Tres oficiales kenianos comparecieron ante un tribunal este jueves 14 de octubre por la desaparición de un asesino en serie confeso descrito como un "vampiro sediento de sangre", que escapó apenas tres meses después de su arresto.
Masten Milimo Wanjala fue capturado el 14 de julio por la desaparición de dos niños, pero en una confesión escalofriante admitió haber matado al menos a otras diez personas durante un período de cinco años.
"Wanjala, sin ayuda de nadie, masacró a sus víctimas de la manera más cruel, a veces succionando sangre de sus venas antes de ejecutarlas", dijo la Dirección de Investigaciones Criminales (DCI) en ese momento, describiéndolo como un "vampiro".
El joven de 20 años debía comparecer ante el tribunal el miércoles 13 de octubre por los asesinatos a sangre fría, que tenían como objetivo a niños de 12 y 13 años, cuando los oficiales notaron que había desaparecido durante el pase de lista de la mañana.
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Desde entonces, tres agentes que estaban de servicio en la comisaría de Policía de Nairobi donde estaba recluido han sido arrestados, dijo el comandante regional, Augustine Nthumbi.
"Están con el director de la Fiscalía", señaló, y agregó que la búsqueda de Wanjala estaba en curso.
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Los agentes comparecieron ante un tribunal de Nairobi, pero no se les leyeron cargos.
Los fiscales han pedido que los agentes permanezcan detenidos durante 14 días para que tengan tiempo de investigar las denuncias de que ayudaron o en la fuga de Wanjala.
El organismo de control de la Autoridad de Supervisión Policial Independiente (IPOA) anunció que también estaba investigando la fuga.
La atleta keniana Agnes Tirop fue encontrada muerta y con heridas de arma blanca
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Drenado de sangre del ‘Vampiro’
En julio, la Policía describió el arresto de Wanjala como un gran avance en una investigación sobre una serie de inquietantes desapariciones de niños en el país de África Oriental.
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Las víctimas del ‘Vampiro’ fueron drogadas y desangradas y algunas de ellas fueron estranguladas, revelaron las autoridades.
Según la Policía, la primera víctima de Wanjala fue una niña de 12 años, cuyo secuestro ocurrió hace 5 años, en el condado de Machakos, al este de Nairobi.
El asesinato de su siguiente víctima en el oeste de Kenia provocó protestas y los lugareños incendiaron la casa de la persona que sospechaban había matado al menor.
"Sin el conocimiento de algunas de las familias preocupadas, sus hijos fueron ejecutados por la bestia durante mucho tiempo y sus restos arrojados a la espesura. Otros fueron sumergidos en las líneas de alcantarillado de la ciudad y se pudrieron", informó la DCI en julio.
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Aún no se han encontrado los cuerpos de varios niños que se temía que murieran a manos del ‘Vampiro’, que no se disculpó por sus acciones y dijo a los detectives que obtenía "mucho placer" al matar a sus víctimas.
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