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  • Gol Caracol

    Por estos días hay un fuerte rumor de que Macnelly Torres abandonará a Junior para irse a jugar al Atlético Nacional de Medellín. Dejaré claro que no tengo absolutamente nada en contra del 10 de Junior, pero expresaré lo que gran parte de la afición siente al ver este tipo de comportamientos en un jugador que se supone que es de la entrañas del club. Junior se trae a Macnelly Torres cuando estaba sin equipo, enredado con los árabes y con una para de casi 6 meses, sin competencia, fuera del Mundial por la decisión de irse a jugar a una liga que, como dijo "el Pibe" Valderrama "no lo iba a ver ni su mamá". Pero a pesar de todo esto, Don Fuad Char confía en él y en sus condiciones de gran jugador que es, se lo trae sabiendo que el presente del jugador no era el mejor, convirtiéndolo en el primer refuerzo del proyecto Alexis Mendoza para brindarle una nueva ilusión a la hinchada tiburona. El primer semestre del barranquillero con Junior fue bueno, sin llegar al nivel que todos le conocemos. Cuando todos estábamos ilusionados esperando que se quedara para afrontar Liga, Copa Sudamericana y Copa Águila, da unas declaraciones no agradables que han caído muy mal en los aficionados: “Creo que me sentiría bien allá o acá, tengo que decirlo sinceramente. Esta es una cuestión más de qué es atractivo para mí y se va a mejorar un tema que no deja de ser incómodo”. En estas declaraciones deja entrever que le da igual estar en Nacional o en Junior, club al cual le expresó querer estar hasta que se le acabaran las piernas, al equipo que le debe mucho porque fue donde se formó como profesional y del que dice ser hincha. También se puede ver que los verde$ es unas de las razones que lo tienen pensando en dejar el club que le dio la mano cuando estaba en el anonimato, incluso ni el mismo Atlético Nacional lo quiso contratar cuando no resolvía su situación con el equipo árabe, y eso que entrenaba con ellos en la sede deportiva de Guarne. Junior fue el equipo que se arriesgó a contratarlo sabiendo que su situación no era la más clara. Creo que más allá de que Macnelly se quede o se vaya del club, queda muy claro que ya no hay esa comunión entre el hincha y el jugador, teniendo en cuenta que hace unos meses insultó a un hincha por twitter, suceso que generó mucha molestia en la hinchada rojiblanca. En conclusión, creo que en Junior se necesitan más jugadores de la clase de Sebastian Viera, Ivan Vélez, Jhonny Ramírez, Gustavo Cuellar, Giovanny Hernandez, “Pibe” Valderrama, Victor Pacheco, Lucho Grau, solo por nombrar algunos que sí saben el significado del club y de esta hinchada. Por: @cristianyaber

  • Gol Caracol

    En una grandiosa entrevista que fue publicada en noviembre de 2011 en la Revista El Gráfico, Diego Borinsky pudo acercarse un poco más a la persona detrás de ese gran formador de juveniles. Dialogó a solas con José Néstor Pekerman, quien para entonces su única preocupación era jugar con sus nietos y observar tres partidos al tiempo los fines de semana en su casa de Hurlingham, en el noroeste del gran Buenos Aires. El tiempo ha transcurrido y su cabello denota algunas canas más que aquella vez que se le vio levantando la Copa Mundial Sub 20 en la cancha de Vélez en el 2001 como entrenador de la Selección Juvenil Argentina. Ahora retirado de la actividad, luego de un exitoso paso por México donde dirigió a Tigres y a Toluca, sacó algo de su tiempo para dialogar sobre distintos temas, entre ellos su historia con Messi, así fue como empezó: Luego de su recordado paso como entrenador de la Selección Juvenil Argentina, Pekerman recibió una propuesta que se acomodaba a sus pretensiones y deseos, la del Leganés, un modesto equipo de la segunda división española. La idea de vivir en España le agradó por lo que decidió aceptar y se convirtió a principios del 2003 el Director Deportivo del club, dentro de sus labores estaba la de cazatalentos, por lo que a menudo iba a ver los partidos de las divisiones inferiores de los equipos de Madrid en búsqueda de algún erudito del fútbol. Un día escuchó que en las categorías juveniles del Barcelona se destacaba un petiso rosarino, se llamaba Lionel, a quien la selección española Sub 20 estaba intentando convocar para sus próximos encuentros, por lo que José supo que había que actuar rápido. A la semana siguiente, aquella categoría del Barcelona donde jugaba ‘Leo’ como le decían en España visitaba al Alcorcón, por lo que Pekerman no dudó y lo fue a ver. La actuación de Lionel Messi, la figura de aquel partido lo dejó perplejo y sin pensarlo dos veces llamó a Hugo Tocalli, para entonces su sucesor en la dirección técnica de la Selección Juvenil Argentina: “Hugo, te pido por favor, sé que los tiempos no dan, pero lo único que te digo es que estoy sorprendido, es algo diferente. Por favor, hablá con Julio, al menos que arme un partido amistoso; después, si no lo podés llevar al Sudamericano, no importa, pero armen ese partido” fue el pedido de Pekerman a Tocalli. Aunque Tocalli tenía que entregar la