El 10 de agosto pasado, una joven de 29 años decidió acabar con su vida. Llevaba ocho años con trastornos alimenticios, es decir anorexia nerviosa y llegó a pesar 20 kilos. Así lo cuenta su hermana:
“Se le encontraba la comida que se llevaba para estudiar, tomaba mucho tinto. Empezó a comer demasiado y en la familia nos dimos cuenta que vomitaba”, cuenta la mujer.
El tratamiento psiquiátrico que recibió no funcionó como se esperaba.
“Se aislaba en su cuarto, había que tocar la puerta y pedir permiso para entrar. Había momentos que se sentía muy triste y decía no quiero vivir”, relata la hermana.
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El 9 de agosto pasado le puedo más la angustia.
“En ese momento es cuando ella sale de la casa, escapa y escuchamos que cerró la puerta”, recuerda la mujer.
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Cerró la puerta para siempre. Se supo que condujo un automóvil hasta caer en una sedación profunda por consumo excesivo de medicamentos.
Adolescente al límite
Una adolecente, de 16 años, ha tenido tres ingresos a una clínica psiquiátrica y dos a cuidados intensivos por intento de suicidio.
“Me golpeo físicamente, me araño, me induzco el vómito. Me da rabia comer o que la gente me diga que coma”, cuenta la chica.
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Su peso normal es de 50 kilos y llego a pesar 35, un peso que por lo general tendría un niño de 12 años.
“Una o dos veces me peso al día y eso para mí es un tormento. Siento que la ropa me queda estrecha que me hace ver gorda”, expresa la adolescente.
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Sus insomnios se han prolongado y la dosis de calmantes ya no tiene efecto.
“Yo escucho voces, de donde vienen no sé, pero las escucho y me dicen constantemente que estoy gorda, que me mate. Yo sé que no estoy mal y sé que puedo llegar a morir”, concluye.
Por eso, ella pide ayuda para tener un tratamiento integral especializado que la salve.
Faltan mejores tratamientos mentales
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Para la hermana de la víctima esta muerte se pudo evitar con un mejor tratamiento psiquiátrico.
Según Carlos López, jefe de psiquiatría de la Universidad de Antioquia, el 95% de los suicidios están asociados a la salud mental y la anorexia es una de las de más alta asociación.
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Agrega, que en la ciudad hace falta una mayor cobertura de salud mental.