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Los grandes equipos tienen grandes hinchadas que no solo se quedan en el acompañamiento. Generar opinión respetuosa, debates sanos, opiniones diversas que van por fuera del contexto del sabio o de estar pontificando, hablar sin arandelas, comunicar lo que se siente con claridad, resumiendo: hablar como hincha para hinchas. Ese es el objetivo de Verdolagas.FM. El nuevo programa que debuta hoy a partir de las 7 pm y que se podrá oír, bajar y llevar a cualquier lado a través de www.verdolagas.fm Este proyecto tuvo sus raíces con Frecuencia A/N, luego pasó por Caracol Radio con el Fenómeno Verdolaga y ahora, en aras de no dejar huérfanos a los fieles oyentes, renace como Verdolagas.FM. El equipo de trabajo lo conforman integrantes del Blogverdolaga y de Nacional Es Pasión, sin duda lo mejor de lo mejor en cuanto a información de Atlético Nacional en la web. No lo olviden, la cita es todos los martes a las 7 pm. Estaremos con ustedes Carlos De La Ossa (@carlosdelaossa), Santiago Dávila (@sandavila88), Arlen Pavón (@arlenpav), Sebastián Arango (@Sebasttian77) y yo (@poterios). Nada mejor que hablar de Nacional, nada mejor que un debate de hinchas y para hinchas con respeto y alegría, es Verdolagas.FM ¡El programa es de ustedes! ¿CÓMO ESCUCHARNOS? Muy simple. Opción 1: Accede desde tu computador (Mac o PC) o dispositivo (iOS, Android, WindowsPhone o Blackberry) a verdolagas.fm. De forma automática (si estamos emitiendo el programa en ese momento) comenzarás a oír el programa de HINCHAS, para HINCHAS. Opción 2: Accede desde tu computador (Mac o PC) o dispositivo (iOS, Android, WindowsPhone o Blackberry) a nuestra cuenta en Mixlr (plataforma sobre la cual transmitiremos el programa). Para hacerlo tienes dos caminos: el primero es yendo al inicio y haciendo clic en el logotipo de Mixlr que aparece dentro del cajón blanco de transmisión (ver imagen a la derecha) y el segundo camino es yendo directamente a Mixlr.com/VerdolagasFM. Si tienes alguna duda o dificultad no dudes en contactarnos vía correo electrónico o a través de nuestra cuenta en twitter @VerdolagasFM. Seguir a @poterios
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"¡Haaaaaaaaaaga el cambio!". Cada vez que esa frase rompía la monotonía de las transmisiones radiales que todos los días escuchaba mi abuelo en su transistor negro, yo levantaba mi cabezota, entonces con pelo, sabiendo que lo que seguía era un: "Yaaaaaa lo hiceeeeeeee", tras el cual podía seguir con lo que estuviera haciendo. Aún, cuando escucho las transmisiones de ciclismo y los veteranos mantienen este grito de guerra, pienso en eso: en mi abuelo, en su radio, en la cantidad absurda de programas que escuchábamos juntos mientras leíamos, él hacía el crucigrama o yo jugaba en su estudio. Hay algo mágico en la radio. Pertenezco a la última generación que escuchó radionovelas mientras hacía tareas ("La ley contra el hampa, otro tiro certero de Todelar", es otra frase que tengo marcada con hierro caliente en la mente, así como me genera todo tipo de problemas afectivos la voz melosa de la "Doctora corazón", que siempre respondía las cartas que le enviaban o se inventaba con un "querida amiga"), y a la primera que vio partidos de fútbol en televisión sin necesidad de poner un radio al lado, sagrada costumbre que aún conservan los mayores y que, gracias al estancamiento de muchas de nuestras transmisiones en TV y a la falta de renovación acertada en locutores y comentaristas, muchos están recuperando. Tal vez por eso siempre vuelvo a ella. Es más, nunca la he dejado. Sin embargo, si algo me ha maravillado siempre de la radio es la posibilidad de construir universos; particularmente en la radio deportiva. Siempre que no pude ir al estadio encontraba en una transmisión que me construyera el partido: yo me imaginaba lo que me contaban, agradecía la minucia, detestaba los comentarios de alguien así como aplaudía los de otro, me sentía en el juego aunque no lo estuviera viendo, me levantaba lanzando un puño al aire de emoción con el grito de gol y me ponía las dos manos en la cabeza mientras alguien a quien sentía cercano me contaba por qué mi equipo iba perdiendo. En el ciclismo, claro, la magía es de un nivel superior. Para dejarlo claro, este país ultramegaregionalista que estaba metido en La Violencia (sí, con mayúsculas... así de jodida fue) en los 50, reconoció al otro, ubicó pueblos, montañas y carreteras en un mapa imaginario gracias a las narraciones radiales que contaban una carrera que incluso ni siquiera estaba pasando, pues muchas veces el periodista de turno tenía que apelar a su creatividad para darle vida a una etapa aburrida. La Vuelta a Colombia (y luego el Clásico RCN) fueron las mayores clases de geografía y reconocimiento de la nación de este país por más de 30 años, y todo gracias a la radio. Tan importante ha sido esa construcción de mundos de la radio deportiva, que lamentablemente varios narradores y comentaristas aprovecharon su micrófono para exacerbar odios regionales, como ese caso de Bucaramanga en el que un irresponsable del que prefiero no hablar invitó a los hinchas a ajusticiar al juez de turno, o los famosos episodios en Barranquilla y Medellín en los que desde una cabina