Hace aproximadamente 13 millones de años, la región central de Colombia, donde hoy se encuentra el desierto de la Tatacoa, era un lugar muy distinto al que se conoce hoy. En lugar de la aridez actual, el paisaje de esa época se parecía más al Amazonas, caracterizado por ríos, mucha vegetación y animales depredadores gigantes.En este entorno prehistórico, existía una clara jerarquía. Mientras que el agua estaba dominada por el Purussaurus, un cocodrilo que podía medir más de diez metros, en la tierra el jefe era el temible ave del terror, un animal de tres metros de altura.Durante décadas, se tenía evidencia de su existencia solo en lugares como Argentina y Norteamérica. Por ello, encontrar pruebas en la Tatacoa cambió la concepción histórica sobre dónde se ubicó realmente este animal hace 13 millones de años.La pieza clave guardada en el desierto de la TatacoaLa confirmación de la presencia de un ave del terror de tres metros en Colombia no provino de una expedición académica, sino del trabajo de un habitante local.El responsable de este hallazgo paleontológico es César Perdomo, un campesino de 45 años oriundo de la Tatacoa, quien ha dedicado más de 40 años de su vida a coleccionar el patrimonio fósil de estas tierras. La intensidad de su pasión lo llevó a llamar a su centro de exhibición, un museo pequeño, La Tormenta. Perdomo explicó en Los Informantes que el nombre refleja las adversidades que ha enfrentado, afirmando que su vida "sigue siendo un tormento, me imagino hasta que me vaya a este mundo. Si duro 90 años más, 90 años me voy a atormentar buscando fósiles".Perdomo ha desarrollado un profundo vínculo con las más de 5.000 piezas que ha recolectado y que considera su "familia". "Uno lo quiere como cuando uno carga el hijo de uno pequeño y usted lo carga el alzado, así son fósil para uno, si toca arroparlo con la cobija, con la camisa, con el sombrero, con lo que sea", señaló sobre esta pasión.Su vocación comenzó desde niño. A la edad de cinco años, recogió su primer fósil, una vértebra de cocodrilo. Al ver cómo las expediciones extranjeras se llevaban las piezas de la zona, Perdomo comenzó a guardarlas, con la esperanza de que algún día los investigadores volvieran para compartir su conocimiento.El fósil que confirmaría la existencia del ave del terror de tres metros, un fragmento de la pierna, había permanecido más de 15 años en el museo de Perdomo, mezclado entre miles de piezas sin clasificar. Para encontrar y marcar los sitios de excavación en el desierto, Perdomo, sin usar GPS, utilizaba métodos empíricos como "puntos de piedras", recordó.La identificación de esta pieza crucial, que cambió la historia conocida de la Tatacoa, fue el resultado de la colaboración con el biólogo colombiano Andrés Link. Link, que regresó al país tras sus estudios doctorales, se asoció con Perdomo. El descubrimiento se formalizó cuando Link invitó al museo a Rodolfo Salas, un experto mundial en cocodrilos. Salas, al revisar la pieza, notó inmediatamente lo importante que era: "Esto no es un mamífero, esto tampoco es un reptil". Tras un análisis más profundo, propuso la hipótesis que cambiaría lo que se creía hasta el momento habitó el país: "esto va a ser un ave del terror". Este análisis confirmó que este depredador, que antes solo se había encontrado en Argentina y Norteamérica, también habitó la Tatacoa. Al entender la magnitud de su hallazgo, César Perdomo expresó con orgullo: "Aquí está mi fósil famoso para la humanidad".La violenta muerte del ave del terrorEl fragmento óseo no solo sirvió para identificar a la especie en Colombia y confirmar su impresionante tamaño. La pieza también reveló una historia violenta ocurrida hace casi 13 millones de años, con dos perforaciones que indican un ataque o un hecho de depredación.A pesar de ser el depredador terrestre más temido, el ave del terror pudo haber sido atacado por el Purussaurus, el cocodrilo gigante. El biólogo Andrés Link comentó que resulta muy interesante pensar que una "ave de esas también pudo haber sido ya sea depredada por un cocodrilo o que se hubiera muerto por algún motivo, pero que el cocodrilo hubiera podido acceder a ella". Las marcas observadas en el hueso confirmaron que el ave no se recuperó de las heridas. Los científicos concluyeron que este evento marcó "el último momento de ese ave del terror porque no se sanaron esas heridas".Este descubrimiento histórico consolidó una colaboración científica poco común entre el conocimiento de campo de Perdomo, quien no usa computador y trabaja de forma empírica, y la experiencia académica de Link. La alianza resultó tan efectiva que Perdomo fue reconocido formalmente: Link aseguró que su aporte fue "mejor dicho fue una participación científica como la de cualquier otro coautor".El campesino que soñó con que los científicos regresaran, hoy trabaja hombro con hombro con ellos. Esta dupla ya se encuentra preparando otra publicación científica.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.
