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Fernando Botero y Pietrasanta, la ciudad de Italia que se enamoró de su estilo y sencillez

Los artesanos y habitantes de Pietrasanta encontraron en Fernando Botero a una persona humilde, enamorada del arte y que llegó en búsqueda de la tranquilidad.

Fernando Botero y Pietrasanta, la ciudad italiana que se enamoró de su estilo y sencillez

En Pietrasanta, una ciudad de La Toscana italiana, el maestro Fernando Botero encontró un lugar en el que podía trabajar, hacer sus esculturas y hacer una vida con su familia. En dos ocasiones, Noticias Caracol llegó hasta ese lugar para ver la cotidianidad del artista.

Pietrasanta ha sido el hogar de grandes artistas como Da Vinci y Miguel Ángel, quienes escogieron en esa región el mármol de sus esculturas. Fernando Botero llegó hasta allí, pues la ciudad goza de buena fama en cuanto a la fundición y trabajo con el bronce.

“Miguel Ángel vivió aquí en esta ciudad. Esta es la placa. Cuando fue a buscar el mármol lo encontró aquí en la montaña de atrás. Él diseñó los caminos por donde vino el mármol hasta Pietrasanta”, dijo el maestro Fernando Botero en julio de 2004.

Noticias Caracol conoció cómo esta ciudad empezó a tener el estilo del maestro Botero. Hoy sus obras, tales como El guerrero, adornan a esta atractiva zona de Italia. Asimismo, en la iglesia de La Misericordia se encuentran dos de sus frescos, titulados La puerta del paraíso y La puerta del infierno.

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Noticias Caracol lo visitó en 2004. Para ese momento, Fernando Botero ya llevaba viviendo allí 27 años y ya había sido nombrado como un ciudadano ilustre. Las cámaras captaron su actividad en el taller, donde pasaba 10 horas al día.

Este noticiero logró reseñar cómo el maestro Fernando Botero se encargaba del embalaje de la escultura de El hombre a caballo: “La mitad del tiempo se va en pulir la escultura, porque cuando sale de la fuente sale muy áspero el bronce, muy brutal. Es a base de mucha paciencia de estos artesanos que pasan días y días en frotar ese bronce hasta que lo dejan perfecto”.

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Fernando Botero habló del amor y la paciencia con las que le daba vida en bronce a las figuras que creaba en su mente: “Me gusta ese tipo de terminado extremo, pero bueno, de pronto uno hace cosas así, como uno tiene la libertad de hacer lo que le da la gana, hay que aprovechar”.

“Los sábados por la mañana uno ve la ropa de todo el mundo colgando afuera”, dijo el maestro Botero desde su plaza favorita.

En 2022, Noticias Caracol volvió y habló con Adolfo Agolini, el propietario de la fondería Mariani y gran amigo del maestro Botero.

Todos los años siempre hace una gran cena con todos los artesanos y sus familias, esto quiere decir mucho. Ver esta atención es bello”, dijo el artesano.

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En esa ocasión también se realizó una visita a la casa que el maestro compró en 1983. Un refugio en medio de la belleza y la tranquilidad de esa zona de Italia. La vivienda tiene dos plantas y un bello jardín adornado por La Venus, una escultura en bronce.

Su restaurante preferido era Il Posto, donde degustaba de la mejor comida italiana. Simone Andreano, dueño de ese lugar, manifestó que el maestro Fernando Botero se sentía “en casa, libre y contento”.

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En algo coinciden todo lo que lo conocieron: su generosidad, humildad y sencillez.

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