se invitó a "hacer sentir" visitante como tal desatando reacciones violentas: una exageración absoluta por donde se mire, pero la muestra clara del peso que tiene ese transistor en el inconsciente colectivo. Porque la radio es una compañera fiel, a veces la única para muchos. Por eso ahora que estoy metido en ese mundo gracias a las transmisiones de Blu Radio, siento una responsabilidad especial y, de paso, crece mi admiración por los que llevan haciendo radio deportiva toda su vida. "Esto es un juego de voces", me dice Javier Hernández Bonnet cada vez que quiere corregir algo en el programa o en la transmisión, y no se equivoca. Por eso hoy, en el Día Mundial de la Radio, quiero expresarle mi admiración a esas voces que me acompañaron desde la infancia. A muchos de ellos he tenido el placer de conocerlos, como Mejía, Cañón, Peláez, Vélez, Marden, Urrego, Rubencho Arcila o el gran Benjamín Cuello, y con varios pude tener la satisfacción de trabajar, y acá quiero destacar a Jorge Eliécer Campuzano, el gran narrador de mi adolescencia y el mejor de todos los que he podido escuchar, a quien afortunadamente pude tener en las transmisiones web del Mundial Sub20 cuando apenas nacía Golcaracol.com. La TV no pudo acabar con la radio deportiva y la Web le dio un nuevo aire y una nueva vida. Porque la radio sigue ahí, siempre dispuesta a acompañarte, siempre presente, y espero desde esta nueva etapa en Blu tener el honor de poder responderle a su historia. En Twitter: @PinoCalad... y ya que hablamos de eso, en radio estoy en Blu PD: Ofrezco disculpas por tener tan descuidado el blog... me comprometo públicamente a al menos una entrada semanal a partir de ahora.
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El caso de Wason Rentería, quien tras un polémico mensaje aseguró que dejaba su Twitter “Cancelado”, permite dilucidar que muchos prefieren evitar la controversia volteando la espalda a una realidad que no solo se ve en las redes sociales.
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En mi infancia escuche a mi abuelo recordar cosas de la infancia de mis padres. Asombrado le preguntaba por su gran memoria y me respondía que era gracias al Fosofogen. No se que carajos hace realmente, pero mucho de eso debió suministrar Hernán Torres a sus muchachos esta semana. No hay que mejorar respecto al domingo, sino recuperar todo lo que nos hacia soñar el semestre pasado, olvidado tal vez por el guayabo del titulo. El primer sorbo de este jarabe mágico es para que vuelva la jerarquía. Ya demostró este Millonarios campeón que en los momentos de crisis y adversidades se crecía. Que las ganas y entereza nunca caían cuando el juego se enredaba o había un marcador adverso. Lo siguiente que debemos recordar es a que jugamos para lograr la estrella 14. El Millonarios campeón juega a tocar el balón, a circular la pelota, a esperar el hueco para filtrar el balón o que sus laterales desborden y ganen la raya. Vuelve Mayer quien es el que maneja los ritmos del equipo y le da a Otalvaro mas libertades. Montero, es el goleador que hace rato no tenía Millonarios. Esa forma de jugar fue la que nos dio resultados y que olvidamos en la Superliga. No creo conveniente cambiar algo que nos dio resultado ya. La ultima cucharada de Fosfogen es para los hinchas de Millonarios. Este equipo nos dio la alegría mas grande de la vida y nos merecen total gratitud. Si bien no se trata de no criticar y no estar pendientes de lo que ocurra en el club, no podemos salir como lo hicieron varios pseudo hinchas a madrear a estos jugadores. Vamos a alentar y a meterle la misma buena vibra que tuvimos el año pasado a este torneo. El campeón comienza la defensa del titulo y todos vamos a acompañarlo. La memoria volverá y lo unico que olvidaremos son los malos momentos. Vamos Millonarios Campeón!!!. MINUTO FINAL: En medio de la invisibilidad del Ministerio del Trabajo estos años del gobierno de Juan Manuel Santos, debería aprovechar y pegarse su baño de popularidad y revisar el tema de los contratos de jugadores profesionales de fútbol con sus clubes. O son intocables los señores dirigentes de la DIMAYOR?. Mauricio Gordillo Gordillo @maugor
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Ambos goleadores servirán para la televisión, para aumentar el rating y llamar más gente al estadio, sin duda. Pero hay una gran diferencia entre las dos sonoras contrataciones del 2013: Ángel llega a Nacional para motivar a una afición algo cansada, mientras Montero arriba a Millonarios con la obligación de hacer goles para figurar en la liga local y la Copa Libertadores. La ventaja deportiva la tiene en este caso la juventud. Y no es que Ángel esté viejo. 