El que se convirtiera en el dictador más sangriento del siglo XX, Adolfo Hitler, nació en la casa en Braunau, muy cerca de la frontera con Alemania, en 1889, y aunque su familia pasó allí apenas tres años, su legado ha tenido un enorme peso en esta localidad de 16.000 habitantes.
"Todavía quedan muchos detalles por aclarar con los potenciales usuarios y el Ministerio del Interior", explica en un comunicado el alcalde de la localidad, Johannes Waidbacher, que pidió paciencia por la "delicadeza" del asunto.
La prensa austríaca informó que existen negociaciones entre la organización humanitaria Volkshilfe para que la casa se convierta en un centro que favorezca la integración de inmigrantes por medio de cursos de idiomas y otras actividades de apoyo.
Esta ONG cercana al partido socialdemócrata SPÖ considera que dar un uso social a este lugar serían "una gran señal" dado su pasado.
En la actualidad, la casa es propiedad de una lugareña, aunque desde 1972 el Ministerio del Interior de Austria la tiene alquilada y la subarrienda al ayuntamiento de Braunau por unos 5.000 euros mensuales, una cantidad que el consistorio ha subrayado que no puede afrontar a medio plazo.
En el pasado se albergó allí una biblioteca, un banco y, más recientemente, un taller de formación de una organización para discapacitados, que la abandonó hace un año para buscar un alquiler más barato.
Desde entonces ha surgido un debate sobre qué hacer con el inmueble, si establecer allí un memorial para recordar su pasado o tratar de que sea una casa más.
El ayuntamiento ha manifestado el temor de que una organización neonazi pudiera alquilarla de forma encubierta y convertir la localidad en un centro de peregrinación para sectores ultraderechistas.
Updated: enero 31, 2013 12:18 p. m.