lista definitiva dos días después, decidió hacerle caso a José e incluyó a aquel chico del que su amigo le habló. Finalmente se organizó un partido amistoso en la cancha de Argentinos Juniors contra Paraguay donde Lionel iba a jugar por primera vez con la camiseta albiceleste. Aquel encuentro se disputó el 29 de junio de 2004, al término del primer tiempo Argentina se encontraba arriba 2-0, en el comienzo de la segunda etapa ingresó aquel chico que Pekerman había recomendado convocar, el encuentro finalizó 8-0. Desde entonces Messi no volvió a ser el mismo y poco tiempo después debutó como profesional en el Barcelona. A su vez, algunos meses después Marcelo Bielsa renunció como entrenador de la Selección Argentina, el elegido por Julio Grondona para llevar a la selección albiceleste al Mundial de Alemania 2006, fue José Pekerman. El 17 de agosto de 2005 en Budapest, Argentina conducida por José enfrentó a Hungría, fue el debut de Lionel Messi en la Selección Argentina de mayores, Pekerman le brindó la confianza y lo hizo ingresar en el segundo tiempo, aunque pocos segundos después de haber entrado, ‘la pulga’ se fue expulsado. En las Eliminatorias para el Mundial de Alemania, la selección conducida por Pekerman no tuvo problemas y clasificó en el segundo lugar, tan solo superado por diferencia de gol por Brasil quien se quedó con el primer lugar. Argentina hizo base Herzogenaurach, en Baviera, donde compartió el grupo C con Holanda, Serbia y Montenegro y Costa de Marfil. La albiceleste no tuvo problemas y se clasificó a octavos de final como primero del grupo, seguido por Holanda con siete puntos. En esa fase tuvo que enfrentar a México, dirigido por Ricardo Lavolpe, el partido se definió en tiempo extra con un formidable gol de Maxi Rodríguez. El partido de la polémica fue el que disputaron en cuartos de final contra el dueño de casa, Alemania. Allí Argentina se puso en ventaja tras un cabezazo de Ayala, pero faltando diez minutos para finalizar el partido Klose empató para los teutones. En aquel momento todos pedían que ingresara Messi, pero Pekerman se decidió por Cruz para reemplazar a Crespo y dejo a ‘Lio’ en el banco ya sin posibilidades de entrar. Al final el partido se decidió en los penales donde Alemania acabó con las ilusiones de los argentinos, y dejó a ‘Lio’ sentado en el banco con sus esperanzas de ganar un Mundial aplazadas por cuatro años más. Para Pekerman se dicen muchas cosas que no son ciertas, para entonces Messi era un jugador que apenas se estaba consolidando en el Barcelona, por lo que él quería llevarlo de a poco. “Acá hay grandes figuras, este equipo está consolidado, trabajamos mucho para este Mundial, lo tuyo es algo sorpresivo y estamos contentísimos, vas a hacer tu aporte, pero mirá que hay jugadores que quedan en el banco que son impresionantes. Vos tenés que captar enseñanzas, entonces por ahí son pocos minutos y tienen que ser aprovechados; ganarse un lugar en plena competencia no es fácil” Fueron las palabras de Pekerman a Messi, él lo entendió, la mayoría del periodismo y la gente nunca se enteró de esta charla. Luego de la eliminación José Pekerman decidió renunciar, para él su tiempo en la Selección Argentina había terminado: “No todos querían que yo siguiera, siempre he querido lo mejor para la Selección, pero me parecía que no era bueno que siguiera, aunque siempre voy a agradecerle a Julio Grondona por la oportunidad que me dio”. Fue el final de un ciclo que hasta el día de hoy se recuerda con gran agradecimiento por parte de los jugadores que pasaron por sus manos, para muchos fue él quien le devolvió la esperanza de ganar un Mundial a los argentinos, además de ser reconocido como el formador de la camada más exitosa de jugadores que hoy disfruta Sabella en la Selección Argentina. Messi continuó su carrera en el Barcelona donde pudo demostrar todo su talento en su máxima expresión. En el 2009 ‘Lio’ fue elegido como el mejor jugador del mundo, por lo que se le otorgó por primera vez el Balón de Oro de la FIFA, su discurso tuvo una dedicatoria especial. France Football lo había elegido como el mejor de todos, por lo que en la premiación debían pasar un video con quienes habían sido importantes en su carrera, Lionel eligió a José Pekerman. “Para mí fue un gran orgullo que me dedicara el premio, nunca me voy a olvidar cómo le brillaban los ojitos aquella primera vez que hablé con él en Madrid”, recordó con orgullo José. En un primer momento, Pekerman admitió que no podía aceptar dirigir una Selección de Sudamérica porque no estaba preparado para competir contra Argentina: “Estuve mucho tiempo haciendo el duelo, tuve también un tiempo de transición para la familia”. Aunque lo han intentado convencer de todos los lugares del mundo: Japón, China, Australia, Estados Unidos, Chile. Ni hablar de las tentaciones económicas, como la que le propusieron para dirigir en Qatar, él siempre tuvo una respuesta: “¿Qué voy a ir a hacer a lugares donde uno no tiene un conocimiento pleno y no sabe si va a poder desarrollar un proyecto? si uno va a enseñar fútbol, al menos