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La tragedia que estremeció a Bogotá en la primera semana de abril de 2025 cuando dos niñas de 13 y 14 años murieron y otras dos personas resultaron gravemente enfermas tras consumir frambuesas contaminadas con talio, reveló una inquietante coincidencia y llevó a las autoridades a abrir una nueva línea de investigación. Zulma Guzmán, quien habría sostenido una relación extramatrimonial con el padre de una de las menores, fue señalada como presunta responsable y capturada este 16 de diciembre en Londres.
Al profundizar en la muerte de las menores, la Fiscalía encontró un dato clave: cuatro años antes, la madre de una de las niñas fallecidas también había sufrido una intoxicación con talio, un antecedente que encendió las alarmas y amplió el alcance de la indagación. Los Informantes reconstruyó cómo fueron los últimos días de la madre de una de las niñas fallecidas. Los detalles fueron revelados por un amigo cercano de ella.
En diciembre de 2020, durante el año de la pandemia, la madre de una de las niñas fallecidas comenzó a sentirse muy mal. La mujer, quien era esposa del padre de una de las menores, había superado previamente un cáncer de seno, pero el dolor y el miedo regresaron a su vida. Varios especialistas descartaron la reaparición del cáncer, pero no podían encontrar la causa de sus dolores y su malestar.
Fue el médico internista y endocrino Julio Portocarrero quien, tras evaluarla, identificó los síntomas clave. Cuando la mujer llegó a su consultorio, explicó el endocrinólogo, que presentaba “entre otros síntomas, dos que son críticos cuando están juntos, que era una caída severa del pelo y una neuropatía periférica terriblemente dolorosa”.
El médico recordó que la neuropatía periférica era “una afección de los nervios de las piernas, particularmente que produce unos dolores violentos en miembros inferiores”, y la paciente incluso tenía dificultad para caminar. Ante la gravedad y claridad de los síntomas, el endocrinólogo le dijo: "Mire, si esto no es una intoxicación por talio, yo no sé qué será”.
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El diagnóstico se confirmó rápidamente a través de pruebas de sangre y orina, que resultaron positivas para talio. Los resultados mostraron niveles altos, mientras que los niveles normales en humanos son de menos de 2 microgramos. La mujer se sometió a tratamiento, que consistió en medicamentos que ligan el talio en el organismo para ser eliminado por la orina.
La madre mostró una mejoría “significativa” tras el tratamiento inicial. Con su recuperación y el levantamiento de las restricciones por la pandemia, ella y su esposo decidieron viajar a Europa, donde visitaron a uno de sus mejores amigos que reside en Francia desde hace varios años. Él fue una de las últimas personas que estuvo con ella.
A raíz de la pandemia, ya les habían aplazado un viaje previo. Por ello, en 2021, el esposo de la mujer llamó al amigo y le dijo: “Voy tres semanas a Italia y tengo una semana que no tengo nada que hacer, me gustaría ir por allá por su casa”.
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El amigo relató que la vio “absolutamente destrozada” cuando llegaron. “Yo creo que ella pesaba 40 kilos. Muy cansada y decaída”. Al verla tan mal, él le dijo al esposo: “Venga, llevémosla a la urgencia, pero me dijo: ‘No, ella no quiere ir a eso, nosotros nos devolvemos’”. Según él, ambos regresaron y “al mes se murió”.
A pesar de que el endocrinólogo había reportado que la paciente había continuado con dolores en miembros inferiores, pero iba mejorando después del primer tratamiento, en Europa la pesadilla regresó con los mismos malestares y la caída del pelo. El médico tratante se enteró de la recaída.
La mujer murió el 17 de agosto de 2021, a los 50 años, y fue cremada, por lo que hoy no es posible saber con exactitud lo que le sucedió. Sobre la posible relación entre la intoxicación por talio y el cáncer, el endocrinólogo afirmó: “Con la certeza que puede hablar uno en Medicina, que nunca hay nuncas, ni siempre hay siempre, puedo decir que la probabilidad de que el talio haya sido la causa de ese tumor o de ese cáncer es cercana a cero”, dijo, y agregó que: “Lo que sí es posible es que cuando la persona tiene un cáncer y tiene un estrés de esa magnitud, como es una intoxicación por talio, ese estrés reduce significativamente la capacidad del sistema inmunológico y ese sistema inmunológico debilitado facilita la reactivación de un tumor”.
