El 23 de abril de 2019, en un barrio de Montenegro, en Quindío, fue escenario de una tragedia que aún resuena entre sus habitantes. Cristian Steven Reyes, un joven soldado profesional, fue víctima de un ataque sicarial que no solo conmocionó a su familia, sino que destapó una red de intereses oscuros que lo rodeaban, incluso dentro de su círculo más cercano. El Rastro investigó el caso.Alrededor de las 10:30 de la noche, una serie de disparos estremeció a los vecinos del barrio. Una de las hermanas de Cristian salió corriendo a la calle y se encontró con una escena devastadora: el cuerpo de su hermano yacía en el suelo con múltiples impactos de bala.“Era mi hermano al que le habían disparado, el que estaba herido. Yo me tiré y lo abracé fuertemente...Él me movió la cabeza, estaba muy mal, no podía hablar”, contó su hermana a El Rastro.¿Qué ocurrió esa noche?Cristian fue hallado con múltiples impactos de bala, principalmente en la cabeza y el tórax. Aunque alcanzó a ser trasladado al hospital más cercano, llegó sin signos vitales: la gravedad de las heridas resultó fatal.Su familia lo recuerda como un hombre querido y ejemplar. “Mi hermano era una persona muy especial para mí, en todo lo resaltaba su honestidad y su alegría. Soñaba con ser soldado, le gustaba defender a las personas y era muy buen papá...En muchas ocasiones salvó vidas y curó”, relató una de sus hermanas.Cristian era padre de dos niños, de 6 y 3 años, quienes eran su mayor motor en la vida. Ambos nacieron fruto de la relación que sostuvo durante años con Diana Alejandra Gómez, su esposa. Sin embargo, según los familiares de la víctima, la pareja atravesaba dificultades que fueron deteriorando la relación.Incluso, aseguraron que días antes del crimen, Cristian le pidió el divorcio a su esposa, pero ella se negó. “Ella no trabaja, se la pasaba esperando que llegara el sueldo de él para gastárselo”, revelaron. Cuando él le pidió que buscara empleo, ella se negó, las hermanas dijeron que ella afirmó que “para eso se había conseguido un soldado profesional, para que la mantuviera”.Primeras hipótesis del asesinatoEn un principio, las autoridades creyeron que el crimen estaba relacionado con la presencia de bandas delincuenciales en el sector, dedicadas al microtráfico y al sicariato, conocidas como Los Chukys y Los Killers.“Una de las hipótesis fue que por las funciones que desempeñaba Cristian como soldado profesional, la banda lo viera como una amenaza para el desarrollo de sus actividades ilícitas en el sector”, dijo el investigador del caso.De hecho, en los meses siguientes se registraron otros dos homicidios en la misma zona con características similares. Según la investigación, era posible que dos personas —una vecina y un habitante de calle— conocieran la identidad del autor material del crimen.No obstante, el caso dio un giro inesperado cuando decidieron interrogar a la esposa del soldado, quien había tomado una actitud extraña frente al asesinato de su marido.Mientras los investigadores seguían la pista de las bandas de microtráfico, la Policía encontró un indicio clave: salieron a la luz cerca de 100 llamadas entre Diana Gómez y miembros de la organización criminal Los Chukys.Cruda confesión de sicarioUn informante anónimo también señaló a alias Quiroga, un joven de 17 años vinculado a la banda de Los Chukys. Las interceptaciones telefónicas confirmaron que el número de Diana había sostenido múltiples comunicaciones con integrantes del grupo criminal antes y durante el día del homicidio.Alias Quiroga fue capturado en Putumayo y decidió colaborar con la justicia. Confesó su participación en más de diez asesinatos, entre ellos el de Cristian. “Nos habla precisamente del homicidio del soldado como él lo conocía”, afirmaron las autoridades.En su declaración, el joven implicó directamente a la esposa del soldado, señalando que fue ella quien