El caso de Samuel, un bebé de 15 meses que murió ahogado por su madre en una playa de Santa Marta en abril de 2022, volvió a conocerse en detalle tras el nuevo testimonio de su padre, Edwin Guerrero. El hombre relató cómo fueron los últimos meses antes de la muerte del menor y los momentos en los que se enteró de lo que había ocurrido con su hijo.El hombre aseguró que la relación con Jenny comenzó de manera estable, pero con el tiempo la convivencia se vio afectada por discusiones y tensiones constantes. Según contó, la pareja vivió episodios de conflicto que terminaron deteriorando la comunicación entre ambos. Edwin explicó que, pese a los problemas, siempre trató de estar presente para el niño y mantener una relación cercana.Recientemente, dio a conocer nuevas declaraciones en el pódcast 'Más allá del silencio', donde recordó la última vez que vio a su hijo Samuel. Según contó, la madre comenzó a limitar el contacto entre ambos y a impedirle que lo visitara. También señaló que hubo denuncias por violencia intrafamiliar y medidas que finalmente le prohibieron ver a su hijo.Aseguró que Jenny le había rapado la cabeza al bebé, algo que él interpretó como una “señal que no tuve que haber omitido, porque Jenny mostró su primera alerta en que algo le pasaba a mi hijo cuando yo no accedía o no tenía un premio por no ser buen padre”.Asimismo, relató que, debido a las constantes discusiones y a las conductas problemáticas de la mujer, en una de las cuales le arrojó una arepa caliente al rostro, la convivencia se fue deteriorando y volviéndose insostenible.“Mi papá siempre me dijo que cuando en una relación había un irrespeto, así se en palabras o algo, ahí no había nada. Y en eso sí, yo soy muy directo en esas cosas”, dijoEdwin contó que, durante varios meses, intentó llegar a un acuerdo para poder ver a su hijo, pero esto no se logró. “Después de que yo le dije a Jenny que no más, que no quería nada más con ella, fue más difícil ver a mi hijo. Fue como un castigo. No volver con ella significó no ver más a mi hijo”, relató.Guerrero afirmó que intentó en varias ocasiones regular las visitas a través de la comisaría y del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), pero recibió respuestas lentas y procedimientos que, según él, no garantizaron el derecho del menor a mantener un vínculo con su padre.“El mayor miedo de padre es que su hijo lo olvide, que tú pases por el lado de tu hijo y que él no te reconozca. Yo tenía mucho miedo que eso pasara”, aseguró.“El tema económico no era lo que le importaba a ella. El tema más que todo fue que yo viera mi hijo. Yo digo que yo estaba castigado por no volver con ella”, agregó.Desaparición y hallazgo del bebé de 15 mesesTras más de cuatro meses sin poder ver a su bebé, Edwin aseguró que la madre del menor se lo había llevado a Santa Marta. “Llamé a mi abogada y ella me dijo: ‘Tienes que ir, Edwin. Ve con la policía y acércate’. Fui, pero la abuela de Jenny me dijo que mi hijo no estaba y que si algo le pasaba a mi hijo o a ella, todo iba a ser responsabilidad mía. Yo sí sabía que algo malo iba a pasar, pero no lo advirtieron”, reveló.Videos de cámaras de seguridad mostraron el momento en que Jenny Higuera llegó junto con su bebé a un establecimiento público en Santa Marta. Desde entonces, el papá del pequeño denunció la desaparición del niño.Al día siguiente, la Policía de Santa Marta se comunicó con él para ayudarlo a buscar a su hijo. Tras enviarle una fotografía, le dieron una noticia devastadora. “Habían encontrado un cuerpo de un niño de aproximadamente dos años en las playas de Buritaca. Me derrumbé totalmente. Yo lo único que dije fue: ‘Esa bruja lo mató’”, recordó.Al llegar a Medicina Legal le informaron que no podía ver al menor porque debían asegurarse de que él era el padre y, para ello, le solicitaron una prueba de ADN. “Me dijeron que tenía que esperar cuarenta y cinco días y que me volviera a Bogotá. Yo les dije: No me voy a ir. Yo me quedo aquí 45 días en esta ciudad que no conozco, pero aquí me voy a quedar. Todos los días me la pasaba en Medicina Legal”.Sobre los hechos, Edwin afirmó que su hijo fue encontrado por una persona que iba caminando por la playa. Aseguró que al bebé lo dejaron en la playa y no en el mar: “El mar no llega a botar los restos ahí. Ahí fue donde encontraron al niño, boca abajo. Lo que puedo deducir de lo que las autoridades dijeron es que Jenny pudo haber soltado al niño intencionalmente para que él se ahogara. O lo otro es que Jenny cogió al niño y lo mató en sus manos. Creo que es más fácil la segunda”.La madre del niño, Jenny Higuera, fue señalada en el proceso penal como la responsable del hecho. No obstante, la mujer se dio a la fuga. Durante ese tiempo, Edwin afirmó que “nunca volvió a saber de ella ni de su familia, a pesar de que sí sufrió amenazas por parte del padrastro de Jenny y del tío”.Condena por homicidio agravadoEdwin aseguró que a Jenny la internaron en una clínica psiquiátrica donde duró 20 días, luego de nuevo le puso una denuncia por violencia intrafamiliar. “Ella me dijo que había sido un accidente, que algo la había picado y que soltó al niño. Que cuando lo encontró fue demasiado tarde...Yo creo que Jenny hizo esto a mi hijo en un acto de venganza, de una forma egoísta”.Posteriormente, la mujer fue capturada el 6 de junio de 2022 por el delito de homicidio agravado, pero tiempo después quedó en libertad por vencimiento de términos, lo que permitió que volviera a ausentarse del proceso.“Es una mujer muy manipuladora y egoísta, todo lo que ella hizo fue para lastimarme con mi hijo. Solo me quedan las fotos de él, ella sabía que con lo que hizo me iba a destruir en vida”, dijo el padre en Séptimo Día.El 1 de diciembre de 2025, Jenny fue condenada a 36 años y 8 meses de prisión, pero actualmente se encuentra prófuga de la justicia. “Yo pienso que es una historia como de terror. Saber que Samuel no está y que este año tuviera que cumplir cinco años duele mucho, pero duele mucho más la forma en que él murió... Pienso que el egoísmo de Jenny fue muy duro”, dijo.El caso continúa generando impacto debido a las revelaciones hechas por el padre y, especialmente, porque aún se desconoce el paradero de la mujer señalada de haber ahogado a su hijo.
