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El conocimiento del paradero de Zulma Guzmán Castro en Londres marca un giro en uno de los casos judiciales más mediáticos de los últimos meses en Colombia, tras la muerte de dos menores de edad en Bogotá por el presunto envenenamiento con talio, un metal altamente letal.
Tras varios meses de seguimiento, la mujer fue ubicada el pasado 16 de diciembre, luego de ser rescatada del río Támesis, en el oeste de la capital británica, después de que las autoridades atendieran un reporte de “una mujer en apuros” en el puente Battersea. Zulma Guzmán, quien pesaba una circular roja de Interpol, habría llegado al Reino Unido el 11 de noviembre, tras pasar por países como Brasil y España.
Tras su ubicación en el Reino Unido y el inicio del proceso ante el Tribunal de Magistrados de Westminster, el futuro judicial de Zulma Guzmán en Colombia podría estar marcado por cargos de extrema gravedad. La directora de Los Informantes, María Elvira Arango, publicó un video en sus redes sociales en el que explicó los posibles escenarios que se abrirían para la señalada.
Según Arango, una vez se concrete su eventual extradición, la Fiscalía General de la Nación podría imputarle dos cargos de homicidio agravado por la muerte de las dos menores a causa del talio en abril de 2025, así como dos cargos por tentativa de homicidio agravado, debido a que otra niña resultó gravemente enferma y el hermano de una de las víctimas permaneció hospitalizado durante varios meses, aunque hoy se encuentra fuera de peligro.
Por lo pronto, la mujer recibe asistencia médica. Lo que ya se conoce es que una vez recupere su estado de salud, será puesta bajo custodia policial y comparecerá ante la justicia británica, puntualmente ante el Tribunal de Magistrados de Westminster, para una audiencia de extradición o deportación a Colombia y así asistir a las audiencias de imputación y eventual solicitud de medida de aseguramiento en el país por el caso.
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Las consecuencias penales para la empresaria, de 54 años, podrían ser severas, dada la naturaleza de las víctimas y la sevicia del método empleado. En Colombia, la pena por homicidio agravado puede alcanzar los 40 años de prisión y, considerando los hechos y las presuntas tentativas de homicidio, la condena podría ascender hasta 60 años.
Un factor determinante es que, al tratarse de delitos contra menores de edad, la legislación colombiana es taxativa, por lo que la señalada no podría tener beneficios como rebajas de pena o preacuerdos con la justicia.
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Por ahora, la mujer permanece bajo atención médica y custodia por la Policía del Reino Unido. Su proceso de extradición podría tardar hasta un año, aunque se espera que las autoridades logren agilizar el proceso.
Desde su refugio en el exterior, antes de conocer su paradero, Zulma Guzmán concedió una entrevista con el medio Focus Noticias, en la que negó las acusaciones. “Soy madre y eso debe ser un dolor insoportable. Entiendo que por eso quieran encontrar al culpable y utilicen todos los medios posibles para hacerlo, pero yo no soy ese culpable”, afirmó.
Curiosamente, su ubicación fue posible gracias a un detalle en su entrevista por video: la marca de agua mineral que consumía es de venta exclusiva en el Reino Unido. "El tamaño de la botella que estaba bebiendo se vende en tiendas de la calle, lo que indicaría que Guzmán estaba en un apartamento o casa y no en un hotel", explicó una fuente a medios locales.
En Colombia, Medicina Legal determinó que el caso corresponde a un doble homicidio. "Las evidencias y los elementos materiales probatorios obtenidos por un equipo de fiscales y servidores del Cuerpo Técnico de Investigación, adscritos a la Unidad de Vida de la Seccional Bogotá, así como el dictamen emitido por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, dan cuenta de que las víctimas consumieron unas frambuesas que estaban contaminadas con el metal. Este alimento fue enviado a través de una empresa de mensajería con indicaciones de que se trataba de un supuesto regalo, hecho que no era cierto", señaló la Fiscalía a inicios de diciembre en un comunicado.
