Se trata de uniformados pertenecientes al comando específico de Norte de Santander, que habían llegado para brindar seguridad a erradicadores de cultivos ilícitos.
Es la región militarmente más custodiada del país por número de habitantes, pero hay graves violaciones a los derechos humanos entre clamor de atención al Gobierno.
Con una bandera blanca, campesinos de Teorama pidieron que no les dispararan más. Autoridades informaron que un cabecilla del grupo delincuencial fue dado de baja.