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Monja abandonó en la calle una maleta con los restos de una amiga muerta

La monja, que fue identificada gracias a cámaras de seguridad, dijo que había hecho un pacto con su amiga de permanecer juntas, incluso después de la muerte. ¿Por qué dejó sus restos en la calle?

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Un reciclador recogió la maleta con los restos de la monja, pero la devolvió al lugar al percibir un mal olor -
AFP

La Policía de Chile investiga el caso de una monja de 80 años que abandonó en una calle de Santiago una maleta que contenía los restos de una amiga que llevaba un año muerta.

La maleta con huesos fue encontrada el lunes 9 de abril, provocando pánico en una ciudad cada vez más preocupada por los delitos violentos. La religiosa fue identificada más tarde a partir de un video en el que aparecía vestida con un hábito en el lugar.

La monja le dijo a la Policía que ella y su amiga, quien murió a los 58 años, habían hecho un pacto para permanecer juntas, incluso después de que la muerte se llevara a una de ellas.

"Hubo un pacto. La persona murió hace un año y la otra la tiene desde entonces en una maleta por el cariño que le tenía" a su amiga, dijo el miércoles 10 de abril a la prensa el uniformado Juan Fonseca.

Al parecer, la monja más joven murió a causa de una enfermedad en abril de 2023 y las autoridades no sospechan que se haya cometido un crimen. "Preliminarmente el cuerpo no tenía lesiones atribuidas a terceros", informó Francisco Lanas, fiscal a cargo del caso.

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Su compañera no dio aviso a las autoridades y decidió guardar el cadáver en una bodega.

La monja decidió sacarlo después de la llegada a casa de una de sus hijas. "Frente a la probabilidad de que descubriera esta maleta con el cuerpo de su amiga es que decide dejarla en la calle. Esa es la única explicación lógica que tenemos hasta el momento", explicó Lanas.

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Un reciclador fue quien recogió la maleta, pero la devolvió a su sitio al percibir un mal olor proveniente de esta.

La monja no ha sido arrestada, pero corre el riesgo de ser sancionada, según las normas de salud pública, por no notificar a las autoridades de la muerte de su amiga para que pudiera ser enterrada o incinerada.

Medios de prensa afirman que las mujeres no pertenecían a una congregación religiosa formal, sino que eran "laicas consagradas" que aspiraban a vivir una vida de claustro.

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