El origen de esta tragedia se remonta a la primera semana de abril de 2025, cuando una familia residente en el barrio Rosales, al norte de Bogotá, recibió un paquete que aparentaba ser un regalo. El contenido eran frambuesas con chocolate, pero en su interior ocultaban dosis letales de talio. Como consecuencia del consumo de estas frutas, dos niñas de 13 y 14 años fallecieron, otra menor resultó gravemente enferma y el hermano de una de las víctimas permaneció en el hospital hasta lograr su recuperación.
Las investigaciones de la Fiscalía y el CTI, que incluyeron el testimonio clave de un domiciliario, señalaron a Zulma Guzmán como la responsable de enviar el paquete envenenado.
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En entrevista con Los Informantes, el abogado defensor de la familia afectada, Fabio Humar, ha sido enfático sobre el móvil detrás del ataque: “Aquí hay una persona que envió un paquete de frambuesas envenenadas a una familia y todo parece indicar que se trata de un crimen pasional”. Según él, la señalada mantuvo una relación extramatrimonial con el padre de una de las menores fallecidas, lo que habría desencadenado la tragedia.
Asimismo, se conoció que en 2021, la madre de una de las menores fallecidas presentó síntomas inexplicables de pérdida de cabello y dolores intensos en las piernas. El médico endocrino Julio Portocarrero, quien la atendió en su momento, relató su sospecha inicial: “Mire, si esto no es una intoxicación por talio, yo no sé qué será”.
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A la mujer le realizaron los respectivos exámenes y así identificaron que tenía unos niveles muy altos de talio en el cuerpo. Ella recibió el respectivo tratamiento y mejoró “significativamente”, hasta que durante un viaje tuvo una recaída porque “se le había reactivado un tumor que tenía previamente”. Murió el 17 de agosto de 2021 y fue cremada, por lo que hoy no pueden saber exactamente lo que le pasó.
El doctor Portocarrero aclara la posible relación entre el metal y el deceso: “Lo que sí es posible es que cuando la persona tiene un cáncer y tiene un estrés de esa magnitud, como es una intoxicación por talio, ese estrés reduce significativamente la capacidad del sistema inmunológico y ese sistema inmunológico debilitado facilita la reactivación de un tumor”. No obstante, ante esta aparente coincidencia, las autoridades decidieron profundizar en la investigación del caso.
El uso del talio en este crimen ha conmocionado a todo el país. Camilo Uribe, experto toxicólogo, explicó en Los Informantes la peligrosidad de esta sustancia, cuya venta está prohibida en Colombia desde 1970. “El talio es muy liposoluble. Eso quiere decir que es muy afín por el tejido graso y los seres humanos tenemos muchísimo tejido graso, entonces, él va y se pega en ese tejido graso y así se comienza a distribuir en el organismo”, señaló el especialista.
La dificultad para identificar este metal radica en sus propiedades, pues es incoloro, sin sabor, sin olor y altamente letal. Además, sus síntomas iniciales suelen confundirse con una patología común. Según Uribe, “lo primero que produce es un cuadro gastrointestinal, él irrita la mucosa gástrica y lo que va a producir es náuseas, vómito, diarrea, ardor en el estómago... La segunda fase de la intoxicación es donde ya hay esa lesión neurológica”. En el caso de las niñas fallecidas, el experto reveló que los niveles de toxicidad hallados superaban cualquier registro previo: “Esas concentraciones de talio no las teníamos reportadas, son niveles supremamente elevados”.
Mientras una intoxicación severa se considera por encima de 100 o 150 microgramos, en el caso de las niñas, el experto explicó que había niveles de talio que “la máquina no fue capaz de detectar, es decir, estamos hablando de niveles por encima de 3.000”. Estas son, sin duda, “concentraciones letales”.
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*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.