Si bien es cierto que cada quien tiene sus métodos de seducción, este japonés recurrió a un escenario particular: pinchar las llantas de carros conducidos por mujeres para ofrecerles ayuda, ganar su confianza y, tal vez, uno que otro número de teléfono.
Yoshito Harada, de 32 años, llevaba 7 usando esta artimaña. Pero como dice el dicho, tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe.
El teatro se le cayó. Decidió pinchar la llanta de una mujer, de 43 años, quien vio cómo el sujeto apareció de la nada para ayudar. No obstante, ella lo reconoció de inmediato: era el mismo que un año atrás también le había ofrecido apoyo en una circunstancia idéntica. Muchas coincidencias.
Con esta sospecha acudió a la Policía y los investigadores dieron con el paradero de Harada, quien resultó confesando que esa era su manera de conocer mujeres.
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El caso trascendió y permitió que otras víctimas de pinchadas lo reconocieran, inclusive por su nombre.
También se conoció que en 2013 una persona con el mismo nombre había sido arrestada por ese modus operandi. Sería demasiado casual que un homónimo estuviera haciendo esa travesura.
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En ese entonces, Harada tuvo que pactar pagos con las mujeres correspondientes a los daños a los vehículos. Pero ni todo el dinero que concilió parece haber funcionado, pues no aprendió la lección y volvió a hacerlo en 2016 y recientemente.