les suministró información clave para ejecutar el crimen. “Se ubican estratégicamente a la espera de que la esposa del soldado los llame y les diga: "Vea, ahí va saliendo, va vestido así, va en dirección hacia tal lado". Cuando estaban coordinando el homicidio, Diana les entrega una fotografía para que no haya un margen de error”, explicó uno de los investigadores sobre la manera en que se planeó el asesinato.Asimismo, el implicado declaró que participó como campanero, mientras alias Nico, también menor de edad, disparó a quemarropa contra el soldado. Según el relato, el sicario se acercó a Cristian y le dijo: “Esto le mandó hacer su mujer’”.¿Quería cobrar millonario seguro?Gracias a la declaración de alias Quiroga y al registro de llamadas entre Diana y miembros de Los Chukys, las autoridades llevaron a cabo un operativo para concretar las capturas. En agosto de 2020, la Policía desarticuló la banda, logrando la detención de 19 personas, incluida Diana Alejandra Gómez. El juicio en contra de ella se prolongó durante varios meses.Según la investigación, la Fiscalía determinó que detrás del crimen existía un móvil económico: Diana buscaba quedarse con un millonario seguro de vida y con la pensión que correspondía a Cristian por su servicio en el Ejército.De acuerdo con la familia de la víctima, Cristian había dejado el 80 % del seguro a su madre y solo el 20 % a su esposa, pero ella desconocía esa distribución y creía que recibiría la totalidad de los $100 millones. “Ella estuvo recibiendo la pensión durante casi tres años; cuando la capturaron, aún la seguía percibiendo”, relató una de sus hermanas.Diana Gómez no aceptó los cargos por homicidio agravado y fue condenada a 35 años de prisión como autora intelectual del asesinato de su esposo. Actualmente, permanece recluida en la cárcel Villa Cristina de Armenia.La mujer conocida como alias La Diabla, concedió una entrevista a El Rastro desde prisión, donde aseguró: “Es mentira. Nunca tuve contacto con esa banda, nunca hablé con ellos. Yo ni siquiera tenía celular, me lo habían robado meses antes”.Un mes después de la condena, la madre de Cristian falleció. “La partida de Cristian le quebró la salud hasta el final”, relataron sus familiares. Hoy, la familia enfrenta el dolor de dos pérdidas y la ausencia de un padre. Sus hijos, de 11 y 8 años, quedaron al cuidado de sus tías.
El término burundanga en Colombia es sinónimo de miedo, se refiere a cualquier sustancia capaz de anular la voluntad de una persona para cometer un robo, una agresión o, en el peor de los casos, un asesinato. Pero los delincuentes ya no usan la famosa escopolamina, sino que han cambiado su método con potentes medicamentos que consiguen con facilidad hasta en las droguerías del barrio. El número de víctimas aumenta y esto tiene muy preocupadas a las autoridades. Séptimo Día investigó este fenómeno.Samanta, una de las integrantes de una banda criminal que opera en Medellín, accedió a hablar y afirma que prefiere a los extranjeros. “Ellos no saben tanto de acá del tema, del vicio, de cuánto cuestan las cosas. Ellos es lo que uno le diga”, contó. Su estrategia de selección es sencilla: busca a personas "adineradas y así como que no sepan tanto de la movida".El anzuelo principal es Julián, el líder de la banda. Él se encarga de contactar a las víctimas a través de redes sociales y aplicaciones de citas. "Como uno sube fotos de mujeres el perfil, entonces ellos se dejan llevar por eso", dijo. El líder califica a sus víctimas como "tan estúpidas que les habla alguien y ahí mismo ya se sienten como halagados, ya le empiezan a hablar bonito”.Cuando la víctima acepta un encuentro, Julián elige un lugar estratégico, "donde la gente piensa que no los van a robar". Luego, envía a Samanta junto a Alberto, el taxista de la banda. La función de Alberto es simple: “Mi trabajo es transportarla a ella de un lugar a otro”.Así roban con burundanga en MedellínSamanta y Alberto, ambos con antecedentes penales, describen su método con una frialdad impactante. Una vez que Samanta llega al lugar, el plan se pone en marcha. “Nosotras en la discoteca permanecemos. Yo llego, ‘Hola, ¿cómo estás? ¿Qué haces? ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a tomarnos algo? yo te invito’”. Según Samanta, con esta táctica, "ellos se sueltan más y ya uno sirve las dos copas y ya se hace como si estuviera tomando el vaso de él, pero se la lleva a él”.Aquí es donde entra en juego la sumisión química. Samanta confiesa usar diferentes tipos de drogas. “La percocet eso es droga para caballos, eso lo duerme totalmente, eso lo dopa. El rivotril sí lo pone como un poco más alterado. La xilacina sí le da mucho sueño. La chilindrina, eso sí los pone ahí mismo a dormir también”, reveló la mujer.Cuando se le preguntó dónde consiguen estas sustancias, la respuesta es contundente. Julián, el líder, asegura que “eso se consigue en el centro, farmacias clandestinas”. Alberto, por su parte, añade que existe corrupción. "La misma corrupción viene, las mismas droguerías. Eso a todo el mundo no se lo venden”.La forma en que Samanta introduce la droga es rápida. "Cuando le voy a dar una bebida. Yo lo manejo es como en un billete. Cierro el billete y ya lo meto entre los otros. Ya ahí no se ve", confesó. Una vez que la víctima ha consumido la droga, el efecto es instantáneo. "Ya viene prácticamente un niño", afirmó Alberto.Sin remordimientos por los robosUna vez que la víctima está drogada, Samanta la lleva a su hotel o Airbnb, dependiendo donde se estén hospedando. Es en ese momento realizan el robo: "Necesitamos quitar todo lo que son pertenencias y acabamos con él, todo lo que hay”, afirmó el taxista.Cuando algo sale mal, Julián, el líder de la banda, interviene. "Los manes se dan cuenta que están siendo drogados y eso empiezan a hacer un escándalo. Entonces toca estar ahí, mejor dicho, sacar pistola y sin mediar palabra", contó.“¿Usted alguna vez piensa en las familias de esas víctimas?”. La respuesta de Julián es contundente: "No, la verdad yo solo pienso en la mía porque cuando a uno lo han cogido, ellos no piensan en uno. A uno ya le toca tener el corazón frío. Si se arrepiente uno, ya mi Diosito lo castiga a uno”, concluyó.¿La escopolamina es cosa del pasado?¿Por qué la escopolamina ha caído en desuso? El médico Miguel Antonio Tolosa Rodríguez, experto en toxicología clínica, lo explicó: "La escopolamina produce un efecto de agitación. La persona puede alucinar, tornarse agresiva, lo cual no le conviene al victimario", afirmó. A esto se suman dos factores cruciales: su síntesis es costosa y complicada. Por si fuera poco, el mercado ofrece alternativas más económicas, potentes y fáciles de conseguir. "Hay sustancias que se consiguen en farmacias", agregó el experto.Un negocio ilícito con cifras alarmantesSegún cifras de la Policía Nacional, en la última década, se han registrado más de 21.000 casos de hurto mediante sumisión química. Esto se traduce en un promedio alarmante de seis personas robadas cada día en el país mediante este método. Los departamentos de Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca encabezan la lista. Tan solo en Bogotá, entre 2024 y los primeros seis meses de 2025, se han reportado 848 casos. Las zonas de rumba más populares, como Chapinero, Teusaquillo, Usaquén y Kennedy, son las más afectadas, demostrando que los delincuentes se mueven donde la gente busca diversión y un momento de distracción.Los robos por sumisión química en la mayoría de los casos están relacionados con el consumo de alcohol y la rumba nocturna. Y en Medellín, víctimas, criminales y autoridades coinciden en que el turismo sexual es un caldo de cultivo para estas delincuentes que acechan como presa fácil a los extranjeros.
