En las elecciones a la Alcaldía de Cartagena en 2019 el voto de opinión dio una gran sorpresa. Derrotando a las maquinarias tradicionales, el candidato independiente William Dau se convirtió en el primer mandatario de la ciudad en terminar su periodo, algo que no ocurría desde hace 10 años. Su elección fue un mensaje de rechazo de los electores a los políticos tradicionales.
"No se nos puede olvidar que nosotros veníamos de la segunda década de los 2.000 en donde tuvimos más de 10, 12 o 13 alcaldes designados, destituidos, encargados, etc. Yo creo que es un momento de transición hacia algo, algo con un poco de más de estabilidad en medio de una crisis de gobernabilidad", comentó el politólogo y docente de la Universidad Tecnológica de Bolívar, Armando Mercado.
A William Dau le critican su bajo nivel de ejecución de obras públicas y la inseguridad en la ciudad, pero hasta sus propios contradictores reconocen que trabajó duro por organizar las cuentas del Distrito y por reservar el presupuesto en ese proceso. Labor ingrata que no genera muchos réditos políticos y es impopular porque no se ven resultados palpables a la vista, aseguró Ómar Carrasquilla, politólogo y Editor Político del periódico El Universal.
"Su premisa era llegar a romper cadenas, cerrarle las puertas a la política tradicional que se robaba los dineros públicos y dejar las arcas saneadas para el próximo alcalde", recalcó Carrasquilla.
Justamente, esa es la paradoja de la actual contienda electoral. La plata que William Dau estuvo cuidando celosamente le va a quedar al próximo alcalde y, según los sondeos de opinión, dos nombres ligados a las casas políticas tradicionales podrían llegar a la Alcaldía: Dumek Turbay y William García Tirado.
En un tercer lugar está Judith Pinedo, pero más que ligarla a clanes políticos, los analistas la ubican como candidata independiente y progresista.
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El más fuerte de ellos parece ser Dumek Turbay, avalado por el Nuevo Liberalismo y un grupo político emergente de San Basilio de Palenque, Partido Democrático Colombiano.
Para los analistas, Turbay tiene fama de buen ejecutor de obras, pues lo demostró cuando fue Gobernador de Bolívar. También tiene buena cercanía con la gente, conecta bien con sus electores, pero igualmente tiene numerosas investigaciones por parte de los entes de control y procesos abiertos en la Corte Suprema de Justicia.
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"En parte de la opinión pública se le relaciona con casas políticas tradicionales, pero también se le reconoce como un gran ejecutor. No obstante, tiene escándalos de corrupción que están ligados a su ejecutoria como gobernante", contó Armando Mercado.
Recientemente, la campaña de Dumek recibió el apoyo de su primo, el senador liberal Lidio García.
Le sigue en las encuestas el exparlamentario William García Tirado, quien estuvo varios años al frente del fondo de vivienda de interés social Corvivienda. Su paso por la vida pública le ha dejado investigaciones y cuestionamientos en la Procuraduría, aunque él se defiende y dice que al final no encontraron pruebas en su contra.
García fue derrotado por William Dau en las pasadas elecciones a la Alcaldía de Cartagena. Dice que aprendió de los errores y esta vez dará la pelea en las calles.
Judith Pinedo, conocida en Cartagena como María Mulata, ya fue alcaldesa de la ciudad y quiere repetir su mandato en el Palacio de la Aduana.
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Sus contradictores le cobran su cercanía con el alcalde Dau y, desde luego, el lío judicial que la llevó a la cárcel cuando el candidato William García la denunció por una supuesta irregularidad en la venta de unos terrenos en el sector de El Laguito, caso que fue resuelto a favor de Pineda por la justicia, pero la dejó marcada y alejada de la vida pública.
Luego de dos años de detención, la Corte Suprema de Justicia determinó que era inocente y ordenó su liberación. Hoy, con la frente en alto y muy segura de su triunfo, recorre las calles en medio de una campaña austera y de mucho contacto con la gente. Dice que es una historia pasada que ya no le quita el sueño.
Isla de Tierra Bomba no le cree a los políticos
De otro lado, la isla de Tierra Bomba está al frente de Cartagena, a cinco minutos en lancha. Sus habitantes llevan más de un siglo esperando que les lleven el servicio de agua potable. Es un lugar bello, pero abunda la pobreza y las necesidades.
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Su gente tiene muchas razones para no creer en las promesas de candidatos. Por eso, como ya lo hicieron hace algunos años, dicen que no votarán por nadie.
"Nosotros no les creemos a ninguno de ellos, porque lo que más necesitamos es el líquido, el agua potable, y ninguno mira por esa parte en nuestro corregimiento", expresó Humberto Martínez, lanchero de la isla.