Las vacaciones, ese momento anhelado para conectar con la belleza de los paraísos naturales colombianos, se han convertido en tragedia para varias familias que denuncian graves fallas en los protocolos de emergencia y seguridad de las agencias de turismo. Uno de los casos que más expone esta dolorosa realidad es el de Judy Milena Agredo, una mujer de 43 años, cuya vida terminó abruptamente en las aguas de Santa Marta durante una práctica de buceo. Séptimo Día conoció nuevos detalles del caso.Su esposo, Alejandro Calambas, intendente de la policía de Popayán, asegura que su muerte se pudo haber evitado si la empresa que contrataron, Barracuda Dive Center, hubiera cumplido con los mínimos estándares de seguridad y atención. "Si hubieran tenido los elementos y la idoneidad para la atención en primeros auxilios yo creo que mi esposa la han podido salvar", afirma.Este desgarrador testimonio forma parte de una investigación de Séptimo Día que revela cómo la falta de regulación y la negligencia en el creciente boom del ecoturismo en Colombia están poniendo en riesgo la vida de los visitantes.Trágicas vacaciones en Santa MartaAlejandro y Judy Milena Agredo, licenciada en educación infantil y madre de una niña de 11 años, planearon sus vacaciones para mediados de 2025. El destino elegido fue el Parque Natural Tayrona, considerado por ellos como "lo más bonito y representativo que tiene Santa Marta". Buscaron en internet empresas que ofrecieran el servicio de buceo y encontraron Barracuda Dive Center, con sede en Taganga.La empresa les ofertó un minicurso de buceo por $330.000 por persona, prometiendo dos inmersiones y un instructor certificado por PADI, Asociación Profesional de Instructores de Buceo. Esto le dio confianza a Alejandro, y la familia decidió tomar el curso el 7 de octubre de 2025, el primer día de su estancia en Santa Marta.Llegaron a Taganga, donde fueron atendidos inicialmente por Santiago, el administrador, y luego por el instructor Fernando Waldron. Tras contestar que ninguno tenía complicaciones médicas, recibieron una charla o capacitación que, señala Alejandro, fue "muy mínima". Luego de recibir el equipo, se dirigieron a la embarcación.La primera inmersión, cerca al Parque Tayrona, se realizó en compañía de otros turistas e instructores, y aunque disfrutaron de la belleza del mundo marino, Alejandro notó una actitud inusual en su instructor. Relata que él "se preocupaba mucho por la señorita que estaba con nosotros, quería como impactarla y al momento de hacer eso nos dejaba a nosotros hacia un lado".Los minutos fatalesCerca de las 10 de la mañana llegó el momento de la segunda y última inmersión, que continuó con normalidad. Sin embargo, cuando llegó el momento de regresar a la superficie, el instructor dio las indicaciones de ascenso.Alejandro subió a la superficie con su hija a su lado, pero al mirar a su alrededor, se dio cuenta de la ausencia de Judy Milena. "Yo empecé a mirar a todo lado, entonces le hago (al instructor la seña) que faltaba una persona", cuenta.De inmediato, el pánico se apoderó de su hija, quien preguntó: "Papi, mi mamá no sale, qué le pasó a mi mamá". En ese instante, Alejandro le rogó al instructor Fernando que ingresara a buscar a su esposa, pero este se rehusó a hacerlo. "Él en todo momento me decía 'tranquilo que ya va a salir'", recuerda.Alejandro dice que tuvo que insistir en repetidas ocasiones “‘Fernando, por favor, ingrese’, se lo dije muchas veces".Según el testimonio, pasaron "casi 20 minutos" hasta que el instructor finalmente encontró a Judy y la subió a la superficie. Fue entonces cuando se evidenció la falta de preparación de la empresa: el proceso de reanimación no fue iniciado por el personal de la escuela de buceo, sino por "un extranjero".En medio del desespero por salvar a su esposa, Alejandro se percató de que la empresa Barracuda no contaba con ningún protocolo ni equipo básico para atender una emergencia médica."Ahí es donde yo me doy cuenta de que no tenían botiquín, no tenían máscara, solamente una manguera transparente donde se la introdujeron por un orificio de su nariz para darle oxígeno", denuncia Alejandro. Aunque Judy Milena "reaccionaba y le salía mucha agua", pero la falta de elementos para una atención adecuada era evidente, insistió su esposo.Alejandro sintió que lo habían dejado completamente solo frente a la crisis. Gritaba: "Por favor llamen para que esté una ambulancia pendiente". La embarcación poseía un radio, pero el instructor "nunca utilizó eso, no sé si no le servía".Al llegar a la playa de Taganga, la situación no mejoró, pues no había personal de la empresa para socorrerla. Alejandro tuvo que gritar pidiendo ayuda y fue auxiliado por un turista que lo llevó en su carro al puesto de salud. "Nos dejaron totalmente solos", asegura, añadiendo que "lo único que le importó al señor fue cobrarnos al principio nada más".Tras el esfuerzo, la médico de turno confirmó que Judy Milena Agredo, de 43 años, había llegado "sin signos vitales".Alejandro, bloqueado por el dolor, responsabiliza directamente a los prestadores del servicio por el fallecimiento de su esposa: "yo responsabilizo por la muerte de mi esposa directamente a la empresa Barracuda Deep Center por no tener los protocolos para salvaguardar la vida de una persona y directamente al instructor Fernando que omitió las voces de auxilio que yo le solicité en repetidas ocasiones".La voz de expertosExpertos en buceo consultados por el programa Séptimo Día confirmaron que la actuación de la empresa Barracuda Dive Center incumplió gravemente los protocolos internacionales. Catherine Marroquín, instructora con más de 10 años de experiencia, subraya que los botes de buceo a nivel mundial "tienen que tener unidad de oxígeno botiquín y radio". Además, el protocolo exige que, si una persona está inconsciente, se debe "llamar inmediatamente canal 16 guardacostas".La instructora calificó la demora de 15 a 20 minutos para la búsqueda y la falta de activación de emergencias como "casi que inaceptable".Cuando el equipo de Séptimo Día intentó obtener una declaración de Santiago Moden, el administrador de Barracuda Dive Center en Taganga, este se negó a conceder entrevistas. “Ya les he comunicado dos veces que no estamos concediendo entrevistas en este momento", afirmó. La empresa señaló que esperará a que las autoridades determinen la responsabilidad de la empresa y del instructor.Pese al dolor, Alejandro se compromete a mantener vivo el legado de Judy: "yo le prometo a mi esposa que voy a estar ahí incondicional con mi hija y luchando por el amor que nos tenemos como familia".El caso de Judy Milena Agredo no es aislado. La investigación del programa expone otros incidentes mortales que evidencian la informalidad y la falta de control en la prestación de servicios turísticos en Colombia.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Séptimo Día.
