Es obligatorio para los varones mayores de 18 años, pero la incorporación a las filas solo afectará a quienes aún no hayan cumplido 24 años de edad.
El servicio militar se podría prestar en el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada Nacional, la Policía Nacional o el Inpec, todo depende de las necesidades o de la suerte.
Su duración es de 18 meses y para bachilleres solo de 12.
Las Fuerzas Militares son las que determinan a qué región del país envían a cada joven que va a prestar su servicio militar.
Para salvarse pueden surgir varias circunstancias: la primera es la objeción de conciencia, es decir, que por razones de su religión al joven le está prohibido empuñar las armas.
Otras circunstancias son: que el joven sea hijo único, si es huérfano y sostiene a sus hermanos o vela por sus padres incapacitados para trabajar, si es víctima de la violencia, que su padre haya muerto en combate, si es papá o casado o tiene unión marital de hecho y jóvenes en condición de discapacidad, entre otras causales.
Estar trabajando no es causal para que lo exoneren del servicio militar, ya que, de hecho, a las empresas les está prohibido contratar a jóvenes que no hayan resuelto su situación militar.
Si el hombre ya tiene 24 años o menos, pero se salvó de prestar el servicio militar, debe pagar una tasa de compensación para que le den su libreta militar, aunque hay casos especiales en que no pagarán dicha tasa.
Si el joven no ha resuelto su situación militar o si fue citado a prestar servicio pero no acudió, se considerará remiso y eso conllevará a sanciones económicas.
Sin embargo, hasta diciembre del próximo año está en vigencia una ley de amnistía para que miles de jóvenes remisos normalicen su situación y consigan su libreta pagando solo 125 mil pesos.