Estudiando en carpas improvisadas, compartiendo salón, ingeniándoselas para combatir el frío y hasta comiendo en el piso, pasan los días cerca de 250 estudiantes de un colegio de Sotaquirá, Boyacá.Otras noticias: Papás dijeron que su bebé había muerto por una virosis, pero Policía descubrió una terrible verdad"Me da mucho pesar ver a mi hijo así, de verdad, discúlpeme", dijo, entre lágrimas, Naren Sánchez, madre de uno de los estudiantes.Su llanto es de tristeza e impotencia de ver a su hijo estudiando en condiciones precarias.Pese a esto, de la mano, lo acompaña todos los días camino a la institución educativa Adolfo María Jiménez a cumplir su sueño: ser el mejor estudiante. Pero las necesidades son muchas en este colegio, convertido en una carpa que, a cambio de paredes, tiene lonas.Ejercicios físicos son algunas de las medidas que han implementado para que los estudiantes combatan las bajas temperaturas."Por las mañanas, a uno se le enrojecen las manos por el frío", aseguró Said Arturo González Sánchez, estudiante de la institución educativa Adolfo María Jiménez.Incluso, en la institución se puede observar una pared de sillas con la cual se divide un salón en dos cursos."Es muy triste trabajar así, ojalá, pues, el Gobierno nos ayude para poder mejorar nuestras condiciones", aseguró María Hernández, docente del colegio.Vea también: Emergencia en San Pablo, Nariño, por lluvias: una quebrada se desbordó y arrasó con todo a su pasoMuchos de estos estudiantes pasarán probablemente su bachillerato sin pisar un laboratorio y, del restaurante escolar, no hay nada por ahora."En las peores condiciones, en tema de transporte, de restaurante; en las clases de tecnología, nos toca ponernos a hacer dibujos", comentó el estudiante Juan Sebastián Sánchez Hernández.Hace siete años tumbaron el colegio para hacer uno nuevo y, desde ese entonces, esperan por él."Niños de corazón limpio, noble, que aceptan, que se adaptan realmente a una necesidad, pero que su ilusión necesariamente es tener una calidad de formación", sostuvo Anderson Garzón, veedor de la vereda Carreño.Honestidad es lo que pide la comunidad de la vereda Carreño, sector El Manzano, de Sotaquirá, que manifestó, por ejemplo, que a las 9 a. m. de este viernes, 18 de febrero de 2022, no había un solo trabajador terminando la obra."La señora ministra, que viniera aquí a la institución y se diera cuenta en esta carpa cómo los niños toman sus clases”, aseguró Édgar Borda Gama, rector de la institución educativa Adolfo María Jiménez.Cerca del 90% de la construcción nueva del colegio está lista, pero el 10% restante pareciera no avanzar.Le puede interesar: Tras 16 años de búsqueda, padres se reencontraron con su hijo que les robaron al nacer
Los pequeños productores de queso en Paipa y Sotaquirá, Boyacá, se están quedando sin leche. Aseguran que el acaparamiento de esta materia prima por parte de las grandes empresas sería la principal causa. La situación preocupa a dichos comerciantes.Carne, por las nubes: ¿a qué se debe que su precio haya aumentado en un 29%?Actualmente, los productores de queso viven una difícil situación, teniendo en cuenta que no tienen suficiente leche para elaborar la cantidad necesaria de su demanda. Pero ¿quién se estaría llevando esta materia prima de Boyacá?"Las grandes empresas vienen a Boyacá y acopian gran cantidad de litros de leche y a los locales nos vamos quedando sin materia prima para nuestras producciones", comentó Fanny Esperanza Cárdenas, representante de la empresa Quesos Paipa Factory.Quienes transforman la leche en la zona de Paipa y Sotaquirá, Boyacá, manifiestan que está llegando aproximadamente un 30% menos de esta materia prima."Unos meses atrás estaba entre $1.100 a $1.300, ahorita se está pagando $1.700 pesos, lo que directamente está afectando al consumidor", aseguró Gustavo Adolfo Rojas, representante de la empresa Lácteos Cartagena.Algunas fábricas de queso tienen parte de sus cavas desocupadas."Nosotros estamos en riesgo porque al ir subiendo los precios de la leche como tal, no podemos cumplir con nuestros clientes", añadió Fanny Esperanza Cárdenas.Para ganaderos de la zona, aunque el precio de la leche subió, los elevados costos de sostenimientos de los animales no bajan, tal como el de los concentrados."Eso sí ha aumentado, porque está como a 80 mil el bulto de concentrado", Luis Salazar, empleado de una de las fincas ganaderas de Paipa.La situación viene afectando la producción de todos los derivados de la leche en esta zona de Boyacá, por eso esperan que desde el Gobierno Nacional se tome una medida que no los siga dejando en desventaja.