Desde hace tres meses el pueblo no tiene agua, luz ni alcantarillado. Habitantes dicen que nadie, ni el presidente, responde. “Es como otra masacre”, lamentan.
Una vida digna, solo eso, piden en el nuevo Bojayá. Aunque parezca increíble e inhumano, quienes sobrevivieron a la matanza del 2002 no paran de sufrir.
"Gritan los bojayaseños: queremos vivir tranquilos, que se nos cumpla ese sueño", se escucha en las calles.
Y es que, cansados de promesas incumplidas y de capotear injusticias, los moradores de este municipio del Chocó decretaron un paro cívico que completa ya cinco días y que, advierten, no levantarán hasta que haya soluciones reales al problema de los servicios públicos.
“Sin agua y sin energía ningún municipio sale adelante”, recalca Elaine Perea, habitante de Bojayá.
Si no los escuchan, en el pueblo no habrá elecciones el 11 de marzo.
“Permanecer en plantón y, si no hay soluciones simplemente, no votamos en Bojayá”, afirma José de La Cruz, líder del paro.
En estas calles, por donde aún camina el dolor de la masacre en la que muchos perdieron familias y lo poco que tenían, recuerdan que el premio del Nobel que les prometió el presidente tampoco llegó.
“Y hasta hoy, saliendo del cargo, no hemos tenido ninguna respuesta ni siquiera verbal. Lo estamos esperando”, dice Máxima Asprilla Palomeque, otra líder.
Todos los días los bojayaseños llegan al río Atrato a bañarse y lavar sus platos, pero también a llevar el agua de sus alimentos.
“Todo acá, en el río, hasta tomarse esa agua; hervirla y tomarla, porque si no estamos perdidos”, relata Margarita San Martín, una madre.
El gobernador del Chocó llegó a Bojayá con sus secretarios de Educación, Energía, Acueducto y Alcantarillado para buscar una pronta salida a la crisis social.
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Updated: marzo 05, 2018 03:07 p. m.