debe saber cómo piensan, qué quieren hacer”. Ahora hace parte de la Selección Colombia, país en que jugó y donde nació su hija Vanessa, para él lo importante es que ahora “Por lo menos tengo un conocimiento, pienso que el entrenador, cuando toma una responsabilidad, va a servir a la causa. Gracias a eso hoy en día se dice: En Venezuela quedó marcado lo de Pastoriza, en México quedó marcado lo de Menotti, o Bielsa en Chile”. El viernes jugará por segunda vez contra su selección, su misión estará en controlar a quien tiempo atrás convocó por primera vez para la Selección Argentina y quien hoy en día se ha convertido en el mejor jugador del mundo y tal vez de la historia: Lionel Messi. Así como en todos esos países se recuerda a aquellos grandes entrenadores que dejaron su huella, él solo espera que algún día en Colombia, se recuerde a José Pekerman. *Esta historia fue publicada en este mismo espacio el 6 de junio del 2013. Por: Daniel Santamaría Jaramillo. Twitter: @danielsaja03

  • Gol Caracol

    “Espósame, pero te vas a cagar a todo Chile”, le dijo Arturo Vidal, ‘El Rey’, el crack de la selección anfitriona de esta Copa América 2015, al carabinero que lo detuvo tras el accidente de tránsito que causó la primera gran novela de este torneo. Resumamos: Sampaoli les dio el día libre a sus jugadores tras el 3-3 con México, el volante de Juventus se fue en su Ferrari y se tomó unos tragos en un casino con su familia, y regresando a la concentración, pasado de tragos y de velocidad (no es buena combinación, ¡menos en un Ferrari!), se estrelló con otro vehículo. No hubo muertos, pero la esposa de Vidal sufrió contusiones "de mediana gravedad", según el parte médico. Según la ley chilena, Arturo Vidal tenía que ir a la cárcel, y efectivamente pasó la noche detenido; sin embargo, en la mañana, en la audiencia frente al juez, le dieron libertad condicional, le quitaron la licencia de conducción, le pusieron una multa y le dijeron que se tiene que reportar mensualmente en el consulado chileno en Milán. Tras esto, que de por sí es arbitrario pues según consulté en el código de policía de Chile lo que hizo Vidal da entre 61 y 540 días de cárcel, vino el colofón: el técnico Sampaoli, en una rueda de prensa en la que dejó claro que perdona el error de su figura porque lo necesita para poder dar la pelea en la Copa América, cerró un nuevo episodio de cómo el fútbol está sobre la ley en nuestras tierras latinas. De eso sí que sabemos en Colombia y el primer nombre que se viene a la mente, claro, es el de Jairo ‘El Tigre’ Castillo, que estuvo implicado en la muerte de dos jóvenes en 2001, “homicidio culposo” dijo el juez, dictando una condena en prisión de 36 meses que nunca se cumplió. Porque en esta parte del mundo el fútbol está por encima de la ley: Javier Flórez asesinó a tiros a un hincha del Junior en 2009 pero su tiempo en la cárcel fue mínimo, Freddy Rincón aparece en la lista de buscados de la Interpol y aún así firma autógrafos y da entrevistas en Cali y Bogotá, Eudalio Arriaga le disparó a una joven en Turbo y le dieron casa por cárcel… La lista sigue y tal vez la única excepción en Colombia es René Higuita, quien sí tuvo que ir preso siete meses por intervenir en la liberación de un secuestro. Se le acusó de enriquecimiento ilícito. Ahora, el problema no está en que las figuras públicas estén por encima de la ley. El tristemente famoso “usted no sabe quién soy yo”, que va de falsos sobrinos de expresidentes a jovencitas de escote generoso y camisa con botones firmes, nace precisamente porque en Colombia (y en Chile, y en general en Latinoamérica), hay un serio problema de institucionalidad: no respetamos a las instituciones y a quienes las representan. El análisis va más allá de los casos de tránsito: por tradición respetamos al líder, no a la ley, pues la ley ha sido violada tantas veces –mostrando la debilidad de las instituciones- que buscando legitimidad le apostamos al fuerte, al famoso, al “importante”. De ahí la corrupción y el abuso; es decir, si sabes que no te va a pasar nada porque puedes darle la vuelta a las leyes amparado en tu poder/fama/dinero/contactos, ¿para qué cumplirlas? El caso es que los hinchas chilenos están felices con el perdón a Vidal, olvidando que seguramente si uno de ellos hubiese sido el del accidente a esta hora estaría detenido. Pero eso qué importa, el discurso continental es que el bien común es el fútbol, no el respeto a las instituciones, y gracias a su valor en lo primero el crack puede saltarse lo segundo. Piénselo de la siguiente forma: si James protagonizara un accidente así en Colombia, seguramente tampoco le pasaría nada judicialmente hablando. La opereta de Vidal, además, terminó como tocaba. Entre lágrimas, tras ser perdonado por la justicia y por el técnico, el ídolo salió a disculparse con todos en una rueda de prensa en la que dijo estar muy avergonzado, demostrando que Latinoamérica no sólo es la tierra de la falta de peso de lo institucional, sino del melodrama. Varios aplaudieron. Pero la novela sigue en la medida en que todos están pendientes de Vidal y su rendimiento: si Chile fracasa, será su culpa y la de Sampaoli por no haber sacado del equipo a un díscolo. Es más, como bien lo señaló un colega chileno: ¿con qué criterio le dice el técnico algo ahora a cualquiera que se salte la disciplina de la selección? Ya suficiente presión tenía Chile para ganar su primera Copa América... ahora, si la gana, el mensaje será aún más extraño: saltarse la ley y el orden vale siempre y cuando seas exitoso. Sí, éticamente delicioso. En Twitter: @PinoCalad

