Breckett Burge sufre de una leucemia linfoblástica aguda, un tipo de cáncer terminal, desde los 2 años. Su hermana lo acompaña siempre.
Desde que el cáncer llegó a la vida del pequeño, Aubrey no se le ha despegado de su lado. Lo ha acompañado en sus complejos tratamientos a tal punto de no dejarlo solo ni siquiera cuando necesita ir al baño a vomitar.
Aubrey es mayor tan solo un año y tres meses que Breckett, aun así, ha demostrado mucha más fuerza que sus propios padres, quienes desde que su hijo sufre esta enfermedad le han enseñado a ella a velar por él, pues su cuerpo cada día se debilita y ha sido Aubrey el bastón que Beckett necesita.
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La leucemia linfoblástica aguda es una compleja enfermedad, considerada uno de los tipos de cánceres más comunes en los niños, la cual se genera cuando la médula ósea presenta errores en su ADN, arrojando una probabilidad de vida poco esperanzadora.
Kaitlin Burge, madre de los pequeños, tuvo que explicarle a Aubrey el delicado estado de salud por el que estaba pasando su hermano. La niña consideraba injusto ver a Becket siendo pinchado con agujas varias veces, sin embargo, prometió acompañarlo en todo el proceso. Desde ese momento Aubrey no pierde un instante para compartir con él, cumpliendo su palabra.
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“Él nunca quiso jugar. Ella no entendía cómo era capaz de caminar después de cada intervención, pero ahora ni siquiera puede estar sin ayuda. Ella no entendió las diferentes terapias a las que tenía que asistir para ganar fuerza. Para ella, significó un sacrificio especial que tuvo que hacer por su hermano. Se preguntaba: ‘¿Por qué ya no podemos ir a su parque de trampolín favorito?, ¿Por qué no tuvo que volver a la escuela y ella sí?”, expresó la madre en la publicación de la red social.
Hoy en día el pequeño ha perdido 10 kilos, pero su hermana no ha dejado de ser su bastón, su compañera de juego y lo más importante, su mejor amiga.