Su prometido murió debido a un paro cardiorrespiratorio y ahora, en medio de la crisis por el coronavirus, no puede volver a su país.
Además del duelo, la joven vive con incertidumbre: no puede trabajar porque tiene visa de turismo y su permiso de estadía está por vencer.
Natalia Vanegas y Russell Hill llevaban dos años de novios. Se conocieron en Maryland y estaban a punto de casarse.
Él le pidió matrimonio justo después de conocer a su familia en Colombia y cuando Natalia llegó a Estados Unidos, la pandemia retrasó sus planes.
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Pero ocurrió algo peor. Un ataque cardiorrespiratorio acabó con la vida de Russel, de 28 años.
“Una persona demasiado amorosa, pendiente de mí. Desde el primer momento lo consideré mi ángel sin saber que se iba a convertir en mi ángel”, recuerda Natalia.
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Ahora, ella vive uno de los duelos más grandes de su vida. Peor aún, lejos de su país y sin sus seres queridos.
Aunque la familia del esposo la apoya, ella es consciente de que “con el tiempo no va a ser fácil sostener a alguien que no puede generar ingresos”.
Sin saber qué hacer o cómo regresar a Colombia, se convierte en uno de los 3 mil colombianos que están varados en el mundo por cuenta del cierre de fronteras debido al coronavirus.