Cientos de personas, otra vez, tuvieron que caminar largos trayectos en el suroccidente de Bogotá. Fueron vandalizadas 19 estaciones de Transmilenio.
Además, según cifras de la Alcaldía, 67 buses resultaron afectados por los encapuchados que causaron disturbios en las movilizaciones del 21 de enero, donde de nuevo la avenida Suba fue la más perjudicada.
Los ciudadanos que debieron caminar, encaramarse en camiones o abordar bicitaxis para poder llegar a su destino, calificaron de injusto que siempre paguen los platos rotos.
“Uno que viene cansado y vea, toca bolear pata”, dijo uno de los trabajadores afectados por los problemas de movilidad.
En la carrera Séptima, el adoquín fue levantado por vándalos para usarlos como proyectiles contra las autoridades.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López,
aseguró que en tres de las manifestaciones programadas tuvo que recurrir a "la última instancia" del protocolo para atender estas situaciones, enviar al Esmad de la Policía para dispersar a quienes causan desórdenes.
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