El Bus Colombia llegó hasta Cartagena, capital de Bolívar. Allí habló con Luis Eduardo Guzmán, Gina Vanesa Baytter, Sebastián Hernández Arroyo, Thaly Durán y María Camila Cardona de temas como salud mental, educación, participación de las juventudes y pandillas. Esto dijeron:
“La salud mental es afectada en el contexto en el que estamos. Si a un joven no se le brindan unas condiciones de vida apropiadas, ¿cómo pueden esperar que esté bien mentalmente?”.
“Las viejas generaciones nos discriminan cuando se habla de salud mental. Nos menosprecian, cuando en salud mental el suicidio es una de las causas más altas de muerte”.
“La salud mental se discrimina no solo por los adultos mayores, sino por la institucionalidad. La institucionalidad tiene la salud mental como un tabú. En Cartagena no hay una oficina donde los jóvenes podamos acudir a lidiar con nuestros inconvenientes emocionales. Y, si es un trastorno, saber cómo tratarlo de manera oportuna”.
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"Las antiguas generaciones creen que es una falta de decisión o falta de autoestima que tenemos los jóvenes. Pero no entienden que, si crecemos en una familia donde nos tienen como un cero a la izquierda, eso va a afectar nuestra mente".
“El tema de la participación juvenil en Cartagena sigue siendo adulto-centrista. Una persona en su escritorio decidiendo por nosotros los jóvenes y diciendo 'los jóvenes no necesitan educación profesional, sino vivir para trabajar'. Entonces, constantemente nos están limitando y diciendo cómo debemos ser jóvenes”.
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“Los jóvenes, por primera vez, somos consejeros de juventud, estamos trabajando por la población juvenil y que vean que los jóvenes sí podemos estar en la administración pública. Son plataformas para pelear las políticas públicas de nosotros los jóvenes”.
“Faltan escenarios para nosotros, pero necesitamos que desde altas entidades se propicien espacios para que las voces que estamos levantando sean escuchadas”.
“El estatuto juvenil no es más que un saludo a la bandera. Las decisiones de los Consejos de Juventudes no son vinculantes. Los jóvenes tenemos que apropiarnos de estos espacios, trabajar y mostrar resultados para que en cuatro años el Legislativo esté obligado a dar un paseo a nuestras decisiones”.
“Faltan garantías para la participación del desarrollo juvenil, es muy fácil hablar del liderazgo, pero el liderazgo lo construimos nosotros desde lo poco que tenemos, muchísimas veces. Queremos acudir a los espacios, pero no contamos muchísimas veces ni para asistir”.
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“Tantos jóvenes en las pandillas, yo creo que viene del ocio, los padres son muy descuidados. Siempre tienden a ser madres muy niñas, entonces no tienen la experiencia para el cuidado de los niños y estos, cuando crecen, son llevados por la delincuencia”.
“El 60% de los jóvenes de Cartagena nacen en situación de pobreza y, de ese 60%, el 25% está en condición de pobreza extrema. No es fácil levantarse y darse cuenta de que no tienes dónde ir a estudiar, no tienes cómo ir a estudiar. No tenemos espacios donde podamos construirnos como personas, entonces cualquier camino se vuelve más fácil”.
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“Ellos no son pandilleros, son jóvenes en distinta condición constitucional. El problema está en el acceso a la educación, el desempleo juvenil tan grande en esta ciudad. Nos piden, saliendo de estudiar, un año de experiencia, ¿de dónde la vamos a sacar?”.
"En el barrio El Pozón hay muchos jóvenes con talentos, pero a veces esos jóvenes no encuentran apoyo ni siquiera en sus familias. Entonces, les tienen que enseñar en casa: ‘Mire la cosa va a ser difícil, pero usted luchándola puede salir a delante’. Muchos jóvenes no están en pandillas porque quieren, sino porque es la única escapatoria que encuentran".
“Al alto mando le quedó grande el país”.