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    No, no sólo era el discurso de los hinchas que soñaban con un debut triunfal frente a Venezuela y que hasta este primer partido estaban, en su mayoría, hablando de pelear el título. Tampoco se trataba de la ilusión de medios patrioteros ni de anunciantes a los que los triunfos de la Selección Colombia les engordan los bolsillos. Tanto Pékerman como los jugadores hablaron en la antesala de esta Copa de mantener el prestigio obtenido en Brasil 2014 y de pelear el campeonato. Ellos hablaron de ganar, de levantar trofeos, de demostrar cosas. Por eso es inevitable preguntarse: ¿por qué ese debut frente a Venezuela? No se trata sólo de la derrota, que de por sí duele y pesa, pues ahora hay que jugarse la vida con Brasil para tratar de llegar con opciones de clasificación frente a Perú, se trata del juego: ¿qué le pasó a la Selección Colombia que nos enamoró en la eliminatoria y el Mundial? ¿Qué pasó en este 2015 con el equipo ordenado y lleno de talento y enjundia que nos cautivó en 2012, 2013 y 2014? Claro, los jugadores no son los mismos, y no hablo sólo de la renovación en la nómina: ya no están Yepes o Perea, no vinieron Aguilar y Guarín, pero, además, Falcao, Zúñiga, Armero, Zapata y Valencia no son lo que fueron. Detesto decirlo, pues he admirado su fútbol desde que jugaba en Nacional, pero frente a Venezuela vi la versión más triste de Camilo Zúñiga en muchísimo tiempo. Las lesiones y la falta de ritmo le han pasado factura al que fue un lateral fantástico y que en el primer duelo de esta Copa América dejó todo qué desear. Yo, Falcaísta como el que más (lo admiro, me parece un goleador tremendo, detesto lo que vivió en el Manchester United), sentado en la tribuna del Teniente de Rancagua pude ver a pocos metros lo que tantos le criticaron al Tigre en Inglaterra: no es el mismo que vi en la Eliminatoria, no está fino, está ansioso, le cuesta demasiado hacer lo que en 2013 le salía como respirar. Como tampoco es el mismo Zapata, antes eterno suplente de Yepes cuando era titular en el Milan y hoy su reemplazo en la zaga cuando pocos partidos ha tenido desde enero; ni es el mismo Armero, recién contratado por Flamengo, ni es el mismo Valencia, antes 5 temible y ahora, tras varias lesiones, reinventado como volante por izquierda sin salida ni presión. Y ahí van otras preguntas, ¿por qué si el discurso oficial es que se venía a Chile a pelear el título, en el primer partido pareció que el equipo fue planteado para reivindicar a los que no han tenido un buen año en sus clubes? ¿Por qué el primer tiempo pareció que el reputado equipo colombiano menospreció a un rival que hasta el más ignorante aficionado sabe que siempre ha sido complicado para la Selección (sí James, hablo de ti)? ¿Por qué queda la sensación de que Pékerman respetó de más a un camerino que no tuvo cómo responderle? El miércoles, frente a Brasil, un equipo al que sólo le hemos ganado una vez en la historia (precisamente en la Copa de 1991, también en Chile), se esperan las respuestas. En Twitter: @PinoCalad

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    En Santiago sólo se habla de dos cosas por estos días: discusiones eternas sobre si Chile podrá por fin ganar su primera Copa América y apuestas sobre qué tan monumental será la chiflada a la presidenta Michelle Bachelet en la ceremonia inaugural del torneo. Bachelet, en el poder de nuevo desde el año pasado tras haber sido mandataria entre 2006 y 2010, pasa por su peor momento debido a un escándalo de corrupción que bien parece el de la FIFA. Resulta que en la antesala de la Copa se descubrió el tráfico de influencias de su hijo, Sebastián Dávalos, en unas compras de tierras. Esto abrió la puerta para los escándalos: el ministro Jorge Insunza acaba de renunciar acusado de asesorar empresas mineras mientras era diputado y en todos los diarios, junto a las fotos de Alexis Sánchez, Arturo Vidal o Claudio Bravo, aparecen titulares señalando la financiación irregular de los partidos políticos. Hay crisis y hay Copa América, una combinación peligrosa para una presidenta que sólo tiene el 25% de favorabilidad en las encuestas y que, a pesar de eso, anunció que va a estar en el Estadio Nacional para la ceremonia inaugural y el partido Chile-Ecuador. La gran pregunta que todos se hacen es: ¿podrá la Copa esconder el escándalo? Mientras la selección de Chile gane, todo es posible. Pero Chile, como ya lo dije, nunca ha ganado una Copa América y en su último amistoso la hinchada chifló a un equipo al que, por cuenta de la política, le está cayendo más presión de la esperada. A muchos en Santiago se les hace agua la boca la simple imagen de lo que pasará en la inauguración: un palco con Bachelet y los dirigentes del fútbol sudamericano señalados por el ‘FIFAgate’ (eso sí, Blatter no viene)… ¡Alisten el chiflido! En Twitter: @PinoCalad PD/ Lo bueno de la eliminación de la Sub20 en el Mundial es que 'Piscis' Restrepo no va a dirigir el equipo de Olímpicos... ¿será Lorenzo? Por ahí va la cosa

