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Padre de Nancy Mestre habla de extradición de Jaime Saade: "Jamás hay que desfallecer"

Don Martín Mestre aseguró que el asesino de su hija "va a pagar una condena como debe ser". Relató, además, cómo fueron las últimas horas que pasó junto a la joven, asesinada por Jaime Saade en 1994.

“Jamás hay que desfallecer”, dice padre de Nancy Mestre tras extradición de Jaime Saade

Las autoridades de Brasil autorizaron en las últimas horas la extradición a Colombia del barranquillero Jaime Saade, condenado en territorio nacional por el asesinato de la joven Nancy Mestre en el año 1994.

Noticias Caracol habló con Martín Mestre, el aguerrido hombre que buscó por muchos años al asesino de su hija hasta que lo encontró, lo que permitió este desenlace.

Noticias Caracol: ¿Siente que con esta nueva comunicación se está haciendo justicia a la memoria de su hija?

Martín Mestre: Se va a hacer justicia en el momento que ya esté pagando condena en una cárcel de Barranquilla.

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Noticias Caracol: ¿Qué le ha dicho el Gobierno, qué detalles se conocen de la extradición de Jaime Saade?

Martín Mestre: Ha sido muy bueno conmigo y he tenido mucho apoyo. Es un trámite que es de país a país y espero que se dé lo más pronto posible.

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Noticias Caracol: ¿Ha pensado en cómo será ese momento de ver al asesino de su hija?

Martín Mestre: Yo en eso no he pensado, pero si me da satisfacción que va a responder por un delito que hizo. De manera que se va a hacer justicia y va a pagar condena como debe ser.

Noticias Caracol: ¿Cómo fueron las últimas horas de su hija?

Martín Mestre: Llegué a mi casa y me percaté de que ella no había llegado. Empezamos a buscarla, fuimos a la clínica, la encontramos. Tenía un disparo en la cabeza, nos dijeron que se había suicidado, cosa que fue mentira.

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Agregó que “duramos 9 días en el centro médico. El último día con ella en cuidados intensivos le sobamos las manitos, le cantamos, rezamos oraciones para ayudarla. Se la entregamos a Dios. Fue un momento de mucho dolor”.

Noticias Caracol: ¿Qué mensaje le envía a esas familias que atraviesan una situación similar por la justicia de un ser querido?

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Martín Mestre: Jamás hay que desfallecer. La justicia sí cumple. Hay que estar detrás de ellos, pero no desfallecer y estar muy pendiente y no esperar a que ellos hagan todo, sino uno también colaborar.

Una trágica historia


Esta trágica historia comenzó la noche del 31 de diciembre de 1993. Nancy Mestre era una joven barranquillera que tenía 18 años y una vida por delante. Ese día salió de su casa con Jaime Saade, pero nunca regresó.

“Ella tenía permiso para salir una hora después del 31 de diciembre. A las 6 de la mañana me despierto y veo que no había llegado Nancy y salí como loco a buscarla”, dijo don Martín Mestre anteriormente.

En medio de su desesperación por encontrar a su hija, don Martín llegó a la casa de Jaime Saade a buscarla. La escena que vio lo dejó sin aliento, fue, tal vez, el peor día de su vida.

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“Encontré a la mamá limpiando un apartamento que tenían ellos ahí. Yo no me di cuenta de que era sangre, era sangre de mi hija”, agregó.

Saade acabó con la vida de Nancy Mestre la noche de Año Nuevo.

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La joven luchó varios días por su vida en un hospital a donde fue trasladada y el 9 de enero falleció. Según las autoridades, Jaime Saade la violó e hirió con arma de fuego.

El hombre huyó, pero ese mismo año fue condenado a 27 años de prisión. Desde entonces, el padre de Nancy no descansó un solo minuto para lograr encontrar al asesino de su hija.

Fueron años de búsqueda incansable por hacer justicia, años en los que don Martín le siguió la pista con un staff de abogados y ayuda de organismos estatales. Y fue en el 2020, 26 años después de la muerte de su hija, que las autoridades dieron con el paradero de Jaime Saade, en Belo Horizonte, Brasil, donde tenía otra identidad.

Aunque Saade cambió su nombre y aspecto físico, fueron sus huellas dactilares la prueba reina para ubicarlo.

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Fue quizá la mejor noticia en décadas que pudo recibir don Martín Mestre, por fin la vida se encargaba de darle la justicia que merecía la memoria de su hija.

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