En Venezuela, familiares de presos políticos prepararon en una plaza pública la cena navideña que llevarán a los centros de reclusión como un gesto de amor en esta época decembrina. Su principal anhelo es que sus allegados sean liberados antes de la llegada del niño dios.
Amasando la harina con la esperanza de la libertad y con algunas lágrimas por no poder compartir con sus seres queridos, familiares de presos políticos prepararon más de 300 hallacas que llevarán el 24 de diciembre a los centros de reclusión para que tengan, al menos, una cena llena de amor y fe.
"Son las hallacas más tristes que hago durante tantos años. Les pido que se pongan la mano en el corazón, que somos una familia creyente en Dios y en la magia de la Navidad”, indicó Wendeling Peña, madre de un preso político.
Ese es el regalo de libertad que espera la madre de Jonh Álvarez, un estudiante universitario detenido, así como otros 6 sindicalistas, todos condenados a 16 años de cárcel.
En medio de la preparación de la cena, los familiares de presos enviaron un mensaje para quienes tienen en sus manos la posibilidad de liberarlos.
"Me siento triste porque teníamos la esperanza de que por los acuerdos ellos pudieran salir en libertad, aún sigo con las esperanzas vivas", precisó Suglet Gasparini, hermana de un preso político.
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Estas personas esperan que el Gobierno cumpla el acuerdo de Barbados, firmado entre la oposición y el Ejecutivo, el cual contempla la liberación de los más de 300 presos políticos.
Además de las tradicionales hallacas, otras organizaciones sociales como el Foro Penal están recolectando juguetes para llevarles a los hijos de los presos políticos ese detalle que sus padres no podrán entregarles en esta Navidad.
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