El coltán es mucho más que una simple roca: es la base de la nanotecnología moderna y el corazón invisible que energiza dispositivos de uso cotidiano. Este mineral es altamente codiciado en el mercado global debido a sus componentes clave: el niobio y el tantalio, metales con un punto de fusión excepcionalmente alto. El tántalo, por ejemplo, alcanza su fase líquida alrededor de los 3.000 grados Celsius, mientras que el niobio lo hace cerca de los 2.000 grados Celsius. Estas propiedades lo hacen crucial no solo para celulares, tabletas y carros eléctricos, sino también para la fabricación de armamento militar avanzado.Expertos señalan que el control sobre estos metales estratégicos puede determinar el desarrollo tecnológico de una nación. Esta importancia geopolítica ha convertido su extracción ilegal en Colombia en una "bomba de tiempo" que amenaza con destruir la tierra y agudizar el conflicto interno.Aunque la existencia de coltán en el ancestral escudo guayanés, que atraviesa parte de Colombia, Venezuela, Brasil y las Guayanas, se conoce desde 2009, en la Orinoquía no existe una sola mina legal operando a escala comercial. Este vacío estatal ha sido rápidamente ocupado por estructuras criminales, transformando el negocio en una fuente de ingresos difícil de rastrear, perfecto para financiar actividades ilícitas.En la Orinoquía, la minería ilegal de coltán y oro se ha convertido en el sustento económico del ELN y de estructuras disidentes como la Segunda Marquetalia. Estos grupos armados, según el brigadier general Rafael Olaya, comandante de la Fuerza Naval de la Orinoquía, "están ejerciendo esa actuación criminal sobre todo lo que sea economías ilícitas", señaló en Los Informantes.El modus operandi de la minería ilegalEl negocio del coltán no solo es violento, sino también altamente rentable, comparable con el narcotráfico. Los grupos armados controlan la explotación de los yacimientos, decidiendo quién puede o no extraer el mineral, las rutas de tráfico y la forma en que se mueve la mercancía. El general Olaya afirmó:"Yo creo que la analogía más práctica es con la que más duro hemos vivido durante tantos años de conflicto que es el narcotráfico, pero esa es la mejor analogía para poder hablar de la minería porque los grupos así no estén directamente involucrados con la explotación ilícita de esos yacimientos mineros sí son los que controlan esa explotación".La extracción se realiza de forma manual en los afluentes de los ríos. Los mineros, a menudo instrumentalizados, utilizan bateas para separar el material. Este trabajo es extenuante: de 20 kilogramos de material de río, apenas se obtienen unos 300 gramos de coltán.La desigualdad en la cadena de valor es abismal. Mientras que el minero recibe entre $26.000 y $50.000 pesos colombianos por kilogramo en el sitio de extracción, el acopiador que lo vende en el exterior puede obtener entre 400 y 600 dólares por kilo. Este margen hace que el coltán sea un activo más rentable que la misma coca.La sofisticada ingeniería del contrabandoUna vez extraído, el proceso de blanqueo del coltán es sofisticado y organizado. Para borrar su origen ilícito, las organizaciones criminales nombran el mineral de distintas formas: "arenas negras", "tierras raras" o "polimetales". El objetivo es mezclar el coltán extraído ilegalmente con títulos legales de minería de subsistencia.El mineral es acopiado en puntos calientes de la frontera, como Manabén, y luego emprende rutas fluviales y terrestres. Los cargamentos salen de Inírida y Guaviare, toman carreteras hacia Villavicencio y Bogotá, o son transportados en tractomulas hasta Puerto Gaitán y Puerto López.La carga final viaja a puertos de exportación como Cartagena o Buenaventura. Lo más alarmante es que, al llegar a su destino, la mercancía lleva toda la documentación legal y los papeles en regla. La Fuerza Naval, a pesar de las incautaciones millonarias, que han superado los 1.2 billones de pesos solo en Vichada, y alcanzaron un valor de 4.7 millones de dólares en un solo decomiso de 13.7 toneladas en Manabén en diciembre de 2024, se encuentra con severas limitaciones.El material pasa frente a las fuerzas armadas, que quedan "desarmados jurídicamente ante eso" debido al complejo marco legal y a la justificación de los envíos con documentación aparentemente legal. La única forma de verificar si un cargamento es coltán y determinar su procedencia exacta requiere espectrómetros y equipos de laboratorio especializados que solo existen lejos, en la Facultad de Geología de la Universidad Nacional, a casi 700 kilómetros de Inírida.Impacto invisible: la amenaza a la salud y el ecosistemaLa minería ilegal no solo desangra la economía y financia la guerra, sino que también amenaza la vida humana y el patrimonio natural del país.El coltán es un material peligroso para los mineros debido a que incorpora elementos químicos como el uranio y el torio, haciéndolo radiactivo. La exposición prolongada a esta radiactividad invisible conlleva un alto riesgo de contraer enfermedades graves, como el cáncer. Un exminero, que fue entrevistado sin revelar su identidad por motivos de seguridad, señaló el peligro:"El coltán sí es una piedra que da plata, pero es una piedra muy peligrosa por todos los sentidos tanto como para la gente del monte, como para la ley y para la salud también porque eso bota un químico que el único animal que se le acerca es el murciélago", dijo.A nivel ambiental, la minería ilegal deforesta, destruye y contamina los ríos con mercurio. Esta actividad está desangrando la Reserva Natural Puinawai, un territorio protegido de 1.9 millones de hectáreas en Guainía y Vichada, considerada la madre de la humanidad en lengua puinave, y hogar de docenas de comunidades indígenas y especies emblemáticas."Hay una ambigüedad porque identificamos la necesidad del coltán en la producción de tecnología y de muchos bienes que requiere la sociedad, eso es indudable, pero esa explotación ha conllevado siempre a través de violencias, guerras, sangre y deterioro social", señaló Carlos Martínez, secretario de Gobierno de Guainía.La falta de un ordenamiento minero claro permite que esta "nueva guerra tecnológica" continúe entregando la riqueza natural de la Orinoquía a grupos criminales, mientras el mundo enciende sus pantallas con este material.*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.
Lugar y fecha de Nacimiento: Cali (Valle del Cauca) 11/9/1987Edad: 27 añosEstatura: 173 cmPeso: 81 kg.
Lugar y fecha de Nacimiento: Palmira (Valle del Cauca) 11/8/1996Edad: 18 añosEstatura: 168 cmPeso: 78 kg.
Lugar y fecha de Nacimiento: Cali (Valle del Cauca) 25/1/1985Edad: 30 añosEstatura: 168 cmPeso: 63 kg.
Lugar y fecha de Nacimiento: Aguachica (Cesar) 1/4/1984Edad: 31 añosEstatura: 167 cmPeso: 57 kg.
Lugar y fecha de Nacimiento: Jamundí (Valle del Cauca) 3/1/1987Edad: 28 añosEstatura: 160 cmPeso: 52 kg.
Lugar y fecha de Nacimiento: Cali (Valle del Cauca) 20/2/1987Edad: 28 añosEstatura: 153 cmPeso: 48 kg.
Lugar y fecha de Nacimiento: Bogotá (Cundinamarca) 6/9/1989Edad: 25 añosEstatura: 179 cmPeso: 82 kg.
