Que den 150.000 “curitas” frente a 165.000 esponjas es insignificante porque en los Olímpicos todo es más. Las cifras sonoras se aproximan a la exageración. 200.000 personas trabajarán en el evento, habrá 23.700 agentes de seguridad, se gastarán 300 millones de dólares para evitar cualquier problema de orden público y 21.000 periodistas (sin contarme, por desgracia) cubrirán 302 finales deportivas. Hay mucho más para enumerar. La audiencia mundial acumulada de televidentes será de unas 4.000 millones de personas, según eMarketer. Estos Olímpicos, además, serán los primeros en transmitirse en 3D y más de 1.000 millones de personas seguirán la competencia desde sus aparatos móviles. Los Juegos son un gran reto y a la vez ejemplo de la más severa globalización. Todo el planeta está atento y por eso la NBC, por ejemplo, pagó 4.380 millones de dólares en junio pasado para poder transmitir los Olímpicos hasta 2020. Esto es negocio: el portal london2012.com espera para la ocasión 1000 millones de visitantes. Se estima que la nómina del quinteto de baloncesto de Estados Unidos vale 144 millones de euros. Esto es lo mejor de lo mejor. Por primera vez en la historia olímpica, habrá mujeres en todas las delegaciones, incluidos los países árabes. Las nuestras, las llamadas “chicas superpoderosas” (apodo gastado ya hasta la saciedad), perdieron ante Corea del Norte en el debut. Pero eso no es para hacer escándalo. Yoreli Rincón es mejor que muchos hombres futbolistas: hace de 1200 a 1500 abdominales diarias. Mariana Pajón es en su apodo la "hormiga atómica" y una dura en su bicicleta. El Gobierno ha dado más la mano que la espalda, pues invirtió 100.000 millones de pesos en los tres últimos años para que Colombia figurara y garantizó un incentivo de por vida de cuatro salarios mínimos mensuales ($2.266.800) a quien gane una medalla. No obstante, la inversión gubernamental en Colombia es insuficiente y lejos está el día en el que el país pueda organizar un evento como los Olímpicos o el Mundial de fútbol de mayores. No por incapacidad, que la hay, sino por indecisión y la propia imagen que el país despierta en el mundo. Tampoco hay que decir que en Inglaterra todo es perfecto. La contaminación puede llegar a afectar a los deportistas y, como sucede en tanta contratación pública, el dinero estimado en inversión superó las expectativas. Inglaterra destinó finalmente US$15.000 millones para los Olímpicos, cuatro veces más de lo previsto en el proyecto de candidatura que se presentó en 2005. Más allá de la inversión, a Londres le cuesta US$40.000 millones albergar estos Juegos, de acuerdo con un informe de la revista Fortune. Hay que tener muchas libras, euros, dólares o pesos para la preparación deportiva y así mejorar y, por ende, valorizar nuestros atletas. El COI no más tiene un fondo de 563,77 millones de dólares en la Fundación Olímpica. Las toallas higiénicas y los condones son lo de menos. El fútbol brasileño, que tanto dinero tiene, aún no gana un oro olímpico. ¿Por qué? "Desgraciadamente, es una cuestión a la que no podemos responder", aseguró el mítico Cafú. Hay mística en los Olímpicos, pero también trabajo. En Colombia podemos contestar que al tiempo que nos maravillamos de Londres 2012, nos damos cuenta de que estamos muy lejos de la élite, a pesar de los esfuerzos y el talento. En Twitter: @javieraborda

  • Lo más visto