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    Exactamente un año después del magnífico debut de la Selección Colombia en el Mundial de Brasil 2014, ante Grecia, el combinado nacional iniciará una nueva travesía, pero esta vez, a escala continental. La plataforma para engalanar a las retinas de los aficionados sudamericanos, desde los toques de James Rodríguez y los irreverentes movimientos con el esférico de Juan Guillermo Cuadrado, será la Copa América que se disputará en Chile. Nuevamente el himno de Colombia se volverá a escuchar desde otras plazas del continente, con ingredientes y matices diferentes, sin embargo, el sentimiento y las ganas por levantar un trofeo son inevitables en el paladar de los colombianos. Y es así –según el criterio de quien escribe estas líneas- porque la escuadra ‘cafetera’ cuenta con serios argumentos para celebrar desde tierras australes; empezando por la mentalidad ganadora, inyectada por José Pékerman, hasta el exquisito fútbol exhibido en la más reciente participación en la Copa del Mundo, además de la continuidad de un proceso que instala a Colombia como uno de los serios candidatos de este certamen, a pesar de los factores condicionantes del camino. 14 de junio. Dos de la tarde, estadio El Teniente de Rancagua. Los dirigidos por el colombo-argentino, José Pékerman, saltan a la cancha. Primer rival: Venezuela; elenco que desde hace más de una década representa una piedra en el camino para los colombianos. Ahora bien, desde ese compromiso ante la ‘Vinotinto’, el equipo colombiano deberá demostrar por qué es uno de los pretendientes con mejor ‘partido’ para adjudicarse la Copa América de Chile, después de haber obtenido su primer y único título continental en 2001. He ahí donde aparece el primer banderín de respaldo que augura excelentes resultados: la continuidad de un proceso -iniciado desde 2012- al comando de José Pékerman y consolidado en el Mundial de Brasil, donde la Selección quedó eliminada en cuartos de final a manos del anfitrión. La importancia de este factor radica en el conocimiento profundo que tiene el argentino sobre los jugadores del rentado local y los batalladores del fútbol internacional. En ese sentido, José visiona a la perfección cada una de las virtudes de sus pupilos y trata de sacar lo mejor de ellos. Un caso especial es el del delantero samario, Radamel Falcao García, quien pese a no tener continuidad en el Manchester United, cuenta con el respaldo del estratega de 65 años de edad; punto realmente plausible para que el exPorto recupere el rasgo innato de todo goleador: la confianza. Además de lo anterior, Pékerman ha demostrado sobrellevar las adversidades, cuando de lesiones se trata. Muestra de ello fue la pasada cita orbital donde inicialmente las bajas de ‘El Tigre’ Falcao y Luis Amaranto Perea, encendían las alarmas del cuerpo técnico, periodistas y aficionados de la ‘tricolor’. Sin embargo, supo cómo resolver tales acertijos, recambiando sus módulos tácticos en pro de excelentes resultados; lo que demuestra la gran capacidad del estratega de la Selección. Seguido a esto –como razón esperanzadora para disputar este torneo- es válido destacar el nivel de varios de sus jugadores y la consolidación en sus respectivas posiciones. Tomando como punto de partida, se hace imprescindible relacionarlo con el arquero del Arsenal de Inglaterra, David Ospina. El antioqueño arribó al conjunto inglés siendo suplente del polaco, Wojciech Szczęsny. No obstante, desde que Arsene Wenger le dio la oportunidad de defender el arco de los ‘Gunners’, el ex Atlético Nacional ha estado fabuloso, a tal punto, que obtuvo la Fa Cup con el conjunto de Londres, reflejando un excepcional nivel bajo los tres palos. En la defensa ‘tricolor’ se destaca la presencia del quien sería defensa del Inter de Milán para la próxima temporada, Jeison Murillo. Su estadía y buenas actuaciones con el Granada de España le han dado un lugar en la titular, siendo un joven baluarte en el sistema defensivo implantado por José. Más adelante aparece el volante de primera línea del Aston Villa, Carlos Sánchez. Su papel en la zona de recuperación en el cuadro inglés, le ha otorgado mayor dosis de madurez en una liga que exige total entrega y disposición; claves para acompañar a Edwin Valencia en esa esencial parte del campo. Avanzando a la zona de gestación, se suma a la lista el goleador del Mundial pasado, James Rodríguez. El cucuteño ha dejado gratas sensaciones en su primera temporada con el Real Madrid, marcando goles de gran factura y haciéndose más amigo de la redonda. En la Selección ha aportado