Aunque intentaron borrar huellas, el cuerpo de Yuliana reveló su sufrimiento

Ante dos fiscales, Rafael Uribe Noguera confesó el asesinato de la niña Yuliana Samboní. La admisión del crimen se dio luego de que el material probatorio pusiera contra las cuerdas al sindicado.
Según la Fiscalía, pese al esfuerzo por borrar las evidencias en el cuerpo de la menor, la ciencia forense logró identificar pruebas biológicas que se convirtieron en el eje de la acusación que se espera se radique este jueves.
Con base en rastros biológicos los investigadores dedujeron que la menor empezó a sufrir la brutal paliza, que finalmente segó su vida, en la misma camioneta con la que fue secuestrada en el barrio Bosque Calderón.
Los investigadores, además, tienen indicios de que una tercera persona habría participado en el hecho. La Fiscalía investigará además a las unidades de la Policía Judicial que recaudaron las pruebas.  
Otra arista del caso apunta al presunto entorpecimiento de la investigación. En este sentido, la Fiscalía anunció que acelera la investigación contra Catalina y Francisco, hermanos de Rafael Uribe Noguera.
De acuerdo con el ente investigador, pese a que los parientes del sindicado aseguraron que nunca vieron el cadáver de la pequeña en el apartamento, existen pruebas que señalan lo contrario.