El municipio de Montenegro, en Quindío, fue el escenario de un triple homicidio que consternó a la población. El asesinato del soldado Cristian Steven Reyes a quemarropa en 2019, destapó una trama de traición, microtráfico y una tragedia que dejó a una familia destrozada. La investigación develó un atroz crimen orquestado por un cercano.Dar con el responsable se convirtió en una misión crucial para las autoridades, pues lo que en un principio parecía un homicidio aislado terminó destapando una trama mucho más oscura. El periodista Diego Guauque, de El Rastro, siguió de cerca el caso.Cristian era recordado por sus hermanas como un hombre íntegro, alegre y con vocación de servicio. “En muchas ocasiones salvó vidas y curó”, dijo su hermana Yurimar Reyes. No obstante, el 23 de abril de 2019, la vida de la familia de Cristian cambió para siempre, luego de que fuera brutalmente acribillado. “Era mi hermano al que le habían disparado, el que estaba herido. Yo me tiré y lo abracé fuertemente...Él me movió la cabeza, estaba muy mal, no podía hablar”, contó.Este joven soñador era padre de dos niños. “Mi hermano era una persona muy especial para mí, en todo lo resaltaba su honestidad y su alegría. Soñaba con ser soldado, le gustaba defender a las personas y era muy buen papá”, dijo una de sus hermanas.Cada vez que obtenía un permiso, Cristian regresaba a casa para estar con sus pequeños, de 6 y 3 años. Para sus hermanas, más que un hermano, era “como un papá”.El fatídico díaLos hechos ocurrieron el 23 de abril de 2019. Pasadas las 10:30 de la noche, los vecinos escucharon una serie de disparos y una de las hermanas de Cristian salió corriendo a la calle. Allí se encontró con una escena devastadora: él yacía tendido en el suelo con múltiples impactos de bala.Minutos después llegó Diana Alejandra Gómez, esposa del soldado. Según relatan las hermanas, lo primero que hizo fue sacarle el celular, la billetera y algunos papeles de los bolsillos. Luego, se inclinó hacia él y le dijo: “Ay, Cristian, mi amor, te amo”.Las autoridades confirmaron que Cristian recibió entre cuatro y cinco disparos, la mayoría en la cabeza y el tórax. Aunque fue trasladado de urgencia al hospital, llegó sin signos vitales.“Él no tenía enemigos, no tenía peleas con nadie, a él todo el mundo lo quería...Yo lo amaba mucho, era mi hermano y más que mi hermano era como un papá para nosotras”, reveló una de sus hermanas.Un lugar controlado por bandas delictivasEl asesinato del soldado no fue un hecho aislado. En menos de cinco meses, tres personas fueron ultimadas en el mismo barrio bajo un patrón idéntico: disparos a quemarropa en la noche y un sicario del que no había ningún rastro.Según los investigadores, ese barrio y sus alrededores estaban bajo el dominio de una peligrosa estructura delincuencial conocida como Los Chukys o Los Killers, dedicada al microtráfico y a asesinatos selectivos.“Una de las hipótesis fue que por las funciones que desempeñaba Cristian como soldado profesional, la banda lo viera como una amenaza para el desarrollo de sus actividades ilícitas en el sector”, dijo el investigador del caso.Giro en la investigaciónLa esposa de Cristian aseguró a las autoridades que había intentado desbloquear el celular de su esposo, pero que, durante el intento, el dispositivo terminó formateándose. Asimismo, las hermanas de la víctima afirmaron sobre un pasado tormentoso entre la pareja.Ambos se conocieron en el colegio y, con el tiempo, terminaron casándose. Sin embargo, según los familiares de Cristian, la convivencia comenzó a deteriorarse. Aseguran que Diana no trabajaba y que solía reclamarle constantemente por el dinero.