37 años no son nada, se podría decir. Sin embargo, cuando se empieza a recordar su carrera se ve ya muy lejano aquel título que consiguió con Nacional en 1994. El goleador desde entonces se convirtió en símbolo. Y el hincha no olvida. A los 21 minutos del segundo tiempo, ese joven delantero entró por Alex Comas y 240 segundos después hizo el gol del triunfo 1-0 sobre Medellín, lo cual representó el título de Nacional en un jornada emocionante, en la que por bonificación el equipo de Juan José Peláez se alzó con el título, para desgracia de Millonarios y América, que lloraron en igualdad de puntos aunque con una menor bonificación. Ángel, en el que nadie creía en un comienzo, el tantas veces malogrado y vituperado en la selección Colombia, el que volvió añicos las redes en Argentina con River Plate y el que fue aplaudido por miles de hinchas del Aston Villa, es una leyenda que regresa a casa, como alguna vez prometió. Y tal cual hizo en el juego de ida de la final de la Libertadores de 1995 con un gol que nadie esperaba, revive la esperanza de la afición verdolaga. El hincha de Nacional es exigente y no se conforma con Superligas y Copas Postobón y para eso llega él, para motivar, para ser un referente y hacer unos goles que den rienda suelta al amor por la camiseta. Nadie le exigirá ser el máximo artillero del torneo, pero sí se le pedirá entrega, sacrificio y profesionalismo. Como todo eso está en su ADN, no habrá problema. ‘Vuelvo al lugar donde me sentí importante por primera vez’, dijo. Freddy Montero, en cambio, es una promesa y debe construir su propia figura. Eso toma años. Se sabe que es buen jugador, que hizo una apuesta al ir a Millonarios porque es el actual campeón, jugará Libertadores y quiere hacerse notar para aspirar a un lugar en la selección Colombia, más cuando el Mundial se aproxima y se ve favorable la Eliminatoria. Nacido en 1987, Montero emergió del Huila, pasó al Cali y se fue a Estados Unidos, donde ha logrado sobresalir con el Seattle Sanders. Ha hecho unos verdaderos golazos y por eso cobró duro en dinero su regreso a Colombia. La inversión la debe retribuir en goles; el problema es que la plata no garantiza nada de eso. Alrededor del gol giran muchos factores: confianza, estado anímico, adaptación al juego y al equipo, por ejemplo. Por el bien de Montero y de su equipo, que no se demore en convertir. La misma buena suerte se desea para Ángel. De paso, es sensato reconocer la gestión de Nacional y Millonarios para sumar importantes delanteros a sus nóminas. Hicieron bien al fútbol colombiano. Ahora, ¿cuál de los dos hará más goles? Ahí está el dilema, porque mientras los azules están buscando tantos de factura, de campeonato, los de verde se fueron más hacia la mística y requieren coronar título. Al final del torneo sabremos cuál fue la mejor apuesta. Seguir a @javieraborda
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Vuelve a las canchas el campeón del fútbol colombiano!. Si en las fiestas de fin de año con la estrella 14 y gozamos con la dicha mas grande que un hincha pueda tener, este comienzo de año también ha sido muy especial. La confianza y la tranquilidad de lo que tienen los embajadores nos permiten seguir soñando. Las contrataciones acertadas (aunque para mi falta todavía un delantero mas), la continuidad como mejor base de una buena temporada, la seriedad y sobriedad que han mostrado en las declaraciones cuerpo técnico y directivas y el apoyo incondicional que ha mostrado la hinchada de Millos nos permiten seguir con nuestro lema del segundo semestre 2012: SE VALE SOÑAR. El primer reto comienza mañana en el clásico de la Superliga. Hay que mantener la parternidad sobre los vecinos de patio y obtener el primer titulo de la temporada. Tal cual como ocurrió la ultima temporada nuestro primer partido es en un clasico. Recuerdo la buena energía de toda la hinchada en cuanto al apoyo y entrega que debíamos tener en el estadio. Ahora con el titulo en las manos y estrenandonos como campeones, la actitud debe ser la misma reforzada por el hecho de haber obtenido nuestra estrella 14. El profesor Hernan Torres mantendría la base del equipo. Delgado en el arco, la misma defensa de aquel glorioso 16 de diciembre con Ithurralde en lugar de Roman Torres quien se encuentra con compromisos del seleccionado panameño. E el medio Elkin Blanco reemplaza a Jhonny Ramirez y Tancredi ingresaría a la titular en caso que no se recupere Mayer Candelo del glope sufrido en el calentamiento del partido amistoso frente al Bucaramanga. Perlaza y Wason Renteria, que le ha marcado en los dos clásicos previos, los delanteros del azul. En el banco estarán seguramente los refuerzos listos a dar una mano al equipo. Como siempre los jugadores vendrán “duros” de pretemporada, empezando a coger el nivel que nos dio el titulo. Pero como siempre decimos, las finales hay que ganarlas sin importar el como. Para que el rumbo comience por buen tramo hay que ganar la SuperLiga. La historia y los números nos dictan como favoritos. En medio de la incertidumbre de lo que significa el primer partido del año confío en que el juego de conjunto, la unión del equipo y la capacidad del cuerpo técnico sean los diferenciales ganadores para Millonarios. Hay que recordarle no solo los vecinos que van doblados, catorce contra siete, sino a toda Colombia que vera el partido por televisión que el mas grande esta de vuelta a la cima y que se vienen años gloriosos para Millos. Mañana hay que gritar con orgullo y pasión: SALUDEN AL CAMPEON¡¡¡¡¡ Minuto Final: “Si saber de fútbol es tratar a los futbolistas como putas, es cierto: no se de fútbol” Apoyo total Presidente de Millonarios Sr. Felipe Gaitan. MAURICIO GORDILLO TW @MAUGOR
