Fue el encargado de introducir la doble c, característica de Chanel. La causa de su muerte sería un cáncer de páncreas.
Karl Lagerfeld, fallecido el martes, tenía un lugar destacado en las alfombras rojas, donde un puñado de actrices lucían sus modelos de Chanel o de Fendi, testimonios de su capacidad única para mezclar modernidad y clasicismo.
Hasta comienzos de los años 90, las galas de premios no interesaban a los grandes modistos, ya que la mayoría de las actrices elegían a diseñadores estadounidenses, cuyos nombres son casi desconocidos hoy en día.
Pero con la emergencia de programas y canales dedicados al mundo del espectáculo y a las celebridades, como E! en Estados Unidos, y al auge de internet, la visibilidad de esas figuras de la moda se disparó.
Al frente de Chanel desde 1983, y colaborador de Fendi desde 1965, Karl Lagerfeld acompañó ese cambio, pero siempre a su manera.
El hombre de la coleta se centró en un grupo de mujeres que lo inspiraban, instaurando con ellas relaciones especiales.
Gwyneth Paltrow, Julianne Moore, Nicole Kidman y, más recientemente, Keira Knightley, Kristen Stewart y Emma Stone formaron parte de las elegidas: todas presentaron más de una vez un modelo de Chanel en un gran acontecimiento.
El estilo del creador alemán se caracterizaba por el uso de pocos colores, a menudo el blanco y el negro, y por su gusto por las incrustaciones y los bordados de perlas, cristales o lentejuelas, con la delicadeza que distingue a la alta costura del prêt-à-porter.
En la alfombra roja, el modisto trataba de reinterpretar una y otra vez los códigos de Gabrielle Chanel para seguir siendo actual.
Otra particularidad del creador era que Chanel no solía diseñar vestidos especialmente para las alfombras rojas, aunque Lagerfeld hizo algunas excepciones, entre ellas Julianne Moore.
En 2015, la actriz recibió el Óscar a la mejor actriz en un vestido de Chanel que necesitó cuatro pruebas y 500 horas de trabajo.
Chanel no paga
Ese año Lagerfeld declaró al diario The New York Times que Moore correspondía a su idea de la mujer perfecta, no sólo por su físico, sino por su forma de ser.
"Hemos pensado que estaría bien ser fiel", explicó entonces Leslie Fremar, la estilista de Julianne Moore, al medio digital Business of Fashion. "Es agradable elegir una marca que te va a apoyar, que no tiene nada que ver con una relación financiera".
A diferencia de la mayoría de las marcas, que llegan a pagar hasta 250.000 dólares por aparecer en ceremonias como los Óscar, según la revista The Hollywood Reporter, Chanel siempre se ha negado a remunerar a celebridades para que lleven sus modelos ante las cámaras.
Una decisión que tuvo bastante eco en la prensa en febrero de 2017, cuando Lagerfeld reveló que Meryl Streep se había negado a llevar un vestido de Chanel confeccionado para ella, a cambio de un modelo diseñado por un creador que había aceptado pagarle.
"Tras haberle regalado un vestido de 100.000 euros -unos 113.000 dólares-, nos hemos enterado de que debíamos pagar", dijo entonces Lagerfeld al medio Women's Wear Daily.
"Les damos vestidos, hacemos vestidos, pero no pagamos", afirmó. "Una actriz genial, pero también un poco 'ordinaria', ¿no?".
Una furiosa Meryl Streep negó esa información, y Lagerfeld salvó la cara al calificar lo ocurrido de malentendido.
Por lo general, aunque vestía a varias estrellas de cine, el diseñador de las gafas negras no era un amante del mundo de Hollywood.
En una entrevista celebrada en público por Women's Wear Daily en Nueva York en 2013, Lagerfeld añoraba la ligereza de los años 70, una época "sin pretensiones". "No había alfombra roja, ni 200 guardaespaldas para acompañar a una celebridad. Hoy las cosas están demasiado organizadas".
"Y hay otro problema" con las alfombras rojas, explicó. "Si le das a una actriz un vestido de alta costura encargado por una clienta, esta anula enseguida el pedido".
"Tal vez tengan miedo de que sus maridos hagan comparaciones y encuentren que el vestido le quedaba mejor a Nicole Kidman", dijo con su malicia habitual.