“Ella no se la pasaba esperando que llegara el sueldo de él para gastárselo. Mi hermano cansado de eso le dijo que trabajara, y ella respondió que para eso se había conseguido un soldado profesional, para que la mantuviera”, relató una de sus hermanas.También afirmaron que, aunque Cristian nunca fue agresivo con ella, Diana sí lo maltrataba físicamente.No obstante, las sospechas contra la esposa tomaron fuerza cuando los investigadores revisaron los registros telefónicos. Descubrieron más de 100 llamadas y comunicaciones entre Diana y miembros de Los Chukys, justo antes y durante el día del homicidio.Además, un informante anónimo entregó pistas a las autoridades, quienes señalaron haber visto a un joven conocido como alias Quiroga, quien al momento del asesinato tenía 17 años y hacía parte de la banda Los Chukys.Alias Quiroga fue capturado en Puerto Leguízamo, Putumayo, hecho que reabrió la investigación. Durante su declaración, confesó varios homicidios a cambio de un preacuerdo con la Fiscalía. En su testimonio aseguró haber visto a Diana, la esposa del soldado, en el territorio controlado por Los Killers, en Montenegro.Según la declaración de alias Quiroga, estas fueron las últimas palabras que escuchó el soldado Cristian Reyes antes de ser asesinado a tiros: “Eso le mandó hacer su mujer”. Las autoridades confirmaron que el sujeto que disparó contra el soldado era menor de edad y conocido como alias Nico.Pruebas contundentes y capturasLa confesión de alias Quiroga y el hallazgo de constantes llamadas realizadas por Diana fueron claves en la investigación. Al parecer, la mujer mantenía comunicación con José Antonio Pinto, integrante de la organización. Con estas pruebas un juez ordenó la captura de varios miembros de Los Killers, así como la de Diana Alejandra Gómez, esposa de Cristian y conocida como alias La Diabla.La familia de Cristian aseguró que, días antes del crimen, él le había pedido el divorcio a Diana tras descubrirle una infidelidad con un compañero de trabajo. No obstante, la mujer se habría negado a separarse, pues, según los familiares de la víctima, de por medio estaba un millonario seguro de vida.“El seguro era del 100% y ella pensaba que todo le iba a quedar a ella. Eran 100 millones de pesos… pero mi hermano dejó el 80% a mi mamá y a ella solo el 20%. Cuando se enteró, pegó un grito”, relató una de las hermanas.El juicio se prolongó por casi cinco años. Finalmente, la Fiscalía le imputó a Diana Alejandra Gómez el delito de homicidio agravado, por el cual fue condenada a 35 años de prisión. Actualmente cumple su condena en la cárcel de mujeres Villa Cristina, en Armenia.El equipo de El Rastro solicitó una entrevista con la mujer, quien negó rotundamente haber participado en el crimen de su esposo. “Es mentira. Nunca tuve contacto con esa banda, nunca hablé con ellos. Yo ni siquiera tenía celular, me lo habían robado meses antes”, aseguró Diana Gómez.Los dos hijos de Cristian y Diana, hoy de 11 y 8 años, quedaron al cuidado de sus tías, quienes aseguran que han sido criados con amor, a pesar de la dolorosa ausencia de su padre. El asesinato de Cristian dejó a toda la familia marcada por una herida que aún no sana.
Lo que comenzó como una noche de festejo por la victoria en un torneo de fútbol terminó en una pesadilla para Juan José Agudelo, un joven de 21 años que fue víctima de robo, agresión física y posible intoxicación con una sustancia química en Medellín. El hecho ocurrió el pasado 8 de junio, en el exclusivo sector de El Poblado, cuando el joven salía de una discoteca en Provenza. Séptimo Día investigó.“Me daría susto volver a salir solo”, confesó Juan José, visiblemente afectado por el trauma que le dejó el ataque. El joven relató que fue abordado por un taxista que le ofreció llevarlo por un precio muy bajo y le pidió que lo invitara a una bebida. Aunque inicialmente se negó, terminó aceptando la propuesta.El inicio del engañoCerca de las 3 de la madrugada, Juan José se encontraba buscando a sus amigos para regresar a su casa en Rionegro. Fue entonces cuando el conductor del taxi lo interceptó.“El taxi me pita, me dice 'Hey, parcero, ¿para dónde vas? Yo lo llevo’. Yo le dije que no, que no necesitaba el taxi, que yo iba para acá cerquita. Me insistió, ‘Parce, ¿para dónde va?’ Ya le dije el nombre a la de la discoteca a la que yo iba. Él me dijo, ‘No, hágale, yo lo llevo por 6, 7 pesos’”, recordó.El joven accedió y subió al vehículo. Poco después, el conductor le pidió que lo invitara a una bebida. Juan José sacó 20.000 pesos y le dijo que comprara lo que quisiera. Al regresar, el taxista le entregó una cerveza que, según el joven, tenía un sabor extraño.