En la iglesia del municipio de Tubará, en vez de cánticos religiosos, se oyó la música del Carnaval de Barranquilla. El padre Rafael Ospino sorprendió así a sus feligreses.
Los pequeños de la familia tienen su propio espacio en el carnaval de Barranquilla. El turno este fin de semana fue para el desfile de los pequeños que son el semillero y el futuro de las fiestas.
Desde este miércoles, los barranquilleros tienen licencia para parrandearse el carnaval de Curramba. Todo, gracias a que el alcalde de la ciudad expidió un decreto que permite las rumbas en espacio público, pese a que el Código de Policía las prohíbe de forma expresa.