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El papa León XIV nació en Estados Unidos en 1955 , pero desde la década de 1980 conoció Perú. Desde entonces, su vida y su trayecto religioso estuvieron marcadas por un vínculo muy cercano con el país suramericano y sus problemáticas sociales. Aunque nunca se lo imaginó, por cuestiones de la vida fue nombrado en el año 2015 como obispo de la ciudad de Chiclayo, de la misma nación. En ese cargo duró otros siete años hasta que Francisco, su antecesor papal, lo designó prefecto del Dicasterio para los Obispos en 2023.
Aunque desde ese año tuvo que desplazarse hacia Roma y su vida estuvo principalmente concentrada en esta ciudad europea, el cariño por sus feligreses en la ciudad peruana se mantuvo intacto. Robert Prevost se había convertido en un importante líder de la comunidad hasta el punto en que durante su primera salida al balcón de San Pedro, tras ser anunciado nuevo jerarca de la Iglesia, habló en español y le envío un fraterno saludo a esta población de no más de 615.000 habitantes.
Hasta la tarde de este martes 8 de mayo, gran parte del mundo desconocía el nombre de esta especial urbe de la costa norte peruana, considerada por sus habitantes como la capital de la amistad debido a la calidez y cercanía de sus habitantes con el forastero. Se ubica a solo 14 kilómetros del océano Pacífico, a alrededor de 200 kilómetros de Trujillo y a 773 kilómetros de Lima.
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Y es que, con la llegada del nuevo primado de Italia, esta ciudad latinoamericana podría adquirir mayor relevancia. Bien sea a manera de alguna peregrinación o solo para conocer este territorio, muchas personas del mundo, de la región y posiblemente de Colombia podrían dirigirse hacia este lugar para visitar algunos de los lugares que pisó el nuevo papa antes de llegar a suceder a Pedro
.
Llegar a Chiclayo es sencillo, más aún porque en esta ciudad se encuentra el aeropuerto internacional Capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzáles, terminal aérea en la que aterrizan vuelos desde destinos nacionales e internacionales. Desde una ciudad como Bogotá, por ejemplo, los viajeros pueden tardar alrededor de 38 horas si se desplazan en automóvil. Eso sí, deben tener en cuenta que para llegar hasta esta ciudad costera deben atravesar Ecuador y posteriormente ingresar a Perú por su frontera nororiental.
Para llegar a Chiclayo desde Bogotá en carro pueden tomar la vía hacia Ipiales. Una vez en la frontera con Ecuador deben trasladarse hacia Quito. Posteriormente, las ciudades destino de los viajeros deben ser Ambato o Machala, del mismo país vecino de Colombia. Es recomendable llegar a Perú por la frontera Alamor, muy cerca de la ciudad de Zapotillo (Ecuador).
Una vez dentro de Perú, el siguiente destino de los viajeros debe ser la ciudad de Sullana. Esta se encuentra a, aproximadamente, hora y media de la frontera entre Perú y Ecuador. Tras llegar a Sullana, los viajeros pueden dirigirse hacia la ciudad de Piura y finalmente recorrer un último tramo hacia Chiclayo. Entre estas dos ciudades solo hay una distancia de alrededor de tres horas.
El recorrido desde Bogotá y hacia Chiclayo en avión es más sencillo. Los viajeros interesados en visitar esta ciudad peruana pueden tomar un avión desde Bogotá hacia Lima y, una vez habiendo llegado a la capital peruana, tomar otro vuelo hasta el destino final. Los precios (ida y vuelta) pueden oscilar entre los $ 1.500.000 y los $ 1.900.000 colombianos, dependiendo de la temporada en la que se viaje y el número de escalas que se tomen.
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Si se toma como referencia un viaje desde Bogotá hacia Chiclayo con una sola escala en Lima, los viajeros se pueden tardar cerca de siete horas en llegar a su destino. Por el contrario, si desean economizar y hacer algunas escalas, el tiempo se puede extender hasta las 11, 12 o 14 horas.
Al mejor estilo del Camino de Santiago, pueden haber personas que decidan viajar hacia Chiclayo caminando. Este recorrido puede tardar, según cálculos de Google Maps, alrededor de 475 horas. Si las personas decidieran arriesgarse a asumir esta travesía y optan por caminar alrededor de 8 horas al día, podrían llegar a su destino en 59 días. Los trayectos pueden resultar complicados y con cambios drásticos de temperatura.
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