Lugar y fecha de Nacimiento: Cali (Valle del Cauca) 13/10/1993Edad: 21 añosEstatura: 174 cmPeso: 65 kg.
Lugar y fecha de Nacimiento: Cali (Valle del Cauca) 22/6/1985Edad: 30 añosEstatura: 164 cmPeso: 55 kg.
Lugar y fecha de Nacimiento: Albacete (España) 6/1/1995Edad: 20 añosEstatura: 174 cmPeso: 65 kg.
Manchester City no pagó la resaca de visitar entre semana el Santiago Bernabéu. Los de Pep Guardiola, que no cejan en su persecución del Arsenal en la Premier League, vencieron (0-3) al Crystal Palace en Selhurst Park con goles de Erling Haaland, que hizo un doblete, y Phil Foden.En el siempre complicado viaje al sur de Londres para enfrentarse al Palace, el City estuvo lejos de la brillantez de equipo apisonadora que a veces exhibe. Le faltó Jeremy Doku, baja de última hora por una lesión en la pierna, y echaron de menos su desborde.De hecho, si el fútbol fuera justo, que no lo es y nunca lo ha sido, el Palace debería haber aprovechado la primera media hora para adelantarse en el marcador, pero entre la lentitud de Jean-Philippe Mateta y la imprecisión de Yeremy Pino, que mandó un mano a mano al larguero, los de Oliver Glasner perdonaron demasiado y dejaron que el City sobreviviera hasta la habitual aparición de Haaland.El noruego, que apenas había participado en el juego, cabeceó un genial centro de Matheus Nunes desde la derecha y dejó en evidencia a su marca, Chris Richards, que midió mal el salto.Pese al gol justo antes del descanso, Glasner se fue aplaudiendo a los suyos y enérgico, consciente de que estaban dando la guerra necesaria para meter en apuros al City, y con la llegada de la segunda mitad se les volvió a escapar el tren.El Palace se acercó al empate en un remate de Adam Wharton desde la frontal que pegó en el palo y como respuesta inmediata, el City sentenció esto de la mano del mago Rayan Cherki.El francés, en una transición rápida, se zafó de dos defensas y soltó la pelota a tiempo para que Foden se acomodara en la frontal y delante de Richards, que volvió a salir en la foto, mandara la pelota al fondo de la red.El City contemporizó. Después de visitar el Bernabéu el miércoles, no interesaba un esfuerzo innecesario, mientras que el Palace, al que de nada le servía el 0-2, metió delanteros al campo, como Christantus Uche y Eddie Nketiah, para intentar acercarse en el marcador.Los 'Eagles' apretaron tímidamente el arco de un seguro Donnarumma, que sumó su sexta portería a cero de esta Premier, pero carecieron de oportunidades claras que les hicieran soñar con un milagro en Selhurst Park.A la contra, con todo el Palace metido en el área del City, Savinho encontró una oportunidad para correr y en el mano a mano fue derribado por Dean Henderson. Penalti y doblete para Haaland, que suma ya 17 goles en esta Premier League, seis más que su más inmediato perseguidor, el brasileño del Brentford Igor Thiago.La derrota hace caer al Palace de la cuarta plaza que ahora abrocha el Chelsea con dos puntos de ventaja sobre ellos, en tanto que la persecución sigue casi igual para el City.Ganó el Arsenal al Wolverhampton Wanderers y el Aston Villa al West Ham United, por lo que los 'Sky Blues' siguen a dos de los 'Gunners' y con uno de ventaja respecto al equipo de Unai Emery. La buena noticia para ellos es que ya tienen mejor diferencia goleador que el Arsenal (+22 por el +20 de los de Arteta).Ahora, turno para la Copa de la Liga, donde el City recibirá este miércoles al Brentford en los cuartos de final.
Fue el olor a jabón lo primero que devolvió a William al mundo luego de estar en lo que él describe como "las penumbras de la soledad". Era 2006 y llegó en ambulancia a la Clínica San Juan de Dios de Chía, en Cundinamarca, sin entender del todo cómo había terminado allí. El hombre, de 49 años para entonces, se vio en el espejo después de bañarse y entendió que el agua tibia que corría por su cuerpo le estaba devolviendo, de a poco, su dignidad. "Eso salía negro. Yo quería que saliera blanco", recordó. Y de las líneas de agua que corrían hacia la rejilla comenzó a soltar el agua que estaba escurriendo la sombra de sus más de treinta años sumergido en el Cartucho, la L y el Bronx, experimentando -por fin- a lo que él llamó "los cachivaches de la felicidad".Y aunque se quedó quieto, observando cómo el agua seguía fluyendo negra, decidió aventurarse a soltar lo que él describe como "el abismo de la adicción". Con el mismo rostro sereno que lo sigue caracterizando, William reconoció después de tantos años el desgaste en su lívido y sigiloso andar después de recorrer los callejones más oscuros del antiguo cartucho en Bogotá. Esa revelación, que nació bajo el chorro tibio y el perfume tenue de un jabón barato, fue lo que lo impulsó a tomar una decisión que llevaba posponiendo años: contactar a su familia. Su hermana Gilda, que fue la primera en abrazarlo, comprendiendo los primeros síntomas de su propia resurrección. Ahora es poeta, escritor, trabaja en el área logística de seguridad y lleva consigo una medalla invisible: trece años limpio, luego de una recaída en el 2012. Fue desde muy pequeño que cayó en el consumo y vivió varios años como habitante de calle, enfrentando el abandono, la soledad y los viejos fantasmas de las batallas más feroces que lo llevaron a perder su empleo en el Ministerio de Hacienda, su familia y la estabilidad que muchos dan por sentada. Nació en 1957 en La Tolda, vereda El Placer de Armero, Tolima. Tiene 68 años y lleva más de una década dedicado a la literatura y al arte como herramientas de prevención frente al consumo de sustancias psicoactivas. "Me encontraba esclavo de las adicciones y del consumo"Empezaba la década de los sesenta en una Colombia convulsionada por el conflicto armado. A los 9 años, en 1966, la violencia lo obligó a abandonar la Vereda El Placer, en Armero, Tolima, el lugar donde había crecido. Llegó entonces a Bogotá, una ciudad que lo desbordó y donde tuvo que recomenzar su vida. Recuerda que, por haber interrumpido sus estudios le tocó volver a empezar desde primero de primaria. Ahí comenzó algo que marcaría mucho de lo que vino después: la mofa, las burlas, la presión por encajar. Querer pertenecer lo llevó, a los 10 años, a probar la marihuana por primera vez. William recordó la esencia más pura de sus historias