liderazgo, goles y fútbol, condimentos que lo convierten en pieza clave de Pékerman. ¿Y cómo no hablar de la ofensiva? Carlos Bacca, Teófilo Gutiérrez, Jackson Martínez, Luis Fernando Muriel y Falcao García. Goleador del Sevilla, mejor jugador de América, figura con el Porto, destacado con la Sampdoria, y un ‘Tigre’ que quiere volver a rugir -citando respectivamente-. Tal vez, en esta zona del rectángulo, es donde Colombia maneja su mayor fortaleza y, a la vez, genera delirios de escogencia en el entrenador cafetero; ¡qué difícil decisión! ¡Tiene de dónde escoger! Por otro lado, desde que finalizó la participación del combinado patrio en tierras brasileras, varios de sus jugadores finiquitaban su proceso con la Selección. Es el caso de Mario Alberto Yepes, Farid Mondragón –y ya conocida con anticipación-, la de Luis Amaranto Perea. Asimismo, otros pupilos de Pékerman han tenido que abandonar las canchas temporalmente por lesión: Abel Aguilar, Freddy Guarín y Juan Fernando Quintero. Ante ello, el técnico ‘gaucho’ se vio suscitado en la obligación de buscar alternativas para tales ausencias. Fue allí cuando su retina se enfocó en Pedro Franco y Jeison Murillo, quienes en los últimos amistosos se han entendido a la perfección en el primer bloque colombiano. Y si ellos miran hacia su izquierda en el terreno, se toparán con Darwin Andrade, chocoano que milita en el Standard de Lieja. Sus buenas actuaciones con el equipo belga, le valieron para ocupar, desde hace unos encuentros, la banda izquierda colombiana. De igual forma, otros recambios positivos son los de Edwin Cardona y, sorpresivamente, la incorporación de un joven conocido: Cristian Bonilla. Además de eso resulta agradable el regreso de Edwin Valencia, Luis Fernando Muriel y Carlos Valdez; quienes acumulan una cifra considerable de años con la ‘tricolor’ desde la categoría Sub 20. Con todos estos ingredientes citados, la Selección Colombia –eludiendo las dudas que generan las lesiones o ausencias- tiene con qué llevarse el trofeo de la edición número 44 de la Copa América. Y si se compara con el nivel de las demás selecciones, no cohabita el bache que existía hace una década, donde los ‘cafeteros’ se veían ampliamente superados por escuadras como Argentina, Brasil y Uruguay, e incluso, Chile. Hoy los contextos son diferentes y el fútbol de los dirigidos de Pékerman, representa uno de los más ricos técnicamente del continente; emparejándose –o acercándose- ante sus más serios rivales. Para finalizar es importante señalar que ante todos estos factores, la Selección Colombia, aunque no debe sentirse presionada, puede concebir la idea en sus venas de consagrase campeón en Chile y, así, demostrar cuál es el alcance de esa mentalidad ganadora instaurada por José Néstor Pékerman Krimen, teniendo una clara consigna: ¡llegó la hora de ganar! Por: Andrés Romero Álvarez // @anferome

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    Del vestuario local salieron varios hombres en fila rumbo al campo de juego, cientos de periodistas nacionales e internacionales los esperaban en la pista atlética, no eran jugadores de fútbol, eran los prisioneros de La Legua, al sur de Santiago. La dictadura los turnaba para salir al campo con la intención de mostrarle al mundo que gozaban de buena salud y que eran tan solo 3.000, cuando en realidad había cerca de 12.000 prisioneros dentro de los pasillos del Estadio Nacional. Como ellos, miles de seguidores del presidente socialista Salvador Allende, derrocado aquel 11 de septiembre de 1973 por el comandante en jefe del ejército, general Augusto Pinochet, quien asumió la dirección del complot, fueron secuestrados y llevados a uno de los campos de concentración más grande durante la dictadura militar: El Estadio Nacional. Durante esos días, el miedo y la incomprensión se apoderaron de los ciudadanos chilenos, la prensa publicaba avisos de recompensa por delatar a los ‘traidores’ y la persecución sistemática mantenía en vilo a familiares y amigos de los supuestos traidores de la patria. En uno de los vestuarios dormían aproximadamente 150 prisioneros, turnándose el piso para poder dormir; los sanitarios de los baños eran disputados violentamente para apropiarse del antigénico cubículo en medio de un invierno que desgarraba los huesos. Las heridas se hacían más inaguantables cada madrugada de temperaturas bajo cero, los zapatos que servían como almohada eran el único descanso de los gritos de dolor y de disparos que se oían a lo lejos. Hugo Lepe, ex defensor de Colo Colo, vivió en carne propia aquellas noches de zozobra. Uno de sus amigos, Francisco "Chamaco" Valdés recuerda cuando lo visitó en el Nacional, donde días antes habían defendido juntos a la ‘Roja’: "Fue un encuentro muy especial, un apretón de manos, un abrazo y decirle mañana o pasado vas a salir”, días después Lepe fue liberado. Quien no contó con tanta suerte fue Víctor Jara, músico y cantautor chileno quien fue torturado y ejecutado junto a otros prisioneros en el antiguo Estadio Chile, el cual después fue denominado Estadio Víctor Jara. Aún hay