A sus 60 años, Timoleón será otra vez papá, y gracias a la firma de la paz, podrá ver a su hijo crecer y de no dejar que se convierta en un hijo de la guerra. Aún no saben si será niño o niña, ni en dónde nacerá, pero de lo que sí están seguros es de no querer vivir en la ciudad.
Es hijo de la Tebaida, Quindío. Su mamá, su papá y su hermano murieron, como muchas familias, esperando a que la guerra terminara para volverlo a ver. Cuando dejó las armas decidió irlos a visitar al cementerio, pero no los pudo encontrar.
Se siente fuerte, lleno de seguridad al decir que daría su vida por la paz. Se demoró 40 años para firmarla en un papel, falta ver si Timochenko y sus compañeros logran ver el día en que esa firma se convierta en realidad.
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