con una claridad sorprendente, como el gesto de querer encajar, que lo acompañó durante más de 15 años como un consumidor funcional; aun así, logró sostener un trabajo en el Ministerio de Hacienda, seguía siendo un trabajador, un hombre de oficina y todavía creía tener el control. Todo cambió en 1979 cuando conoció el bazuco dentro del mismo Ministerio. Su vida, que ya mostraba fisuras por el consumo regular, empezó a desmoronarse con lo que él llama las "drogas de impacto". En 1983, comenzó su descenso definitivo hacia una oscuridad que duraría más de tres décadas. Hablar del Cartucho es, sin duda, tocar una herida colectiva. William describió este barrio, donde vivió más de 30 años, como un lugar gobernado por sus propias reglas y habla de él como un "mundo macabro y tan miserable como el consumo". Convivió con ladrones, trabajadoras sexuales, asesinos, sádicos y también con seres humildes, desgarrados por la pobreza y las adicciones, que aún conservaban principios. Contó que el dolor más grande, en ese entonces, era verse en tal decadencia, verse a sí mismo como una "piltrafa humana", que no tenía la más mínima voluntad de salir.Entre los recuerdos que más lo persiguen está el 'Callejón de la Muerte', un pasaje angosto donde vio caer a un muchacho apedreado frente a él. También recordó, en el polvo ardiente de su mal camino, el estruendo del misil que un día impactó una construcción cercana. William salió minutos antes, casi por azar, casi por milagro, y dijo haber visto una imagen escalofriante cuando el ruido cesó: era una persona con una pierna destrozada por la explosión que, sin sentir el dolor, pedía a gritos una pipa. "Él no sentía dolor, o yo no sé… él pedía una pipa, pero no se impresionaba por el dolor que tenía, solo quería su droga", expresó, reconstruyendo poco a poco los bramidos de su historia.Otro de los momentos que vienen a su memoria fue el asesinato de un lustrabotas, un habitante del barrio que murió por haber manchado la media de un cacique, los distribuidores antes de la llegada de los conocidos "sayayines". El cacique se quejó diciendo: "Me manchó la media que me regaló mi mujer", sacó el revólver y le pegó un balazo. William presenció este hecho en carne propia y lo calificó como algo "impresionante". Según cuenta, un hombre que estaba cerca también presenció la cruda escena e, indignado, regresó luego para matar al agresor del mismo modo. "Era la ley del igual", explicó. Su primer destello de rehabilitación se presentó cuando murió el BronxWilliam lo había perdido todo: memoria, dignidad, familia; incluso abandonó a su hija siendo ella muy joven. Algún día se sorprendió preguntándose cómo un hombre que trabajó en Hacienda podía terminar escarbando basura para comer y sobreviviendo entre lo ilícito y lo miserable. Ya en 2006 fue cuando el Cartucho murió oficialmente y él fue uno de los últimos en salir. Mientras se encontraba censándose en el antiguo Matadero, que hoy es la Biblioteca Central, se encontró con unas mujeres vestidas de blanco, que ofrecían cupos en una finca. Él solo pidió una manilla para censarlo. "Si me dan la manilleta, yo me voy". Y así fue. Llegó en ambulancia a Clínica San Juan de Dios de Chía, sin saber si quedarse o huir. Pensó: "¿A dónde me trajeron? Yo no soy paciente psiquiátrico", y desde la sal de su lengua planeó la manera de irse para seguir buscando infortunios. Finalmente, desistió. Se quedó por miedo a la limpieza social que se rumoraba en las calles y llegó el momento que William sigue atesorando años después de estar sobrio: bañarse. Mientras se esparcía el jabón por el cuerpo, el agua se escurría negra y él quedó impresionado, porque quería verla blanca, fue entonces cuando tomó la decisión de contactar a su familia. Su hermana Gilda, quien fue la primera en abrazarlo, le contó que su madre, de 86 años, había sufrido una trombosis y dudaba si quería verlo, porque él "le había causado mucho dolor".Lo primordial era la falta de su mamá. En terapia le explicaron que él no iba a "ver a su mamá, su mamá lo va a percibir", así que aprovechó la oportunidad. En la reunión, William le habló a su madre sobre su proceso y ella lo felicitó; también descubrió con alegría que su hija Tatiana ya había terminado la universidad y estaba bien. Una vez terminaron la conversación, William se derrumbó y, entre las lágrimas que borboteaban de su corazón, le dijo: "Mamá, perdóneme". La respuesta de Margarita se convirtió muy pronto en el ancla que sostendría su vida futura: "William, lo perdono por lo que pasó y por lo que viene". Salió de la clínica con un contrato laboral y con planes, pero su madre murió a comienzos de 2007. Ese golpe lo volvió a desmoronar: otra recaída, que describe como "una miseria más terrible" durante los que serían los próximos cinco años. Todas aquellas lacras eternas lo llevaron a decodificar el mundo y la soledad por medio de la escritura, que ahora ocupa un lugar en su vida, dando origen al que sería uno de sus primeros poemas:Para las madres que no estánEstos versos son un homenaje para todas las madres que un día Dios llamó a que lo acompañaran en su santo altar,especialmente a mi madre.Son ellas, las que no vemos ni nos regañan ni nos corrigen,pero siempre están con nosotros, al lado de Dios,dándonos su protección divina, iluminando nuestros caminos.Hola, madres que en el cielo están, y a esos hijosque por caminos espinosos andábamos y andan,su perdón nos dieron.Gracias les doy por habernos dado la vida.El momento cuando conoció a DiosLuego de su recaída, el renacer definitivo llegó en noviembre de 2012, cuando Dios "lo tocó" estando en El Restrepo, un tradicional barrio de Bogotá, donde una mujer le dio algo de comer y $2.000, pidiéndole que cambiara. Y aunque su impulso fue comprar una dosis de droga con ese dinero, se quedó dormido antes de lo previsto; la Policía lo encontró y lo llevó a la Unidad Permanente de Justicia (UPJ), donde lo esperaba su "parte espiritual". En ese lugar conoció a Alejandra, de la Congregación Tabor, quien, al son de una aguapanela y un pan, les llevó a los reos una prédica que él ya conocía de memoria. Sin saberlo, así empezó el camino de William de "creer en Dios". Pronto se vio sentado, después de tantos años, en una iglesia, buscando en la religión