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A diferencia de un adicto, Lance Armstrong se debe calificar como uno de los más grandes farsantes de la historia. En nombre propio construyó una leyenda del ciclismo y al final dejó al deporte que todo le dio al borde del abismo. Ni siquiera Maradona le hizo tanto mal al fútbol con todas sus malas salidas. Armstrong es el cáncer de esta disciplina, la decepción de miles que vieron en él un ejemplo de admiración y superación. Hay quienes defienden equivocadamente su conducta premeditada de corrupción. Alegan, tal vez extasiados aún con las gestas que logró montado en una bicicleta, que en su tiempo de grandes victorias casi todos se dopaban, que fue víctima de la presión de los patrocinadores y que además fue capaz de renacer de un cáncer testicular. ¡Que incluso con ayudas inoculadas fue siempre un superdotado del ejercicio! Pero en este caso el culpable está inmerso en un clan de bandidos y contó con toda su capacidad para preparar y ejecutar la artimaña. Es diferente del caso de Maradona, por ejemplo, ya que él pecó en el fútbol siendo un adicto a la droga. O de Gerd Muller, Ariel Ortega, Garrincha, Hugo Sotil, Paul Gascoigne, George Best y tantos otros cracks que sucumbieron ante el alcohol y el vicio. Estaban enfermos. “Nos drogábamos, no dormíamos, y después teníamos que salir a la cancha. Yo no saqué ventaja deportiva, yo le di ventaja deportiva al rival", apuntó ya un Maradona rehabilitado. Armstrong, en cambio, se hizo partícipe de la peor maquinaria de dopaje del mundo. Ni más ni menos. Que reconozcan ahora su “honestidad” a sabiendas de su pasado mentiroso es igual de infame, como ridículo. Cuando los ídolos se desvanecen en su propia humanidad da grima. Es una pena lo que pasa con Lance porque fue en su momento el gran ejemplo para miles de deportistas, niños y para la misma sociedad. Pero ‘El deporte sí se mancha’. Y muchas figuras tienen el “mea culpa”. Mark McGwire reconoció haber consumido esteroides después de batir el récord de “home runs” conseguidos en una sola temporada (70, en 1997). McGwire competía entonces con el dominicano Sammy Sosa, quien confesaría después haber usado un bate de corcho para impulsar más lejos la pelota. Barry Bonds superaría luego a McGwire con 73 “home runs”, en 2001, pero también se vio inmerso en un escándalo de dopaje. Tiger Woods, en un plano más personal, parecía ser el mejor hombre de familia del planeta y resultó ser un adicto a las prostitutas. Ronaldo, el máximo goleador de los mundiales, protagonizó un escándalo con travestis, a los que ni siquiera pagó por sus servicios. Ben Johnson, uno de los mejores velocistas de la historia, dio positivo por un esteroide anabolizante por lo cual perdió su medalla de oro en Seúl 1988 y echó al lastre su carrera (fue suspendido de por vida). “El Tour (de Francia) no se gana tomando agua mineral”, dijo también Jacques Anquetil, ganador cinco veces de la prueba. “Era parte del trabajo, parte del juego", afirmó Laurent Fignon, quien en 1987 y 1989 dio positivo con anfetaminas. "Siento tristeza y un dolor profundo", aseguró el arquero colombiano René Higuita al reconocer un dopaje por cocaína cuando tapaba para el Aucas ecuatoriano, en 2004. Con la atleta Marion Jones, Floyd Landis y muchos otros pasó algo similar. Ellos, pura carne y hueso, declinaron ante la exigencia deportiva y personal. E intentaron hacerse más grandes basados en la deshonestidad. Dejaron de ser espejos, se volvieron como la mayoría de los mortales, llenos de pecados. Por eso, está más que bien que la Usada (Agencia Antidopaje de Estados Unidos) haya suspendido de por vida a Armstrong y lo haya despojado de sus siete títulos del Tour de Francia. Sus nefastas acciones merecen ser castigadas. ¿Y ahora qué viene? Armstrong había asegurado en su web oficial –en un comunicado de defensa que ya no aparece publicado- que “Llega un momento en la vida de un hombre en que hay que decir “Ya basta”. Para mí, ese día ha llegado hoy. He tenido que convivir con reclamaciones sobre mi dopaje, sobre mi injusta ventaja respecto a los demás para ganar los siete Tours desde 1999”. Pero ese hoy no puede ser mañana. “Me dedicaré – agregó Armstrong- al trabajo que empecé antes de ganar mi primer Tour de Francia: servir a la gente y a las familias afectadas por el cáncer, especialmente a aquellos en comunidades desfavorecidas”. Muy buena suerte para Armstrong en esa bienvenida meta. Es altruista y filantrópica. Para luchar contra el cáncer sí que se necesitan medicamentos y ayudas farmacéuticas. Así que sabe de qué está hablando. El ciclismo no lo debe extrañar, en absoluto. Armstrong tiene que ser atendido como un impostor y no como una víctima. Fabian Cancellara comentó alguna vez que "El ciclismo nunca morirá, es demasiado hermoso". Y ojalá sea cierto, a pesar de la mala fama. Seguir a @javieraborda
