Tras pasar una segunda noche de apagón casi total, Cuba se prepara este domingo, 20 de octubre, en una carrera contrarreloj para el inminente impacto del huracán Oscar en el este de la isla.
Oscar se mueve por el Caribe en dirección oeste-suroeste y se desplaza a unos 19 km/h, con vientos de hasta 130 km/h. A las 12H00 GMT se ubicaba a unos 185 km de Guantánamo, según el último reporte del estadounidense Centro Nacional de Huracanes (NHC).
La alerta de huracanes sigue vigente para el sureste de las Bahamas y la costa norte de las provincias cubanas de Holguín y Guantánamo, en el este. Oscar llega a una Cuba en plena crisis energética, y que pasó su segunda noche sin luz debido a una avería el viernes en la principal central termoeléctrica que provocó la caída de la red.
El presidente Miguel Díaz Canel dijo el sábado por la noche en la red X que "ya se trabaja arduamente para la protección del pueblo y los recursos económicos, ante la inminencia del huracán Oscar".
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"Igualmente se atiende la situación energética" de la isla, añadió.
Dificultad tras dificultad
"Este apagón les complica muchísimo la vida a los cubanos. La situación es bien difícil, pero yo intento mantener la calma, porque ya es demasiado estrés en este país", declaró a la AFP Yaima Valladares, una bailarina de 28 años.
El ama de casa Isabel Rodríguez, de 72, se queja de no poder dormir. "Cómo no se nos va a enredar la vida, si no tenemos nada, ni los motores del agua pueden ponerse", dijo.
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Solo hoteles, hospitales y algunas casas particulares que cuentan con pequeñas plantas propias de generación tenían electricidad.
"La gente está un poco alterada por tanto tiempo sin corriente y sabrá Dios cuándo la irán a poner", señaló Rafael Carrillo, un mecánico de 41 años, que dijo que llevaba caminando casi cinco kilómetros por falta de transporte.
"Te pasas cuatro o cinco horas esperando la guagua (autobús) y cuando pasa, pasa repleta y no para", dice con cansancio ante la casi nula circulación de transporte público.
El jueves, Díaz-Canel dijo que la crisis obedece a la dificultad para comprar el combustible que necesita el sistema eléctrico, debido al embargo que Washington aplica contra la isla desde 1962.
Un sistema precario
Sin dinero en efectivo, con sus alimentos a punto de echarse a perder y cargando agua con baldes, la preocupación de los habaneros se dispara en el tercer día de un apagón casi total: "¿Qué va a pasar en Cuba?", se pregunta Adismary Cuza.
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Cuza, una trabajadora privada de 56 años, está desesperada. Su hija de 21 años tiene una enfermedad crónica y los medicamentos que necesita deben ser conservados en heladera.
Cuba se sigue preparando para el impacto del huracán Óscar, enfrentando más caos y miseria mientras lidia con un apagón casi nacional que ya lleva tres días.
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