un refugio aquel martes de noviembre de 2012.Lo que pasó después lo ha tenido que reconstruir poco a poco entre sorbos de café. Contó también que "un hermano" de la iglesia le regaló 5.000 pesos para un almuerzo, un gesto que incluso lo salvó de recaer ese día. Con el billete arrugado y pasos arrastrados, entró en un restaurante de El Restrepo y aunque lo atendieron en la mejor mesa, le dijeron que no lo podían dejar quedar, pero que sí podían venderle un almuerzo para curar las rastras de su soledad. Por unos minutos volvió a sentirse humano. Guiado por esa chispa, pidió cupo en un hogar de paso y aceptó el lugar que siempre había evitado: dormir bajo techo, recibir comida caliente y buscar de la felicidad en su cerco del olvido. Allí, durante un taller, vio un video que lo dejó helado. Era un habitante de calle que sacaba comida de la basura, la escogía con paciencia y la llevaba a la boca. Fue inevitable, admitió haberse visto reflejado en él, solo que ahora él no era el protagonista, más bien ahora era el espectador de su propia realidad. Ese taller lo quebró.Era 7 de diciembre de 2012 y Bogotá celebraba la Noche de Velitas: los niños encendían faroles en los balcones, el aire olía a natilla y a pólvora. Mientras tanto, William, por primera vez en años, dormía bajo un techo y sin consumir. El proceso no fue lineal; incluso en un momento creyó que iba a recaer, pero él asegura que, sin duda, fue "el poder de Dios" lo que lo detuvo y evitó que saliera del centro directamente a consumir. De esa sacudida nació un poema:En el mundo de la drogaPara los que el mundo de las drogas nos absorbióy hoy queremos cambiar:Somos como las rosasque sus pétalos unos caeny otros quedansembremos una rosaque sus pétalos permanezcanembelleciendo el hermoso jardínque es la vidaque por mucho tiempo marchito estuvoy así mismoflorezca el jardínde quien nos amaLos dos pilares que lo devolvieron a la vida: Dios y la poesíaCuando William empezó a recuperarse, una de las primeras cosas que reapareció fue la necesidad de escribir. Así que, una vez limpio, recuperó una voz que siempre había estado dentro de él: la de poeta y escritor. En el lugar de paso, BibloRed ofrecía talleres de escritura creativa y, al ver de inmediato su talento, le sugirieron participar en un concurso con una crónica. William pensó en escribir sobre su vida, pero le pareció demasiado para ser su primer paso en la escritura. Entonces decidió contar la historia de aquel lugar que lo había marcado para siempre: el Cartucho, el barrio olvidado que, por medio de una pluma, intentó recomponer. De allí nació Breve historia del barrio Santa Inés, su primera crónica formal, que inicia así:Esta crónica se basa en un testimonio propio y de personas que vivieron, como yo, en la olla o sector más peligroso de Bogotá. Siendo una de las zonas más peligrosas de Colombia, reconocida mundialmente por la miseria humana que allí se vivió. Situada entre las calles décima y sexta, y las carreras catorce y décima del centro de Bogotá.Fue uno de los barrios de la Bogotá antigua donde vivieron personas adineradas e ilustres personajes de la época, pero que a partir de la revuelta del 9 de abril de 1948, el Bogotazo, abandonaron dicho barrio yéndose a vivir al barrio Teusaquillo y La Soledad. Así, la gente del común poco a poco lo fue habitando y se comenzaron a formar hoteluchos, cantinas, bares de mala muerte y compraventas; también, hubo un terminal de transporte. Así, se fue formando una zona de tolerancia, la plaza de mercado que allí había se conformó por prostitutas, ladrones y gente del común, además de personas que venían de otras partes del país. Paso a paso se iba formando lo que sería El Cartucho.Ese mismo año escribió Las navidades del Negro Palenque, un relato inspirado en un personaje que busca su propia Navidad en medio de la calle. Un homenaje también al boxeador Antonio Cervantes Quintero, más conocido como Kid Pambelé, ídolo afrocolombiano que, como él, cayó bajo el peso de las drogas. Este escrito fue el resultado de una inspiración desencadenada por un libro de cuentos de Navidad en la biblioteca del centro de rehabilitación y pronto se convirtió en uno de los primeros pasos del armeruno en su renacer literario después de su sobriedad definitiva en 2012. William acostumbraba a escribir casi sin darse cuenta, en una tarde cualquiera, con un lápiz prestado y un cuaderno arrugado. Hoy, William sigue escribiendo tratando de dejar atrás lo que ha vivido: las calles sin pavimentar, los cambuches, las recaídas y todo el dolor que ahora ve como los retazos de su vida. Trece años después de su renacer, trabaja acompañando a jóvenes que consumen, a familias que no saben qué hacer, a habitantes de calle y a comunidades en riesgo. Insiste también en que las adicciones "son un sueño mentiroso" que termina arrastrando hacia la decadencia. Con el tiempo, aprendió que lo importante en el camino de la resiliencia es "creer en uno mismo", reconstruir la memoria y sobre todo "volver a retomar". De hecho, este noviembre de 2025 es el mes en el que William Moncada cumple trece años de haber renacido de sus propias cenizas. Lo celebra hoy respirando, caminando por lo que ahora es su hogar en Mosquera, jugando con el lápiz, el papel y las letras. Su voz le pertenece también a quienes todavía están luchando, a quienes empiezan a creer que existe un camino de regreso; y su verdadera rehabilitación fue, precisamente, el poder de volver a contarse.VALENTINA GÓMEZ GÓMEZNOTICIAS CARACOLvgomezgo@caracoltv.com.co
