Son 127 los colombianos que están recluidos en cárceles chinas. Unos son condenados a muerte, otros a cadena perpetua, y poco logran penas menos drásticas.
"En esta prisión las condiciones son deplorables. Hago el siguiente relato desde la cárcel de Qingpu, en China, donde me encuentro recluido desde el 2011, pagando la pena de 25 años por haber sido mula del narcotráfico, al igual que otros seis colombianos”…
Las anteriores fueron solo algunas de las palabras que Johan Guerrero Fernández, preso colombiano recluido China, dijo a sus familiares a través de una llamada.
La misma, fue grabada por Sandra Viviana Guerrero, hermana de Johan, para denunciar las condiciones inhumanas que soporta el joven en la Cárcel de Qingpu, en Shanghái.
Johan era comerciante en Cali, Valle del Cauca, vendía relojes y pantalones que traía de China, un perfil muy apetecido por las redes de narcos que buscan correos humanos de drogas.
“Nunca nos comentó a nosotros como familia, sino que de repente su novia nos dice que Johan se fue para China, que no estaba con ella”, contó Sandra.
En Colombia, jóvenes como Johan son contactados por las redes del narcotráfico, principalmente, en el Eje Cafetero, Medellín, Cali y Bogotá. Les ofrecen entre $10 y $15 millones por el viaje.
Salen de aeropuertos colombianos o toman la ruta de Brasil, país donde han logrado burlar las autoridades migratorias con mayor facilidad. Pasan por Catar y terminan aterrizando en Pekín, China.
En la mayoría de los casos, va más de una persona cargada. Una es capturada y las otras pasan, coronando el cargamento.
Según relató la hermana de Johan, él fue engañado por unas personas a las que les debía dinero.
“Él luego nos explica en una carta que conoció a unas personas que le propusieron el negocio de llevar la droga porque él les debía”, dijo.
Fue así como el joven cayó en la red. Lo cargaron con droga pegada a su cuerpo. Fue detenido y sentenciado a la pena de muerte.
Sin embargo, dos años después, le fue conmutada a cadena perpetua y terminó con una sentencia de 18 años, pena que estaría terminando de pagar en el 2034, cuando tendrá 44 años de edad.
Actualmente es el preso colombiano más joven en la Cárcel de Qingpu, en Shanghái, China.
“En las fotos se le ve el deterioro físico, su expresión lo dice todo, casi no puede abrir los ojos. Ha perdido más o menos el 70% de la visión”, señaló Sandra.
En prisión, Johan aprendió inglés y mandarín. Es el traductor de los presos enfermos que están hospitalizados.
Se convirtió en el vocero de los colombianos en la cárcel, donde no tienen abogado asignado, por los altos costos.
Bajo esta condición de desamparo legal, deben firmar papeles, confesiones y hasta sentencias que muchas veces no tienen idea de qué son.
“Nuestra dignidad es vulnerada a diario. Somos obligados a trabajar en lugares ocultos al público, realizando labores de ensamble y empaque. Es explotación de mano de obra, casi esclava”, expresó Johan en su llamada.
Su salud mental está afectada y ha pensado incluso en terminar con su vida. Su mayor angustia está en Cali, donde su familia terminó fragmentándose por su causa.
“Nosotros tuvimos un accidente, mi papa quedó invalido en un 80% y su salud se ha venido deteriorando”, contó Sandra.
Entre tanto, la mamá de Johan se fue a España a trabajar para ayudarlo. A ella, Johan le dedicó un autorretrato que envió desde China y que lleva escrita una lapidaria despedida.
“Adiós madre, sé que no te merezco, pero no sabes cuánto te necesito”, citó Johan.
También le queda su prima Siquiú Pérez, quien es su representante legal. Ella ha recorrido el laberinto institucional y asegura que no conduce a ninguna parte.
“Nosotros queremos rogarle al Gobierno colombiano que actué rápido, que nos ayuden a través del Congreso y aprueben este Tratado de Repatriación, para que se convierta en ley y tenga vigencia, y podamos actuar”, aseguró Siquiú Pérez.
El 31 de julio de 2019, en su viaje a Pekín, el presidente Duque logró concretar un mecanismo de devolución de condenados por razones humanitarias con el país asiático, un avance importante que aún no ha sido estrenado, por lo que Siquiú pide la repatriación humanitaria de su primo Johan.
Son 127 los colombianos que se encuentran recluidos en cárceles chinas. Unos condenados a muerte, otros a cadena perpetua y pocos tienen penas menos drásticas. Entre ellos hay 38 mujeres.
Updated: febrero 04, 2020 05:23 a. m.