“Me pareció muy raro porque la cerveza no me pasaba de la boca, o sea, se me quedaba acá”, relató. Fue el primer indicio de que algo no estaba bien.Pérdida de conciencia y agresiónMientras se acercaban a la discoteca donde estaban sus amigos, Juan José intentó comunicarse con ellos. “Yo les dije a mi amigo, ‘Oye, ya llegué, estoy afuera’. Ya después de eso, él me dijo, ‘No, lo voy a dejar por adelante para que ya entre ahí de una’. Y ya en un abrir y cerrar de ojos yo veo que ya no estamos como por acá cerquita…”, narró.En ese momento, el joven intentó bajarse del taxi, pero el conductor lo agredió. “Me le fui a bajar del carro, él me cogió el brazo y me pegó dos puños acá en la cara. Ya yo pues realmente yo tengo conciencia hasta ahí”, afirmó.Durante las siguientes tres horas y media, Juan José estuvo dentro del taxi, inconsciente o semiconsciente. Gracias a que compartió su ubicación con sus amigos, ellos pudieron rastrear el recorrido del vehículo.Según el registro de sus amigos, el taxi recorrió gran parte de Medellín. Salieron del oriente en El Poblado hacia el sur, pasando por Envigado. Luego se dirigieron al occidente, cerca del estadio, y finalmente terminaron en el centro, en una zona de tolerancia cerca de la plaza de Botero.“Ahí en el centro como una tienda de celulares que funcionan las 24 horas y al lado también hay una joyería. Hasta yo lo acompañé a vender mi celular, me robaron el celular, la billetera, el reloj, los zapatos, me intentaron quitar las aretas porque están torcidas. Me quité la cadena, me la escondí ya por eso el man me comenzó a pegar”, relató.El rescate y el diagnóstico médicoLa situación se tornó aún más crítica cuando Juan José fue abandonado en vía pública. Un vigilante lo encontró golpeado y desorientado. “Yo tuve como un minuto de lucidez que le puede dar el número de mi papá. Apenas le doy el número de mi papá, yo me desmayo. Yo ya despierto al otro día a las 11 de la noche en un hospital, muy golpeado con la nariz torcida, me cogieron puntos”, contó.Los médicos encontraron en su cuerpo rastros de una sustancia que podría ser escopolamina, utilizada comúnmente en robos por sumisión química. “Me salió que yo tenía una sustancia en el cuerpo, llegaron a la suposición que podría ser escopolamina”, agregóUn caso aun sin justiciaAunque Juan José recuerda la apariencia del agresor, “El taxista es un gordito morenito, alrededor de 40 años”, hasta el momento no se han reportado capturas. La denuncia está en curso, pero el caso refleja una problemática que preocupa a las autoridades y a la ciudadanía.Según cifras de la Policía Nacional, en los últimos 10 años se han registrado 21.000 casos de robo mediante sustancias químicas en 346 municipios del país. Esto equivale a un promedio de seis personas hurtadas al día con burundanga.Los departamentos más afectados son Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca. Solo en Bogotá, entre 2024 y el primer semestre de 2025, se reportaron 848 casos. Las localidades más golpeadas son Chapinero, Teusaquillo, Usaquén y Kennedy, todas con zonas rosas donde el ruido y la distracción facilitan el accionar de los delincuentes.Turismo sexual y vulnerabilidadEn Medellín, el turismo sexual ha sido señalado como un factor que agrava esta problemática. Víctimas, criminales y autoridades coinciden en que los extranjeros son blanco frecuente de estas prácticas, especialmente en zonas de rumba y entretenimiento nocturno.Los robos por sumisión química suelen estar relacionados con el consumo de alcohol y la vida nocturna. Sin embargo, también pueden ocurrir en restaurantes, vehículos, espacios públicos masivos o incluso en una simple interacción callejera.El caso de Juan José Agudelo no es aislado. Es un reflejo de una modalidad de robo que se ha sofisticado y que aprovecha la vulnerabilidad de las personas en momentos de celebración o distracción. La falta de justicia y la impunidad que rodea estos hechos agravan el panorama.“Realmente, pues me dejé convencer. En mis pensamientos yo dije, pues si es más fácil que me roben caminando a que me roben en un taxi”, dijo el joven.
