El mandatario se encuentra contra las cuerdas tras la divulgación de una grabación donde, al parecer, se habla de pagos a un testigo para comprar su silencio.
Temer rechazó enfáticamente el jueves la posibilidad de dimitir después de que el Supremo Tribunal Federal (STF) autorizara una investigación judicial en su contra.
El jefe de Estado, de 76 años, está acusado de haber dado luz verde al pago de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, quien está en prisión por su implicación en el sistema de sobornos de Petrobras.
Las denuncias dejaron a Temer en la cuerda floja, menos de un año después de haber asumido el cargo en reemplazo de la izquierdista Dilma Rousseff, destituida por el Congreso tras un juicio político (impeachment).
De acuerdo con el diario O Globo, el presidente podría hacer otra declaración este viernes y denunciar judicialmente al dueño del gigante frigorífico JBS, Joesley Batista, quien grabó clandestinamente la conversación que dio pie a la investigación del STF.
Temer enfrenta desde entonces ocho pedidos de impeachment presentados en el Congreso y pone todo su empeño en mantener su coalición de gobierno.
Miles de personas en Rio de Janeiro y en la capital, Brasilia, pidieron el jueves su renuncia, y hay más manifestaciones previstas para el fin de semana.
La exministra y senadora ecologista Marina Silva, que en las presidenciales de 2014 obtuvo casi 20% de los votos, declaró que Temer "no está en condiciones de gobernar".
Y el expresidente del STF Joaquim Barbosa comentó en su cuenta de Twitter: "No hay otra salida: los brasileños tienen que movilizarse, ir a las calles y reivindicar con fuerza: la renuncia inmediata de Michel Temer".
Updated: mayo 19, 2017 02:47 p. m.