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Los inicios de año son sinónimo de cambio, renovación, esperanza y ambición por nuevos proyectos. No importa que muchos de estos deseos, como la intención de bajar de peso, duren solo hasta marzo, lo que importa es la intención. Como hincha de Atlético Nacional hubiera deseado empezar el año 2013 con esos sentimientos de expectativa positiva hacia lo que pueda hacer mi equipo en el primer semestre del año. Me encantaría tener esa sensación, esa seguridad de iniciar el torneo con un equipo que va a borrar ese sinsabor con el que terminamos el 2012. Pero no, la realidad es cruda, el sinsabor se mantiene, la incógnita sigue y uno en su corazón de hincha mantiene esa triste sensación de no ser importante para quienes hoy manejan el club. Eso sí, una cosa no cambia: para los abonados, las sombrillas siguen llegando a granel, un fiel ejemplo de lo que es nuestro club hoy. Últimamente veo que a los hinchas de Nacional nos acusan de inconformes por todo. Incluso en una columna que hice para @blogverdolaga, una vez hablé del tema. Creo que a veces uno se deja llevar por las calenturas, cae en argumentos blandos y termina en el mediocre concepto del hincha que no tiene ni idea de lo que habla. Se queda todo en charlatanerías. Pero la otra cara de la moneda indica que la grandeza de Atlético Nacional va de la mano de una hinchada que le exige no ser inferior al reto de su historia. Que el hincha exija es válido, válido hasta que el mismo hincha transgrede la barrera de lo civilizado y cae en vandalismos e irrespetos tontos. Dentro del marco de la decencia, creo yo, el hincha puede exigirle a su equipo lo que quiera. Es parte de las reglas de juego de la relación hincha-equipo. Yo me siento inconforme, no es algo de hoy, la cosa viene de años atrás. Es una sensación que el título del 2011 anestesió por momentos y que la Superliga y la Copa Postobón no le hacen mella. La ecuación lleva a lo mismo: en Nacional no se están haciendo las cosas bien. Mi argumento no se centra en que en el pasado todo era mejor y ahora todo es peor. No, en el pasado hubo embarradas administrativas del tamaño de la Vía Láctea e igual trajeron troncos, eso pasa y no dejará de pasar. Lo que más me preocupa, lo que busca tapar esa gigante sombrilla que hace rato abrieron los directivos (llámese Lizarazo, Zurek, Marulanda, De La Cuesta, el que sea), es la pérdida de la mística y la identidad del club. Es una secuencia en cadena. La voz del hincha. Poco o nada se tiene en cuenta. Miremos los precios de la boletería frente al nivel del equipo, es cuestión de entender el bolsillo del hincha humilde que siempre acompaña, la baja en las asistencias o lo que se dice en las redes sociales o en la calle. Son síntomas claros que en las oficinas de la sede del equipo no ven. O si ven, pero no sé si es por soberbia, incompetencia o pereza, no se quieren solucionar. El manejo con los ídolos. De nuevo se abre la sombrilla para que reboten preguntas como: ¿Por qué no se acercan a los ídolos para que aporten con sus experiencias y enseñanzas? ¿Por qué no costear su capacitación para que sean los técnicos y/o asesores del futuro del equipo? ¿Por qué no tener cerca, del lado del club, a los hombres que forjaron su historia e identidad? Más aún cuando hoy está muy perdida. Preguntas que rebotan en la sombrilla… El cuerpo técnico. Osorio va a completar 9 meses en el cargo y por lo menos yo (y creo que la mayoría de ustedes) no entiende sus decisiones, su metodología y su filosofía. Me pregunto: ¿Atlético Nacional debe adaptarse a Osorio? U ¿Osorio debe adaptarse a Nacional? Creo que el término medio entre la respuesta de estas preguntas es el camino indicado. Por ahora lo que veo es que Osorio impone, Marulanda asiente, De La Cuesta se ocupa de los números y el hincha padece. Pongo de ejemplo a Millonarios. Contrató a cuatro jugadores y se desprendió de varios importantes, pero uno percibe que hubo planeación, que estudiaron cada nombre en aras de buscar un beneficio y dejaron a la hinchada conforme para pelear por la Libertadores y defender el título del 2012. Yo en Nacional no veo eso. Veo sí una nómina de respeto, veo que no se desarmaron (si Macnelly se iba no estaría escribiendo estas palabras) pero lo que trajeron no colma, no llena. Neco llega a pelear el puesto con Armani y Bonilla. La verdad creo que sobraba su contratación. Sherman Cárdenas es una esperanza que no ha sido, no cuajó en Millos, no cuajó en Junior y ojalá cuaje en Nacional. Pero a un jugador de este tipo Nacional lo compra y le hace un contrato por ¡tres años! De verdad, ¿eso es sensato? Yo no lo creo. Diego Arias sí me llena. Creo que va a dar mucho más de lo que poco o nada que dio Jhersson Córdoba. Ahí acertaron. Ahora estamos a la espera de un delantero. Se habla de Juan Pablo Ángel. Creo que fue un referente del club en la campaña del 94, un jugador que dejó huella, no es ídolo, pero aportaría mística, buen ambiente, experiencia, consejo, ayudaría a recuperar identidad, genera taquilla, pero ¿fútbol? ¿Es el delantero que necesita el equipo? Está Duque por recuperarse y está Uribe, veo que lo que necesitamos es un delantero de velocidad, gol y desborde. Ángel a sus 37 años ya no ofrece eso… Empieza el torneo, los hinchas estamos llenos de dudas. A Osorio el margen de paciencia que le dimos ya se le acabó, Nacional debe jugar bien y pelear arriba en la tabla. Los jugadores deben ser dignos de la grandeza del club y la inversión que hace. Nosotros los hinchas llevaremos las 4 o 5 sombrillas que nos siguen dando por el abono. Sombrillas que no usamos para tapar los errores, las usamos para alentar y protegernos del sol y de la lluvia. Somos más prácticos. *Este texto también aparecerá publicado en www.blogverdolaga.com Seguir a @poterios