El presidente Gustavo Petro rechazó este domingo el paro armado de tres días convocado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln) en protesta por “las amenazas de intervención imperialista” de Estados Unidos, e instó a la población a vivir la Navidad “sin miedo”.(Síganos en Google Discover y conéctese con las noticias de Colombia y el mundo)“La orden dada a la fuerza pública de Colombia es atacar al Eln y defender al pueblo de Colombia ante cualquier amenaza externa”, escribió Petro en X, donde compartió el comunicado de la guerrilla que convoca, a partir de hoy, a un paro armado de 72 horas en rechazo a lo que denomina la “nueva fase del plan neocolonial” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump."Solicito salir a las fiestas navideñas sin miedo": presidente PetroEl mandatario, exintegrante en su juventud de la desmovilizada guerrilla del M-19, pidió además al pueblo colombiano “salir a la fiesta de navidades (sic) sin miedo”, al asegurar que “el miedo paraliza” y que el país “no se dejará amenazar ni por potencias extranjeras ni por traquetos (narcotraficantes) vestidos de revolucionarios”.“Estas no son amenazas a Trump, son amenazas a Colombia y al proyecto de Bolívar de la Gran Colombia (...) El dueño de Colombia es el pueblo de Colombia”, añadió Petro sobre el paro del Eln, guerrilla con la que su Gobierno inició diálogos de paz que se rompieron tras el vencimiento de un cese al fuego bilateral en agosto de 2024.El Eln anunció el viernes un paro armado desde este domingo hasta el 17 de diciembre en rechazo al despliegue militar estadounidense en el sur del Caribe y el Pacífico, cerca de las costas de Venezuela y Colombia, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico, que según la guerrilla “pretende recrudecer el saqueo de los bienes naturales y riquezas nacionales”.La guerrilla no precisó si la medida afectará todas las regiones donde tiene presencia, que según InSight Crime abarcan al menos 19 de los 32 departamentos del país. Durante los paros armados, el Eln suele restringir la circulación, imponer cierres y amenazar a quienes incumplan sus órdenes. Hasta ahora, la fuerza pública no reporta incidentes, aunque medios locales informaron del cierre total de la vía entre Cúcuta y Pamplona tras hallarse cilindros con insignias del Eln.CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOLX: RojasCamoCorreo: wcrojasb@caracoltv.com.coInstagram: Milografias
Después de dos triunfos convincentes ante Brentford y Slavia de Praga, el Tottenham Hotspur volvió a las andadas y cayó contra el Nottingham Forest en un tétrico partido de Guglielmo Vicario, que cometió dos errores en los goles del Forest.El arquero italiano, que ya fue criticado por su fallo contra el Fulham hace dos semanas que le costó la derrota al Fulham en casa, se equivocó tanto en el primero como en el segundo gol del Forest, ambos anotados en la cuenta de Callum Hudson-Odoi.El Forest, que ya había estrellado un balón en la madera en un cabezazo de Ibrahim Sangaré, se encontró con el primer gol en un regalo entre Vicario y Archie Gray. El guardameta se la dio a Gray, que venía a recibir y estaba de espaldas entre tres futbolistas. Sangaré encimó al inglés, le quitó la pelota y ante la salida de Vicario se la pasó a Hudson-Odoi para que definiera a puerta vacía.La culpa se podía repartir entre Vicario y Gray, pero en el segundo no hubo dudas. Hudson-Odoi, desde la banda izquierda, buscó un centro al segundo palo que se fue envenenando y en el que Vicario midió mal. El italiano dio un paso adelante, calculó mal la trayectoria de la pelota y cuando quiso rectificar y estirarse ya era demasiado tarde. El balón le pasó por encima y se convirtió en el 2-0 para los de Sean Dyche, que han ganado seis de sus últimos ocho partidos entre todas las competiciones.Para poner la puntilla, Sangaré, que había dado las asistencias de los dos primeros goles, se animó desde la frontal con un remate de primeras, a pase del goleador Hudson-Odoi, y la pelota se fue abriendo hasta golpear en el palo y hundirse en el fondo de las mallas.Los 'Tricky Trees' abren distancia con el descenso y se colocan décimosextos con 18 unidades, a cuatro del West Ham United que marca en estos momentos el descenso.El Tottenham, por su parte, se queda en tierra de nadie, undécimo con 22 unidades. Thomas Frank sigue cuestionado.
El estadio Atanasio Girardot fue testigo de un tenso empate 0-0 en el partido de ida de la final de la Copa BetPlay, una nueva edición del clásico paisa que dejó las emociones reservadas para el encuentro de vuelta. Tras el pitazo final, una de las voces más importantes en el ataque de Atlético Nacional, Alfredo Morelos, compareció ante los medios para analizar un duelo marcado por la fricción y la falta de gol.El delantero 'verdolaga' no ocultó su frustración respecto al desarrollo del juego, señalando directamente la estrategia de Medellín. Para Morelos, la intención de Nacional fue siempre proponer un juego dinámico y ofensivo ante su hinchada, buscando brindar un espectáculo digno de una final, sin embargo, su rival no dejó fuir el juego como ellos hubieran querido. "Nosotros con la ambición, con las ganas de querer ganar este partido, obviamente con nuestra gente, dar un buen espectáculo, querer jugar rápido, pero esa quemadera de tiempo del rival, eso para y pausa mucho el partido, pero bueno, eso ya no está en manos de nosotros", afirmó el 'Búfalo'.A pesar del sinsabor por el empate y las críticas al planteamiento del oponente, Morelos rescató la actitud del equipo, especialmente en la etapa complementaria, "yo creo que nosotros desde que terminó el primer tiempo sabíamos que teníamos que dar un poco más cada uno y a eso salimos, salimos a buscar el partido con muchas ganas, mira que tuvimos opciones muy claras, no se nos dieron, pero bueno, hay que seguir, eso también hace parte del fútbol". Aunque la efectividad no estuvo de su lado en esta ocasión, el cordobés se mostró tranquilo y optimista, "se preocupa uno si no tiene las opciones, entonces este es un equipo que crea opciones, que siempre está ahí en el área del arco rival, yo estoy dichoso de mi equipo, yo sé que el profe también, todos estamos juntos hasta el final".Mirando hacia el horizonte inmediato, el mensaje fue de resiliencia y unión. Morelos aseguró que el enfoque del verde paisa estará en recuperarse y entrenar de la mejor manera para ir por el título. "Hay que seguir, hay que con las mismas ganas que tenemos de buscarlo el día miércoles, así vamos el día de mañana a recuperarnos al máximo, los que tengan que hacer recuperación hacemos, los que tengan que entrenar entrenamos para estar al 100 para ese partido", sentenció el atacante.La mesa está servida para una vuelta vibrante, donde Nacional intentará transformar esas "opciones claras" en goles, y Medellín buscará plantear una estrategia que le sirva para coronarse campeón. La cita será este miércoles 17 de diciembre a las 7:30 de la noche, esta vez con 'el poderoso' como local.