Foto: Durante una pelea entre hinchas de Nacional, dentro del estadio, se exhibieron armas blancas. Cortesía El Tiempo.
El alcalde de Medellín le apostó a la convivencia. Federico Gutiérrez, ‘puso toda la carne en el asador’ para que la manera en la que se vive la fiesta del fútbol en Medellín fuera un ejemplo en América Latina, pero algunos de los invitados se pusieron el baile de ruana. Y no una vez.
Ocurrió ante 900 policías, ante el alcalde y la mirada de millones de personas que vieron el 20 de marzo el clásico 289 entre Deportivo Independiente Medellín y Atlético Nacional (que culminó con un resultado 1-1), en el que las hinchadas de los dos clubes volvían a asistir al mismo escenario deportivo juntas luego de una sanción de más de dos años.
Esa vez un grupo de hinchas de Nacional se enfrentó a golpes con otro, del mismo club. Además, intentó robar un par de banderas de barras del Independiente Medellín y agredió a algunos seguidores del equipo rojo.
Lo sucedido en el derbi paisa tuvo sus consecuencias unas horas después. Doce personas fueron sancionadas. Todas seguidoras de Atlético Nacional.
Algunos de los reprendidos eran miembros de la barra Los del Sur, la más grande que sigue al equipo verde de Antioquia. Otros de La más fiel, un bando disidente que, según Los del Sur, fue expulsado al no aceptar sus normas.
La Alcaldía dijo que no pueden ingresar a ningún estadio durante tres años y que deben pagar una sanción de unos 13 millones de pesos (unos 4.200 dólares) y sus rostros fueron exhibidos para que fueran identificados como los violentos que ensuciaron el clásico paisa. (Vea también: Vea los primeros 12 hinchas que no podrán entrar a estadios por provocar riñas).
A pesar de esa decisión, que parecía ejemplar, la violencia regresó a las tribunas del estadio Atanasio Girardot el domingo. Esta vez el rival no era Deportivo Independiente Medellín, el dispositivo de seguridad ni siquiera era comparable al que se decretó para el clásico y la mirada no estaba enfocada a las gradas, pues no había una alerta que hiciera pensar que los hinchas nuevamente se enfrentarían.
Durante el desarrollo del primer tiempo del partido, cuando Nacional ya le ganaba 1-0 a Atlético Bucaramanga, el fútbol pasó a un segundo plano. En medio de una lluvia de golpes que cayó mientras se enfrentaban varios fanáticos en la tribuna sur, brilló el acero de una de las armas blancas que se exhibieron en la reyerta.
Estaba en manos de una persona que sostenía en su hombro derecho una camisa del club verde y que amenazaba a otra, seguidora de su mismo equipo. Y aunque ninguna de las armas blancas hirió a alguien, ninguna mató a nadie, el terror se esparció por las gradas y un bu generalizado ensordeció al Atanasio Giradot.
La imagen que fue captada por reporteros gráficos de varios medios de comunicación (no hay muchos videos, pues en el escenario deportivo está prohibido grabar) circuló con fuerza en las redes sociales.
El diario Olé, de Argentina, hizo una nota y la tituló Locura Medellín. El diario de ese país en el que han muerto más de 310 personas por violencia en el fútbol desde 1922, según la oenegé Salvemos el fútbol, calificó de grave que una persona apareciera en armada en plena tribuna.
Tras lo sucedido, la Alcaldía de Medellín se pronunció.
Envió un comunicado de prensa hoy en el que anuncia sanciones y en el que califica de confusión la pelea entre los hinchas, según esa entidad, provocada por un golpe involuntario de un hincha que ondeaba una bandera.
“Se generó una confusión en la tribuna, en medio de la cual, un individuo que se encuentra en proceso de identificación exhibió de manera amenazante un arma blanca. Gracias a la rápida reacción de la Policía y a la ayuda de los líderes de la Barra de Los del Sur, el suceso fue controlado con rapidez, sin dejar ningún herido”, dice el escrito.
Según el subsecretario de Gobierno de Medellín, Andrés Tobón, “el hombre que inició la riña se entregó a las autoridades en el estadio. Fue sancionado”. Deberá estar seis meses lejos de las canchas y pagar 3’447.270 pesos (unos 1.117 dólares).
Otras 19 personas fueron conducidas, mas no judicializadas.
Sobre el del puñal, Tobón dijo: “tenemos una identificación parcial, sabemos el apodo, sabemos de dónde viene, estamos intentando hacer todo lo posible para tener su número de cédula, con nombre completo, con domicilio”.
Al ser contactado vía teléfono, Felipe Muñoz, líder de la barra Los del Sur, dijo que estaba en una reunión y que en media hora respondería sobre los hechos.
Al diario El Colombiano un vocero, que no fue identificado, le dijo: “Lastimosamente algunos integrantes de la ciudad de Bucaramanga tenían navajas. Nos duele porque reconocemos que ese tipo de cosas no deberían ocurrir y que no tienen explicación. No tiene absolutamente nada que ver con lo que fue la riña del clásico que tiene unos antecedentes con unas personas que expulsamos de la barra por problemas graves y que en su momento reseñamos”.
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Foto sin editar.
Updated: abril 06, 2016 06:14 a. m.