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(Este post es la actualización de uno titulado 'Los sospechosos de siempre del fútbol colombiano' publicado el pasado 3 de enero... lo siento, necesito parafrasearme). "Prométeme que te vas a ir por otro lado a la casa", me pide mi novia cada vez que escribo algo sobre los dirigentes del fútbol colombiano. Curioso, ella, que no es futbolera, sabe perfectamente la calaña de un amplio sector de la clase dirigencial de nuestro balompié. Porque claro, no todos son tipos oscuros que sobrevivieron a los narcotraficantes que mandaron en el fútbol colombiano de los 80 (y que ahí siguen, aunque usted no lo crea y aunque Coldeportes no lo quiera ver), pero sí la mayoría. Voy a empezar por un "amigo" de la casa: Alvarito González Alzate, vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol a pesar de sus declaraciones homofóbicas, de que promovió públicamente la agresión a las mujeres y, como si eso no fuera poco, tal vez porque no tiene que ver directamente con fútbol (aunque obviamente tiene que ver), de que durante años fue la mano que meció la cuna de nuestros oscuros arbitrajes. Sí, Alvaro González Alzate sigue ahí, intocable, amo y señor del fútbol aficionado de este país aunque no hay Primera C desde el 2010 y de que le tiene la guerra declarada a lo mejor que tiene el amateurismo en Colombia, que es el Ponyfútbol. Este año, como todos, González Alzate hizo lo posible para que esta organización, que no le rinde pleitesía, volviera a quedar sometida a los caprichos de su Difútbol. Pero afortunadamente el festival, como siempre, fue un éxito. Por supuesto, González es un dinosaurio que, parafraseando a Monterroso, estaba allí: estuvo cuando los capos del narcotráfico llegaron al fútbol, cuando la mafia mandó matar al árbitro Alvaro Ortega (lo que llevó a cancelar el torneo de 1989), cuando el Cartel de Cali tuvo a Juan José Bellini en la presidencia de la Federación Colombiana de Fútbol, cuando los paramilitares se tomaron el poder que dejaron estos capos... A propósito de Bellini, es increíble también que él siga ahí, vinculado a tantos clubes, siempre presente en las Asambleas de Dimayor, haciendo el negocio de la venta del Bucaramanga, asesorando legalmente al Cali, manejando negocios del América, hablando a nombre del Unión Magdalena... para los que no lo recuerdan, Juan José, que siempre sale a defender la transparencia del fútbol colombiano cuando habla en los medios, fue detenido por narcotráfico y enriquecimiento ilícito cuando era nada más y nada menos que el presidente de la Federación, todo gracias a sus vínculos con los Rodríguez Orejuela desde que fue dirigente del América en los 80, y tuvo que pagar 36 meses de cárcel (claro, con la sentencia rebajada... ¡es Colombia!). Salió de prisión y volvió al fútbol, y si hace rato no lo vemos es porque hay que buscarle el Comba al palo (el que lo entendió, lo entendió)... lo raro es que algunos siguen presos y vinculados al fútbol como Eduardo Dávila, máxima cabeza del Unión Magdalena que, tras cumplir condena por narcotráfico, hoy está de nuevo en la cárcel, pero por homicidio. Otro de esta lista es Ramiro Suárez Corzo, también detenido por homicidio, exalcalde de Cúcuta, máxima cabeza del equipo de su ciudad en su mejor momento y aún con una sombra larga sobre el acontecer del cuadro motilón. Suárez es la clara demostración de que no todos los dirigentes que han llegado al fútbol en los últimos años son una verdadera alternativa para la vieja y sombría guardia, pero hay más ejemplos. José Augusto Cadena, por ejemplo, llegó al Bucaramanga como un soplo de renovación, compró a un equipo en la A por menos de $3.000 millones y lo dejó en la B tras venderlo por $16.000. Claro, fue un negociazo para él, pero a la ciudad le costó ver al leopardo en decadencia, a muchísimos jugadores les valió maltrato laboral e, incluso, a varios colegas de la prensa santandereana les tocó aguantarse cómo los escoltas de la familia del "dueño" los intimidaba. Lo peor es que Cadena llegó a la dirigencia de Patriotas, club en el que es el máximo accionista gracias a una jugada que está bajo investigación de la Procuraduría de Boyacá, pues de pronto la gobernación del departamento pasó de ser el socio mayoritario, con el 25%, a tener sólo un 15%, y Cadena sólo pagó $1.600 millones para ser el dueño del 46%... (haga cuentas cuánto le quedó de lo que le pagaron por el Bucaramanga). Y ojo, este fin de semana los jugadores ya dijeron que no van a jugar contra Millonarios mamados de que nos les paguen... y por cierto, ¿si saben que al empresario del 'Pulpo' González lo tumbó y por eso ese delanterazo argentino no volvió a jugar con los de Tunja? En fin... Pero otros nuevos dirigentes han diversificado la forma en que el fútbol colombiano se utiliza como vil negocio. Miremos el caso de Millonarios y su sueño de democratización: convertir un club en S.A. tiene ese dejo romántico del socio/hincha, de saber que pusiste plata, lo que te has ganado, para ayudar a lo que más quieres; de que ese club que vas a ver cada domingo de cierta forma también es tuyo, al menos en un porcentaje mínimo. Pero la cruda realidad es que hay un especulador bursátil como Juan Carlos