Miles de personas vestidas de negro y una corte con elefantes incluidos hicieron parte de la conmemoración.
En el día, declarado festivo, las principales concentraciones se vivieron en inmediaciones del palacio en la antigua capital Ayuttaya, al norte de Bangkok.
Allí se conservan desde hace un año, rodeados de un impresionante ceremonial budista, los restos del hombre que reinó en Tailandia durante 70 años.
"Quiero que se quede con nosotros para la eternidad", dijo Chalita U-sap, de 61 años, con los ojos enrojecidos por el llanto.
Cerca de allí, en un gran parque ahora cerrado al público, se ultimaban los preparativos para la incineración, prevista el 26 de octubre.
"No quiero que se realice la cremación, simplemente no lo puedo aceptar", se lamenta otra habitante de Bangkok, Kanokporn Chavasith.
En vida, el rey Bhumibol tenía un estatuto de semidios, tras décadas de un culto a la personalidad que lo presentaba como el padre de la nación, garante de la estabilidad de un país marcado por profundas divisiones políticas.
Estas se resumen en grandes líneas a una lucha entre los "camisas amarillas" ultramonárquicos y los "camisas rojas" que quieren hacer evolucionar una sociedad muy conservadora.
La monarquía es una cuestión tan importante en Tailandia que en nombre de su protección el ejército dio un golpe de Estado en mayo de 2014, mientras la salud del rey no dejaba de deteriorarse.
El nuevo rey
Desde entonces, los generales ultramonárquicos siguen en el poder, pero se desconoce la orientación que dará el nuevo rey, Maha Vajiralongkorn, a la institución real.
A sus 65 años, el nuevo monarca sigue pasando la mayor parte del tiempo en Alemania. Pero, pese a la distancia geográfica, da la impresión de querer tomar el control, especialmente del Crown Property Bureau (CPB), que gestiona decenas de miles de millones de dólares de la familia real, una de las más ricas del mundo.
Una reforma en vigor desde el 17 de julio permite al rey nombrar a todos los miembros del comité supervisor del CPB, sin que el ministro de Finanzas forme parte de él para dar una impresión de control civil.
El nuevo rey, que será coronado tras la incineración de su padre, participó este viernes en una ceremonia de homenaje budista en el palacio, ante al féretro de su padre.
Para muchos tailandeses sin embargo, Bhumibol siempre será su monarca: la mayor parte de la población solo ha conocido su reinado.
De ahí el interés de los militares en el poder de presentarse como garantes de su herencia.
La junta se prepara para acoger en Bangkok a unas 250.000 personas para las obsequias, que se prolongarán del 25 al 29 de octubre.
El luto, de rigor desde hace un año, se reforzó en los últimos días: los anuncios en los grandes almacenes están en blanco y negro, e incluso los canales de televisión tuvieron que atenuar los colores de sus programas.
Para los miembros de la familia real tailandesa, es habitual esperar varios meses entre la muerte y la cremación.
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