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Disfraces y mucho alcohol en carnaval judío de Purim

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La festividad empezó la noche del sábado en la mayoría de las ciudades de Israel, aunque en Jerusalén y otras urbes que contaban con murallas en tiempos bíblicos, comenzó este domingo.
En los últimos días, las calles de las localidades de todo el país han sido escenario de desfiles en los que es casi una obligación disfrazarse y hacer mucho ruido, pues con motivo de la festividad sus habitantes tienen la oportunidad de dejarse llevar por el alborozo, la música y el alcohol, en un carnaval que los judíos marcan como una "victoria sobre el antisemitismo".
En el plano espiritual, la fiesta viene acompañada por una jornada de ayuno previa, así como la lectura del Libro de Esther en sinagogas y hogares, además de oraciones y bendiciones especiales.
El viernes, antes de las marchas de disfraces, muchos estudiantes aprovecharon la ocasión para realizar diferentes versiones del pegadizo baile del "Harlem Shake", donde los pitufos, los hombres con máscaras e individuos con el torso al descubierto protagonizaron los videos subidos a YouTube.
En las pastelerías y cafeterías se exponen en abundancia unos dulces especialmente elaborados para la festividad y conocidos como "oznei Hamán" u "orejas de Hamán", elaborados con una masa de margarina, harina y azúcar con forma de triángulo y rellena de semillas de amapola, dátiles, chocolate o pasta de sésamo.
Origen del carnaval
El origen de Purim se encuentra en el Libro de Esther, donde se cuenta cómo Hamán, gran visir del Imperio Persa, pidió al rey Asuero que matase a todos los judíos de su reino porque no toleraba que Mordejai, padre adoptivo de Esther, no se arrodillara ante él.
La leyenda describe cómo esta mujer de origen judío y convertida en reina de Persia, ayudó a impedir la aniquilación de su pueblo después de que el visir convenciese al monarca persa de que ordenase el exterminio de los judíos en su territorio.
La reina intercedió ante Asuero, que autorizó a los judíos a que se defendieran, gracias a lo cual el día fijado para su ejecución, el 13 del mes hebreo de Adar, los israelitas derrotaron a sus enemigos.
Según la narración, al día siguiente los judíos del Imperio Persa celebraron su victoria y dieron a esa jornada el nombre de "Purim", que significa literalmente echar a suerte o sorteo.
El uso de disfraces para esta celebración no se impuso hasta siglos más tarde, en la Edad Media, posiblemente por la influencia del carnaval cristiano o de otras creencias paganas.
Lo que sí tiene una justificación religiosa es el consumo de alcohol durante la jornada, ya que la tradición judía estipula que en Purim se debe beber "hasta que no se distinga al bendito Mordejai (héroe del Libro de Esther), del maldito Hamán", es decir, hasta emborracharse.
Jerusalén (Israel)

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