registros de los palos de madera, como el de los helados, los cuales eran pintados en cada extremo con puntos que equivalían a un número para poder jugar una partida de dominó. Un día de suerte, les regalaron una hoja de afeitar con la que más de 40 prisioneros pudieron mejorar el aspecto de su demacrado rostro. La desnutrición era otro de los problemas al interior de este improvisado campo de concentración. Uno de los reclusos recuerda que durante varios días, su único plato de comida era una olla de frijoles que era repartida entre todos los reclusos en un pocillo acompañado de un pan. Aunque señala que más allá de la falta de comida, muchos sufrieron más por la indolencia que venía de afuera: “Nosotros más que hambre de un plato de comida, teníamos era hambre de justicia por lo que estaba sucediendo sin que nadie hiciera nada”. Hoy en día, en el interior de las tribunas del estadio se conservan las marcas de iniciales y fechas dibujadas por los presos con piedras, clavos y monedas: "RJS 12 IX 73", "JCTS 16 IX 73", "SAE 16 IX 73”, son las fechas donde muchos de ellos perdieron la vida. A horas de la inauguración de la Copa América en este histórico escenario, vale la pena recordar parte del pasado de la sociedad chilena para que no quede sólo en las paredes del Estadio Nacional cuando se dé el pitazo inicial. Daniel Santamaría Jaramillo Twitter: @danielsaja03

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    Foto tomada del portal .delcali.com/

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    Más que hinchas debemos ser sensatos y aterrizados. A raíz de esta premisa voy a intentar a hacer al análisis de la temporada que Tolima acaba de cerrar quedando eliminado en semifinales ante Medellín. Deportes Tolima arrancó la temporada con un ritmo realmente frenético. Robin Ramírez era goleador, Jonathan Estrada y Andrés Ibagüen figuras y la calidad de su juego parecía superior al nivel regular del fútbol colombiano. Hasta ahí, perfecto. Una nueva ilusión, algo normal para los hinchas Pijaos. Sin embargo, a mitad de la Liga el equipo se cayó. Jonathan Estrada se lesionó, no había ideas, no había resultados, no había equipo como antes. El fútbol volvió a parecer semejante al campeonato: regular. Como si no fuera suficiente en la recta final del certamen, Robin Ramírez quedaba fuera de servicio por continuas molestias y lesiones. A pesar de esto, Tolima empezó a conseguir puntos que lo acercaban a los ocho primeros de la tabla de posiciones. Fue tan así que en la última fecha de la etapa ‘todos contra todos’ el equipo tolimense dependía de su propio resultado para clasificar. Y así fue, goleó a Jaguares y entró a los playoffs de séptimo. En cuartos de final Tolima eliminó al Huila, que fue primero en la fase regular de la Liga y fue el único semifinalista que ganó los dos partidos de la primera fase de los playoffs. Medellín también lo hizo pero gracias al error del Junior por colocar cuatro extranjeros en el partido de ida, en realidad el encuentro terminó 2-2, pero fue cerrado como victoria 3-0 para los ‘paisas’. En semifinales se nos atravesaba el DIM. En el partido de ida, en Techo, Tolima hizo recordar aquel equipo de las primeras cinco fechas del torneo. Buen manejo del balón, volumen ofensivo arrasador y también aguantó las pocas salidas del rival. Al final no hubo goles y los dos guardametas fueron las figuras, por un lado, Antony Silva que se sacó hasta una ‘selfie’ bajo su arco; y por el otro lado, Joel Silva que le tapó un penal a Juan Fernando Caicedo. En Medellín, en el partido de vuelta, el que sorprendió fue Tolima. Marcó un gol, se fue encima y amenazó acabar el partido desde la primera etapa. Incluso 12 minutos antes del final del partido, Tolima era finalista gracias a Joel Silva que le volvió a tapar un penal a Juan Fernando Caicedo y parecía invencible. Sin embargo, en el minuto 78’ Juan David Pérez empató el partido y en el 82’ Hernán Hechalar colocó al DIM en la final de la Liga Águila. En el suspiro del encuentro, Charles Monsalvo puso el tercero y se quitó la espinita de los tolimenses que lo trataron y lo siguen tratando de borracho. Eso sucedió básicamente porque el Tolima se quedó sin aire. Le entregó en bandeja de plata el balón al Medellín, se echó para atrás faltando 15 minutos de juego y como era de esperarse, el local que contaba con más de 40 mil aficionados en el Atanasio Girardot tuvo puntería. Tolima siempre ha manejado una nómina muy apretada. Once buenos titulares y uno o dos cambios que puedan funcionar. De resto un plantel común y silvestre, sin nada extraordinario. Y eso al final le costó al técnico Alberto Gamero. No tenía a quién más meter y tuvo que confiar en sus volantes de marca y defensas porque para adelante no había nada. Ojalá le quede la lección aprendida a don Gabriel Camargo y sabiendo que para el otro semestre también tenemos Copa Sudamericana, se amplíe el presupuesto y se enriquece la plantilla profesional con jugador hechos, no promesas. De igual forma, gracias por la ilusión, la adrenalina y el orgullo hacia un equipo que económicamente siempre ha sido inferior a los demás, pero dentro de la cancha se ha acostumbrado a mostrar carácter, calidad y una propuesta diferente. Esta temporada también le deja a Colombia claro por qué Wilmar Barrios fue llamado por José Néstor Pékerman, por qué muchos han hablado de Andrés Ibargüen y que la calidad de Jonathan Estrada, que en algún momento lo llevó a los equipos más tradicionales del país, sigue intacta. Por: Constantinos Papailias // Twitter: @locogreek