El colombiano Céiber David Ávila Segura es uno de los favoritos para lograr medalla en la categoría de los 57 kilógramos del boxeo de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.Céiber David Ávila SeguraCiudad: San Pedro de Urabá. Edad: 32 años Deporte: boxeo 57 kilógramos. Participaciones en Juegos Olímpicos: una (2016)Mejor resultado en Juegos Olímpicos: quinto puesto en los 52 kilógramos en 2016.Medallas ganadas: NA
Un ataque armado en zona rural del municipio de Mesitas del Colegio, Cundinamarca, dejó como saldo la muerte de tres personas y tres más gravemente heridas en la tarde del martes 19 de agosto. El hecho ocurrió en la finca Villa Claudia, ubicada en la vereda San Ramón, un predio utilizado con fines turísticos, hasta donde llegaron varios hombres armados que abrieron fuego de manera indiscriminada contra una familia que se encontraba en el lugar.(En contexto: Disparan contra familia en centro vacacional de Mesitas del Colegio: reportan tres muertos)De acuerdo con los primeros reportes de las autoridades, los atacantes serían al menos cuatro sujetos que se movilizaban en dos motocicletas y que, tras irrumpir en la propiedad, habrían exigido a los moradores la entrega de una suma de dinero. Al recibir una respuesta negativa, dispararon contra las víctimas.El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey Ángel, confirmó los hechos a través de un comunicado oficial y reveló detalles preliminares del ataque.“A las 2:30 de esta tarde, aproximadamente, se solicita presencia de la Policía en la finca Villa Claudia, vereda San Ramón, zona rural del municipio de El Colegio, encontrando a tres personas muertas por armas de fuego (2 mujeres y 1 hombre). Estos se encontraban al interior de la finca, siendo atacados con arma tipo pistola calibre 9mm, según información preliminar”, informó el mandatario. El gobernador también precisó el estado de los sobrevivientes, los cuales, según indicó, son "un hombre de 26 años con herida de antebrazo izquierdo, hombre de 68 años con herida en el cuello y hombro y una mujer de 49 años con herida abdominal. Dos de estos heridos han sido remitidos al hospital de La Mesa”. Asimismo, señaló que los atacantes serían presuntamente extranjeros y que las investigaciones avanzan con personal especializado de la Policía Nacional.“Los testimonios recolectados en el sitio de los hechos hablan de 4 delincuentes en 2 motocicletas, al parecer extranjeros, preguntando por un dinero guardado en el domicilio; al obtener respuesta negativa de los moradores, proceden indiscriminadamente a disparar. He pedido que directamente el comandante de la Policía de Cundinamarca atienda el caso, con la presencia del personal de la SIJIN, SIPOL y GAULA, que ya se encuentra en la inspección del sitio. Se ha activado plan candado, hemos pedido proteger a las personas heridas y desplegar toda nuestra capacidad de investigación criminal”, agregó Rey.Primeras hipótesis de masacre de familia: no fueron turistasLos primeros reportes de la masacre generaron confusión, pues en un comienzo se habló de que las víctimas podrían ser turistas que pasaban unos días de descanso en la zona. Sin embargo, las autoridades locales descartaron rápidamente esa versión. El alcalde de El Colegio, Diego López, fue enfático en señalar que se trató de un ataque dirigido, no contra visitantes, sino contra una familia del lugar.“En esta situación lo primero que debemos aclarar es que no fue un ataque contra turistas. Es un tema de un hecho aislado que al parecer viene derivado desde la capital. Recordemos que Mesitas es muy cercano a la capital, a una hora. Es un hecho aislado que es materia de investigación”, sostuvo López. La hipótesis principal que manejan las autoridades es que el ataque vendría desde Bogotá y que los atacantes llegaron en busca de dinero. Noticias Caracol conoció por fuentes de inteligencia que los señalados iban, específicamente, por una supuesta caja fuerte que había en la propiedad. Al no encontrar lo que buscaban, dispararon sin contemplación contra las personas que se encontraban en la finca.El mandatario local añadió que todas las autoridades departamentales y nacionales ya se encontraban atendiendo la emergencia y que el caso está bajo investigación para establecer los móviles exactos, los cuales no se han determinado.