Cuatro años después de la muerte de la madre, se encendieron las alarmas cuando su hija murió por la misma sustancia, el talio, que se encontraba impregnado en unas frambuesas con chocolate que llegaron a la casa familiar como un supuesto regalo.
Según el toxicólogo Camilo Uribe, las frambuesas envenenadas contenían “concentraciones letales” de talio, con niveles tan elevados que los equipos de medición “no fue capaz de detectar”, al superar los 3.000 microgramos, cuando una intoxicación severa se considera por encima de 100 o 150.
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De acuerdo a los hechos, todas las pruebas recolectadas por la Fiscalía apuntaron a Zulma Guzmán Castro, una mujer que mantuvo una relación extramatrimonial con el esposo de la mujer fallecida en 2021 y padre de una de las niñas víctimas.
Fabio Humar, abogado penalista y defensor de la familia, declaró que: “Aquí hay una persona que envió un paquete de frambuesas envenenadas a una familia y todo parece indicar que se trata de un crimen pasional”. También señaló que su cliente le manifestó que la relación con Zulma “fue puntual, limitado en el tiempo, la relación terminó y perdió contacto con esta señora; luego ocurrieron estos hechos lamentables”.
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El 25 de octubre, ante la contundencia de las pruebas recuperadas por la Fiscalía, un juez de Control de Garantías de Bogotá libró una orden de captura y emitió una circular roja de Interpol para dar con el paradero de Zulma Guzmán Castro.
El martes 16 de diciembre, las autoridades del Reino Unido rescataron del río Támesis, cerca del puente Battersea en el oeste de Londres, a Zulma Guzmán Castro, la mujer señalada por la muerte de las dos niñas con talio en Bogotá. Los medios locales informaron que la Policía recibió un reporte de “una mujer en apuros”, en horas de la mañana.
Un portavoz detalló que la Unidad de Policía Marina “recuperó a una mujer de unos 50 años del agua a las 7:14 a.m. y la llevó al hospital, donde desde entonces se ha considerado que sus heridas no ponen en peligro su vida ni la cambian”. Tras el rescate, se confirmó que se trataba de Zulma Guzmán.
Reportes indican que la empresaria, fundadora de una empresa de alquiler de carros eléctricos, llegó al Reino Unido el 11 de noviembre y estaba siendo buscada por las autoridades británicas a solicitud de la Policía colombiana.
A inicios de esa misma semana, el Tribunal de Magistrados de Westminster, en Londres, emitió una orden de arresto. Se espera que, si Zulma Guzmán Castro se encuentra bien de salud, sea puesta bajo custodia y deba comparecer ante los magistrados de ese tribunal para una eventual audiencia de extradición por este caso.
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Interpol Colombia y la Fiscalía General de la Nación fueron notificadas de lo ocurrido. La Policía, a través de la Dijín, explicó que están “atentos de lo que definan las autoridades de Londres, en materia de retención y captura posteriormente”.
El talio es un metal pesado que se conoce como el veneno de los venenos porque no tiene sabor ni olor, pero es altamente letal. En Colombia, su venta y comercialización está prohibida desde 1970 debido a su alta toxicidad en el sistema nervioso.
El experto toxicólogo explicó que el talio es "muy liposoluble". “Eso quiere decir que es muy afín por el tejido graso y los seres humanos tenemos muchísimo tejido graso, entonces, él va y se deposita, se pega en ese tejido graso y así se comienza a distribuir en el organismo”.
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Los síntomas iniciales del envenenamiento con talio son confusos y se pueden confundir con una intoxicación alimenticia, lo que a menudo retrasa el diagnóstico hasta que es demasiado tarde. “Lo primero que produce es un cuadro gastrointestinal” con “náuseas, vómito, diarrea, ardor en el estómago”. La segunda fase de la intoxicación es donde ya hay una “lesión neurológica, comenzaban a presentar, pérdida de fuerza en sus piernas, un dolor bastante difícil de controlar”. Y si es muy severa, “puede llegar a producir una lesión fulminante donde el hígado pierde su función. Lo mismo el riñón, produce cardiotoxicidad. Y a dosis muy elevadas, pues va a producir arritmias y fallas cardíacas severas que pueden llevar a la persona a la muerte”.
*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Los Informantes.