Ortiz o 'Talo' Mejía jugando con tu camiseta y que de ñapa le dejó a tu equipo una deuda de $4.000 millones que, para rematar, entraron vía Interbolsa... Curiosamente los hinchas de unos equipos de cuyos dirigentes hablé originalmente en este post creen que estoy persiguiendo a sus clubes y me piden (vea usted, muchos me exigen...) que señale también a otros. Esto, la verdad, no es contra ningún club; es contra los dirigentes como González y su guerra al Ponyfútbol, Cadena que está haciendo con Patriotas lo mismo que hizo con Bucaramanga, Bellini de quien supe una historia truculenta digna de los 80 (no olvidemos que los mafiosos narcotraficantes siguen vigentes), o los ladrones de cuello blanco que se alcanzaron a meter entre los mayoritarios de Millos y, afortunadamente, ya se van depurando. Por supuesto, no son los únicos dirigentes con cola. Hernando Angel, por ejemplo, es otro dinosaurio superviviente que está metido en el fútbol desde los años en que cada capo tenía un equipo. Suyo es el Quindío y suyo es, a la vez, Universitario de Popayán (antes Centauros). Al mismo tiempo, increíblemente, era empresario de futbolistas (y ojo, ha sacado a una larga lista de talentos que han brillado en los últimos 20 años), miembro de la Federación Colombiana de Fútbol y, aunque eso era ilegal, nadie nunca le ha dicho nada, así como en Armenia nadie ha sido capaz de comprarle al Quindío, al que trata como una tienda en la que los jugadores son bultos de papa. Aunque, para ser sinceros, es peor lo de Popayán: poner a unos amateurs para que Valledupar los humille 8-0 sólo por no querer pagarle a los profesionales cuando la Dimayor le envía una buena plata de los derechos de TV es impresentable... casi tanto como lo del tal Edgar Páez, presidente de Expreso Rojo, que no les paga a sus futbolistas y los tiene amenazados con que si los denuncia les acaba la carrera (me recuerda cierto jefe que tuve hace un par de años en los medios). Lo que trato de decir es que entre todos, periodistas, hinchas, futbolistas y dirigentes, debemos propender porque el orden del fútbol colombiano cambie, por lavar una cara que sigue siendo sucia pues eso, por supuesto, sólo puede mejorar nuestro nivel. Cuando uno habla de Santa Fe no debería pensar en Eduardo Méndez, abogado del Loco Barrera, celebrando el título con la nómina, sino en el talento infinito de Omar Pérez y la renovación administrativa que viene; cuando se mencione al DIM que sea por su centenario, su cantera y su transformación institucional y no porque por ahí pasaron varios testaferros de Don Berna; cuando se hable de Chicó que sea porque es una maravillosa fábrica de nuevos talentos que siempre está en la pelea y no porque Pimentel no les paga a sus futbolistas... Para tener un fútbol serio, que vuelva a brillar en el continente, que sea una liga realmente atractiva y no sólo esa emotividad reforzada por cuadrangulares que tenemos, debemos aspirar a más de lo que hay hoy, a que los clubes sean empresas serias con una clara visión de lo que es la industria deportiva, tal vez uno de los nuevos sectores de la economía más importante en el mundo. Algunos, como Cali, Millonarios, Nacional, Equidad y Junior, por nombrar los primeros que se me vienen a la cabeza, ya están tomando ese camino, y tropiezan, y se complican, y la embarran, pero ahí van, marcando una senda que ya siguen afortunadamente Once Caldas y el Medellín. Pero otros siguen viendo al fútbol como esa sospechosa forma en que pueden mover plata, muchísima, sea esta limpia o sucia. Y así no se puede... "Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol", dijo alguna vez Albert Camus, un escritor maravilloso que debería ser recordado también como un arquero notable en el Montpensier y el Racing de Argelia, pero especialmente como un amante del fútbol. Porque sí, el fútbol te enseña todo sobre la vida: te enseña la amargura de la derrota, te da clases de dignidad para afrontarla con la tez en alto, te muestra que el éxito se trabaja, que no siempre el mejor es el que gana, que los triunfos son para gozarlos pero que no son eternos porque el domingo siguiente siempre hay otro partido, así como te explica que siempre hay revancha y que vale la pena creer en algo. Porque no se me ocurre nada mejor en qué creer que en el sueño que representa un equipo de fútbol para ese niño que llevo dentro. Pero cuando tienes la posibilidad de trabajar con el fútbol, de ver más allá de la pelota y conocer quiénes son su dueños, la enseñanza es que el fútbol, como la vida, es un negocio en el que unos tipos, muchos de los que en la clasificación de los cuentos infantiles serían catalogados como 'malos', aprovechan cualquier oportunidad para sacar ventaja. Y son los que mandan. Y peor aún, son los de siempre. En Twitter me encuentra como @PinoCalad PD. Finalmente los jugadores de Patriotas aceptaron la palabra de Cadena (tuvo que intervenir hasta la Dimayor) pues, a diferencia de Ángel, el dueño del club boyacense no tiene jugadores juveniles para enviar a la guerra y habría tenido que perder el partido por W con la multa y las sanciones que esto implica. Se supone que les pagan el próximo viernes y, si no, ahí sí no juegan... vamos a ver si les cumplen o si se dejaron meter los dedos en la boca.
