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El cineasta brasileño Luiz Fernando Feres da Cunha Ferraz, conocido cariñosamente como Luizão, perdió la vida en un accidente aéreo ocurrido la noche del martes 23 de septiembre en la zona rural de Aquidauana, en pleno Pantanal de Mato Grosso do Sul. Tenía 42 años.
En la aeronave viajaban también el piloto Marcelo Pereira de Barros, el arquitecto chino Kongjian Yu, figura mundialmente reconocida en urbanismo, y el también cineasta Rubens Crispim Jr. Ninguno sobrevivió al siniestro, cuyas causas aún están bajo investigación.
Más allá de su trayectoria en el cine documental, Ferraz fue un referente en la cultura popular de São Paulo. Junto a su esposa, la cineasta Gal Buitoni, y un grupo de amigos de la Universidad de São Paulo (USP), fundó en 2003 la Confraria do Pasmado, que empezó como una simple rueda de samba en Vila Madalena y terminó convirtiéndose en uno de los bloques de carnaval más multitudinarios de la capital paulista.
Desde 2006, cuando se transformó oficialmente en bloco de carnaval, la Confraria del Pasmado reúne cada año a miles de personas en Pinheiros, con una batería de más de 100 percusionistas. Luizão no faltaba nunca: desfilaba con la energía que lo caracterizaba, encarnando lo que sus compañeros llaman “el espíritu colectivo” del grupo.
En un comunicado, la asociación lo despidió con estas palabras: “Luizão no solo participó en la creación del Pasmado: encarnaba como pocos la esencia del bloco, llevando música, alegría y resistencia a las calles durante más de 20 años”.
Ferraz se destacó como director de documentales y obras de no ficción. Su serie Dossiê Chapecó: O Jogo por Trás da Tragédia, sobre el accidente aéreo del club Chapecoense en 2016, fue coproducida con Pacha Films para HBO y llegó a ser nominada al Emmy Internacional.
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También dirigió Tudo é Projeto, sobre el arquitecto Paulo Mendes da Rocha, elegido como mejor documental por el público en la Mostra Internacional de Cinema de São Paulo en 2017. Otro de sus trabajos, Paisagem Concreta, exploró la relación del arquitecto Álvaro Siza con Brasil y se proyectó en festivales de varios países. Más recientemente, había realizado la serie Algo no Espaço, dedicada a escultores y artistas contemporáneos brasileños.
En paralelo, Ferraz estaba trabajando junto al arquitecto Kongjian Yu en un documental sobre el concepto de “ciudades esponja”, ideado por el urbanista chino para enfrentar las inundaciones en áreas urbanas.
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Para quienes lo conocieron, Luizão era mucho más que un cineasta o un sambista. “Era imposible no quererlo. Siempre lleno de vida, de proyectos y de amigos alrededor. La tristeza por esta tragedia solo se compara con la alegría que nos dejó a todos”, escribió Lula Gouveia, uno de sus amigos más cercanos. La comunidad artística, carnavalesca y académica de São Paulo lo despide hoy como un hombre que supo tender puentes entre la cultura popular y la producción audiovisual, entre la celebración y la reflexión.
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