El sonido del carrotanque es melodía para los oídos de cientos de familias en las veredas del municipio de Malambo, Atlántico, cuando se aproxima a sus humildes hogares el agua potable, distribuida por unidades de la Policía.
Sentados sobre una butaca de madera y con los tanques vacíos, los moradores de la humilde población, se reúnen a esperar el preciado líquido.
"Estoy bien agradecida más que el alcalde nos ha tenido abandonados. Tres días para acá he comprado el agua porque la necesitamos a veces uno no tiene plata para comprarlos", declaró Josefina Barros, afectada por la sequía.
De esta forma, 10 mil litros de agua se convierten en el alivio de cientos de familias, que desde hace dos años, reciben el preciado líquido.
"cuando se nos acaba, a sufrir con el bolsillo. A venir a comprar, a encargarla para que la vengan a traer. Le hemos llamado la atención al alcalde porque cuando hay reunión se pierde", declaró María Suárez.
Sentados en su butaca de madera, los habitantes esperan que la sequía pase pronto y las promesas de los alcaldes, de construir pozos, finalmente se cumplan.
Updated: diciembre 26, 2014 11:45 p. m.