Abogados del presidente brasileño alegaron que las pruebas sobre una financiación ilegal en 2014 eran nulas.
Temer, quien logró salvar su mandato, lanzó un contraataque contra la Corte Suprema que lo investiga por corrupción, al negarse a responder a un interrogatorio policial.
"No se sustituye a un presidente de la República en cualquier momento (...) anulación de un mandato debe ocurrir en situaciones relevantes e inequívocas", dijo el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Gilmar Mendes, al pronunciar su voto de desempate 4-3 contrario a la anulación del mandato.
Mendes tomó esa decisión apelando a la "responsabilidad" que debía tener el tribunal, pese a "graves hechos comprobados", por el impacto que podría provocar para el gigante sudamericano perder a un presidente por segunda vez en poco más de un año.
El TSE no sirve "para resolver una crisis política", remarcó el juez después de cuatro jornadas maratonianas en las que la corte examinó si las elecciones de 2014, en las que fue reelecta la fórmula Dilma Rousseff (izquierda)-Michel Temer (centroderecha), debían ser invalidadas por abusos de poder y financiación ilegal de la campaña, dentro del megafraude a Petrobras.
El relator del caso, Herman Benjamin, votó por la anulación de los comicios pero no consiguió convencer a la mayoría de sus pares de incluir en la causa las confesiones de exjecutivos de Odebrecht, que no figuraban en las acciones judiciales iniciales de fines de 2014.
La sociedad brasileña "vive una verdadera pesadilla por el descrédito de sus instituciones (...) por la falta de pudor de la operadores políticos que, violando la soberanía popular, hicieron exactamente todo lo que el elector no deseaba", dijo durante su voto a favor de la anulación del mandato el juez Luiz Fux.
Esta victoria, vaticinada por analistas, da un respiro a Temer, que asumió el poder hace poco más de un año en sustitución de la depuesta Dilma Rousseff.
Varios analistas apuntaron que los dos jueces del TSE recientemente nombrados por Temer votaron contra la anulación del mandato.
Poco antes de que se conociese el resultado, Temer, de 76 años, desafió a la corte suprema al negarse a responder a un interrogatorio policial escrito por denuncias de corrupción investigadas en el Supremo Tribunal Federal (STF), cuyo plazo vencía esta tarde.
Temer "es blanco de una serie de abusos y agresiones a sus derechos individuales y a su condición de mandatario de la nación", argumentó su defensa en un documento entregado al STF al pedir el archivo de la investigación por corrupción, organización criminal y obstrucción a la justicia en su contra.
Esa investigación es uno de los fantasmas que Temer tiene por delante.
Sus dolores de cabeza se iniciaron hace tres semanas, cuando salió a luz una grabación hecha por el dueño del gigante cárnico JBS, Joesley Batista, donde el mandatario parece dar aval al pago de un soborno.
Esta grabación es sólo una de las pruebas entregadas a la Fiscalía dentro del acuerdo de declaraciones premiadas de ejecutivos de JBS.
Y el fiscal general, Rodrigo Janot, podría presentar formalmente cargos contra Temer en cualquier momento, lo que podría apartarlo de sus funciones si esa denuncia fuera aprobada por dos tercios de la Cámara de Diputados y validada por el STF.
Esa posibilidad es peligrosa ante la erosión de la base aliada de Temer en el Congreso, aunque decenas de legisladores están investigados por la Operación Lava Jato sobre los sobornos en Petrobras.
Updated: junio 09, 2017 08:50 p. m.