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    Hago este post con el reto de no irme a la fácil de hacer el balance de la Liga Águila 2015-I para @MillosFCoficial cuando termine su participación (ojalá campeón). Para mi, aquellos que en algún momento fueron referentes para la tribuna, deben mantener una relación de respeto mutuo con el equipo e hinchada que los dio a conocer y apoyó. Me animo para tocar un asunto sobre el cual muchos me mandaran sus más intestinos deseos de mala suerte al tratarse de la actual relación de Andrés Pérez con la hinchada de Millonarios. O pueda que estén de acuerdo. Desde el disenso se enriquece el análisis. ¿En qué momento se acabó nuestra relación con él? ¿Desde cuándo fue que todo desembocó en un odio acérrimo como si nos hubiera robado algo de nuestras vidas? ¿Por qué cada vez que viene a El Campín una parte de la tribuna, y ahora casi toda, lo putea como si hubiera cometido un crimen? ¿Ha ofendido nuestra historia? ¿Ha ofendido nuestros colores? No termino de entender. Algo tiene que ver las administraciones anteriores a Azul / Blanco S.A. por dejarlo ir en 2009 porque sigue siendo un muy buen jugador. Andrés Pérez siempre fue muy querido, para muchos idolatrado por nuestra tribuna. Fue nuestro capitán muchísimas veces, era un tipo de un carisma con la tribuna azul y blanco a toda prueba. "Capitaaaaan, capitaaaaan, vamos, vamos, capitaaaan", se oía cuando al sonar los himnos, se izaban las banderas frente a lateral norte. Claro, se pensaba que el día que enfrentara a Millonarios en el Campín saludara a la tribuna, tal como lo ocurrió con Héctor Burguez y con Carlos Ángel López. No pasó nunca. Más bien la tribuna interpretó, y un poco Pérez con su indiferencia, contribuyó a que creciera un rechazo creciente hacia él. A esto, se han sumado tres hechos que a los hinchas de Millonarios no nos supo nada bien: 1. Que dijera públicamente que era hincha del Deportivo Cali, luego de haberlo visto besando nuestro escudo, nuestros colores. Ahí ya vamos mal. 2. Que nos hiciera un gol definitivo en la Liga Postobón 2014-II en el Pascual Guerrero para dejar el partido 4-3 en contra de Millonarios y que lo celebrara a rabiar. 3. Que en este play-off en el partido de ida en El Campín, nos hiciera un gol (un golazo, además) y lo celebrara con sus compañeros. Es difícil para el hincha azul entender que un jugador aparentemente identificado con Millonarios le grite un gol. También no es menos cierto que un jugador tiene el fútbol como su fuente de trabajo y se debe a su patrón. Pero muchos creemos en los códigos en el fútbol, aplicables para muchos aspectos de la vida; para las relaciones con la gente, para no meterse con la novia o ex-novia de un amigo, guardarle secretos a los amigos, ser agradecido con quien lo apoyó a uno en sus comienzos, en fin. Códigos. Eso, los códigos, es lo que el hincha promedio de Millonarios identifica en esta situación: falta de códigos. Y en el fútbol, gritarle un gol al antiguo equipo no cuadra mucho, no es bien visto. Nunca se vio a Martín Palermo jugando para Boca gritarle un gol a Estudiantes, a Ariel Ortega jugando para Newell's gritarle un gol a River o al propio Pocho Insúa anotarle a Independiente. Entiendo un poco al hincha en la frustración que esto genera aunque no hago parte activa de la puteada desde la tribuna, ni lo haré en casos de jugadores que en su momento entregó su esfuerzo sincero a los objetivos (logrados o no logrados) de Millonarios. Como en el caso de Andrés Pérez. Sí, en su momento él se entregó totalmente por nuestros colores y hay que decirlo. Aparece en nuestro álbum en la sección de ídolos, nada menos. Ahora, un mensaje muy respetuoso para Pérez: Si existe algún resentimiento contra nuestra institución o un directivo porque le quedaron debiendo plata o contra un Director Técnico que no lo tuvo en cuenta y por eso se fue al Deportivo Cali y allá sí lo valoraron, hermano, dígalo claro. Grite los goles contra el rival que sea, triunfe, gane la plata que se merece porque es su trabajo que lo hace muy bien. Pero ver que una relación que se debía mantener en el marco del respeto mutuo se ha deteriorado así, no merece la pena. Hay que ver la manera en que la gloriosa hinchada de Millonarios respeta, entiende y acepta que nuestro actual capitán, todo un ídolo azul, sea hincha del equipo al cual le marcó un golazo para el 3-2 de Mayo 28 de 2015. Y aun así, que los hinchas del Deportivo Cali lo quieran como uno de los suyos. Hay diferencias, evidentemente. Que cada quien juzgue el asunto.

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