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Gol Caracol
La decimocuarta estrella con las letras iniciales de una gesta que pasará a la historia. Millonarios. Los directivos aprovecharon la pasión del hincha y llevaron a las arcas del club más de 4500 millones en taquilla solo en el partido final. ¿Valió la pena pagar tan cara una boleta? Los hinchas que vivieron el título en El Campín dirán que sí. Insignias. De este equipo hay que mencionar a Román Torres, Mayer Candelo, Hárrison Otálvaro y, por más criticado que sea, Wilberto Cosme como bases de la conquista. El punto de partida lo marcó mucho antes José Roberto Arango con la restructuración que lideró en la institución. Llanto. Lágrimas brotaron de los hinchas, emocionados hasta el éxtasis. Fueron 24 años de espera, de muchas desilusiones, tristezas, robos administrativos, jugadores y técnicos mediocres, crisis y algunas alegrías efímeras. Esta afición tiene poder y, si sumaba hinchas sin ganar nada, ahora contará con muchos más adeptos. Libertadores. Luego de la estrella 14, Millonarios debe sumar refuerzos de verdad para figurar en el máximo torneo de clubes del continente, después de 15 años de ausencia. Las semifinales de la Sudamericana fueron honrosas, pero hay que pensar en grande. Y Millonarios lo es. Olvido. Toda la campaña fue meritoria, sin embargo, la derrota 8-0 contra los suplentes del Real Madrid dejó muy mal parado al fútbol colombiano. Ese amistoso en España fue una pena, para todos. Noemí. ¿Una buena dirigente de Millonarios y del fútbol colombiano? Alabanza. Se la merece en justas proporciones el técnico Hernán Torres. El trabajo habla por sí solo de su labor. Él y su grupo fueron capaces de resurgir luego de los golpes ante Real Madrid, la eliminación en la Sudamericana y las dos primeras derrotas en los cuadrangulares. Rival. Medellín complicó mucho a Millonarios. Un gran esfuerzo hicieron sus jugadores y hubo reivindicación, aunque sin estrella, para Hernán Darío Gómez. Ilusión. “Millonarios está recuperando su historia”, dijo Ómar Vásquez. Para el bien del equipo y del fútbol colombiano, que así sea. Entre más grandes sean los conjuntos de nuestro país, tendremos un mejor nivel en el campeonato local y una mejor representación internacional. Orgasmo. El penalti tapado por Luis Delgado a Diego Correa. Silencio. Wilberto Cosme debe aprender a callar. Es ofensivo con la afición y, aunque es el goleador de su escuadra, no es precisamente una estrella de la definición Campaña. En el año, 69 puntos en 44 partidos. En el segundo semestre, el del título, primero en la fase regular con 37 puntos en 18 juegos (solo tres derrotas). En los cuadrangulares consiguió 10 puntos y en la final, dos más. En total, en la Liga Postobón II Millonarios hizo 49 unidades en 26 partidos (62,8 % de rendimiento). Antipatía. El triunfo de Millonarios a muchos causa repulsión, tal vez por su grandeza, quizás porque hay muchos hinchas que son exageradamente ruidosos. Pero por tanta gente de bien que lo sigue con devoción, habría que decir que la estrella 14 se ganó con absoluta justicia. Montoya, Luis Fernando. Haber acercado al “Campeón de la vida” a la institución ha sido un acierto, una representación de calidad humana. Prensa. Vimos, como costumbre, evidencias de muchos periodistas hinchas de Millonarios y notas ridículas en el cubrimiento de la final. No nos salvamos de mostrar (maltratar) al niño bautizado Millos David. “Si Millos David crece y le gusta otro equipo o se quiere cambiar de nombre, no lo podrá hacer hasta que yo me muera”, dijo su padre. Una periodista que lo entrevistó escribió del menor que “Tiene 1 año y 10 meses de edad, pero ya vive la pasión por el conjunto embajador”. También estuvo en pantalla “Deportivo Independiente Medellín” y su perro “Medallo quinta estrella”. Entre muchas otras cosas, también leímos que “Según los astros", DIM iba a ser el campeón porque “Mercurio, Venus y el nodo lunar norte favorecen” al equipo antioqueño, mientras “Millonarios, por la influencia de Júpiter y del nodo lunar descendente está en riesgo de repetir los errores de sus 24 años sin lograr campeonato”. Todo esto deberíamos desterrarlo de los medios, de verdad que sí. Escena. Las banderas azules y blancas ondeando en El Campín, la pirotecnia, la vuelta olímpica, el grito de “¡Campeón!”. Postales inolvidables se vieron en el estadio y fuera de él. Al parque Simón Bolívar llegó una multitud azul, al igual que a otros puntos neurálgicos de Bogotá. La capital, por demás, se adueñó del fútbol colombiano en 2012. Primero fue Santa Fe y ahora Millonarios (ambos se enfrentarán por la Superliga del otro año). Al menos suerte sí trajo el alcalde Gustavo Petro. Olimpo. Millonarios, con 14 estrellas, otra vez puede sacar pecho del rótulo de ser “El equipo más ganador del fútbol colombiano”. Narcofútbol. Se planteó este semestre la posibilidad de que Millonarios renunciara a dos estrellas conseguidas bajo la influencia del narcotráfico. Hubiera sido ese el mayor gesto de grandeza del cuadro embajador. Celebrar la estrella 12 en estos momentos sería raro y hasta confuso, pero también diciente y aleccionador para una sociedad que se ha cansado de cometer errores. Eso, no obstante, en nada opaca la nueva conquista azul. ¡Es tiempo de celebrar, la espera ha terminado! Seguir a @javieraborda