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Un jaguar adulto fue encontrado herido y exhausto mientras intentaba mantenerse a flote en el río Negro, en el estado brasileño de Amazonas. El hallazgo ocurrió a comienzos de octubre, cuando miembros de la Armada brasileña realizaban labores de patrullaje sobre el río Negro, uno de los afluentes más extensos del Amazonas. Desde la distancia, los uniformados notaron una figura que se desplazaba con dificultad sobre el agua. Al acercarse, confirmaron que se trataba de un jaguar, que nadaba con esfuerzo y mostraba heridas en varias partes del cuerpo.
Fue cuando el operativo de rescate se puso en marcha de inmediato. Según relató a Noticias Caracol en vivo Joana Darc, secretaria de Estado de Protección Animal del Amazonas y veterinaria encargada del procedimiento, el felino mostraba un comportamiento inusual: lejos de reaccionar de forma agresiva, permanecía dócil, probablemente agotado tras varias horas de esfuerzo.
"Cuando lo encontramos estaba muy tranquilo, lo que facilitó el rescate. Sabíamos que necesitaba ayuda urgente, así que actuamos rápido para evitar que se hundiera o siguiera perdiendo fuerza", explicó Darc. Los militares improvisaron un sistema de apoyo con materiales de la embarcación: cojines, cuerdas y una base metálica que sirvió de soporte para que el jaguar pudiera sostenerse. Y el animal, guiado por su instinto de supervivencia, se aferró a la estructura con sus garras mientras era trasladado hacia la orilla.
El rescate se extendió durante varias horas, en condiciones difíciles y bajo el riesgo que implica acercarse a uno de los mayores depredadores del continente. Una vez en tierra, el jaguar fue llevado a un centro veterinario especializado en fauna silvestre, ubicado en las afueras de Manaos. Allí, un equipo conformado por médicos veterinarios, biólogos y especialistas en rehabilitación animal inició el proceso de atención. Los primeros exámenes revelaron la gravedad de las lesiones: el felino presentaba múltiples proyectiles incrustados, principalmente en la zona craneal.
"Los rayos X mostraron más de 30 fragmentos metálicos, la mayoría compatibles con perdigones de escopeta. Es posible que haya sido un solo disparo, pero el tipo de arma usada dispersa numerosos proyectiles. Afortunadamente, logramos extraer varios sin comprometer órganos vitales", explicó la veterinaria.
El diagnóstico inicial fue reservado, pues el jaguar presentaba inflamación en el rostro y un edema en el ojo izquierdo que hacía temer la pérdida parcial de visión. Sin embargo, tras varias cirugías y tratamientos antibióticos, la recuperación fue notable. En cuestión de días, el felino comenzó a alimentarse por sí mismo y a mostrar signos de mejoría.
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"Pensamos que podía quedar ciego, pero el edema cedió y recuperó la visión. Está comiendo bien, moviéndose con fuerza y mostrando los comportamientos naturales de su especie", añadió Darc. El proceso de rehabilitación está siendo supervisado por un equipo interdisciplinario, con el apoyo del Instituto Onça Pintada, una organización brasileña dedicada a la conservación de jaguares. La entidad proporcionó una collar de monitoreo satelital que será colocada al momento de su liberación, con el fin de seguir sus movimientos y recopilar información sobre su readaptación en la selva.
De acuerdo con las autoridades ambientales del estado de Amazonas, la investigación sigue en curso y se sospecha que el animal fue víctima de un intento de caza predatoria, práctica que aún persiste en algunas zonas del bioma amazónico. De hecho, en palabras de la experta, la caza furtiva y el tráfico de especies silvestres continúan siendo problemas latentes en la región. Aunque el estado de Amazonas conserva más del 95% de su cobertura forestal original, el avance urbano y la expansión de asentamientos humanos generan conflictos crecientes entre comunidades y animales salvajes.
"Estamos verificando si fue un caso de maltrato intencional o si ocurrió durante un encuentro con pobladores ribereños. A veces, los animales se acercan a comunidades humanas y algunas personas reaccionan disparando por miedo o desconocimiento. Sin embargo, el uso de escopetas en estas áreas es común y genera graves daños a la fauna", explicó la funcionaria.
"Tenemos una mayoría de habitantes que respeta y protege la selva, pero también una minoría que continúa cazando o comerciando con animales. Es una situación compleja: por un lado hay conciencia ambiental, y por otro, necesidades económicas y falta de educación ecológica", señaló Darc. En palabras de la veterinaria, cada vez que se pierde un ejemplar de esta especie se afecta el equilibrio del ecosistema.
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"El jaguar es un símbolo del Amazonas. Su presencia indica que los bosques están sanos, que hay suficiente presa y que la cadena trófica funciona. Cuando desaparece un depredador como este, toda la estructura ecológica se altera", advirtió.
Nueve días después del rescate, el panorama es alentador. El felino, que inicialmente mostraba una actitud sumisa, volvió a comportarse como un cazador. Según el equipo de biólogos que lo atiende, esta agresividad controlada es una señal positiva: significa que ha recuperado su instinto natural y está listo para volver al entorno salvaje.
"Cuando llegó, se dejaba manipular con facilidad porque estaba exhausto. Hoy reacciona, se defiende, ruge y se muestra territorial. Eso nos alegra, porque demuestra que su comportamiento silvestre está intacto", contó uno de los cuidadores. El plan de reintroducción contempla una etapa de observación en un espacio semisilvestre y, posteriormente, la liberación en una zona protegida cercana al lugar donde fue hallado. El seguimiento con GPS permitirá evaluar su adaptación y su interacción con otros ejemplares.
"Queremos garantizar que regrese a un ambiente seguro, sin interferir con otros jaguares y sin exponerse nuevamente a cazadores. El proceso será gradual y se hará con mucha prudencia", precisó Darc. Para el equipo que participó en el rescate, el caso representa un hito en la historia reciente del Amazonas, pues nunca antes se había registrado una operación de este tipo en pleno río Negro, con un jaguar adulto herido que logró sobrevivir.
Si todo avanza según lo previsto, en pocos días el jaguar del río Negro continuará recuperándose y volverá a caminar entre los árboles, a cazar y a ocupar el lugar que le pertenece en la selva.
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VALENTINA GÓMEZ GÓMEZ
NOTICIAS CARACOL
vgomezgo@caracoltv.com.co