“Gracias al gobernador Del Rey ya se ha movilizado J1, la Policía Nacional, la Fiscalía, todas las autoridades. Nuestro secretario de Gobierno en el lugar de los hechos, haciendo la tarea de averiguar qué está sucediendo y poder dar una información más certera, conocer los móviles reales de este hecho lamentable, que realmente nos acongoja porque pensamos que no volveríamos a una situación como esta hace mucho tiempo y lamentamos estas pérdidas por las familias y oramos a Dios para que sigamos orando por la paz de Colombia”, manifestó el alcalde.Este medio logró conocer que los tres heridos permanecen en estado crítico, según los últimos reportes médicos. Por su parte, el coronel Mauricio Herrera, comandante del Departamento de Policía Cundinamarca, entregó una versión oficial sobre lo sucedido y confirmó que la institución dispuso de todo su aparato investigativo y operativo para dar con los responsables.“El Departamento de Policía de Cundinamarca se permite informar a la opinión pública que en la tarde de este martes 19 de agosto al interior de una finca utilizada para fines turísticos, ubicada en zona rural del municipio de El Colegio, se presentó un ataque con armas de fuego que dejó como saldo tres personas fallecidas y tres más heridas, integrantes de una misma familia en hechos que son materia de investigación”, señaló el oficial. El coronel Herrera explicó que las víctimas mortales fueron dos mujeres y un hombre, y que los heridos fueron trasladados de inmediato a centros médicos de la región.“La institución dispuso de todas las capacidades investigativas, personal que ya se encuentra en el lugar, componente de Policía Judicial, de Inteligencia, de Gaula, Grupo de Operaciones Especiales en coordinación con fuerzas militares, los cuales en este momento adelantan todas las investigaciones correspondientes con el fin de esclarecer los móviles del crimen y dar con el paradero de los responsables”, aseguró.LAURA NATHALIA QUINTERONOTICIAS CARACOL DIGITAL.
Dayro Moreno no se cansa de hacer historia. Este martes 19 de agosto, se echó el equipo al hombro y, con dos goles e inventándose una jugada de 'crack' en la otra anotación, lideró al Once Caldas a la clasificación de los cuartos de final de la Copa Sudamericana. Y es que el 'blanco blanco' se impuso por 1-3 sobre Huracán, en territorio argentino, y ganó la serie por 1-4.El desarrollo del encuentro no fue el mejor, ya que cayó un torrencial aguacero. Sin embargo, el equipo de Manizales se las ingenió para hacer un buen planteamiento. Ahora, las cosas no empezaron como querían. Matko Miljevic se hizo cargo de un penalti y, con mucha personalidad y frialdad, marcó el 1-0 parcial para el local, luego de vencer al arquero, James Aguirre.Pero el conjunto colombiano no bajó los brazos y, por el contrario, fue en busca de la igualdad y, rápidamente, encontró el 1-1. El encargado de inflar las redes fue Dayro Moreno, quien sorprendió a la defensa rival, atacó por la espalda y conectó de cabeza, tras una buena asistencia de Michael Barrios. Alegría y locura en las toldas de Once Caldas, que iba por todo.Como si fuera poco, Huracán quedó con diez jugadores. Juan Bisanz le pegó un codazo a Juan David Cuesta y vio la tarjeta roja, luego de que el árbitro, Paulo Cesar Zanovelli, recibiera el llamado del VAR, revisara la acción y se percatara de la agresión. Con ese panorama, la vida le sonrió al 'blanco blanco', pues encontró espacios y logró aumentar la diferencia.Cuando transcurría el minuto 65, Luis Sánchez desbordó por la banda izquierda, entró al área, levantó la cabeza y envió un centro a ras de piso. En ese momento, Dayro Moreno abrió las piernas y dejó pasar el esférico para que llegara a los pies de Michael Barrios. Mano a mano con el arquero, Hernán Galíndez, definió a la perfección y llegó la anotación de la tranquilidad.INFORMACIÓN EN DESARROLLO...
Un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento en centro carcelario contra Marco Antonio Modesti Cañizalez, un hombre que, haciéndose pasar por guía turístico, habría engañado a varios ciudadanos extranjeros en Bogotá para drogarlos y despojarlos de sus pertenencias.Según la Fiscalía General de la Nación, el acusado contactaba a sus víctimas a través de redes sociales, donde ofrecía recorridos culturales, gastronómicos y de entretenimiento en la capital. Tras ganarse su confianza, los acompañaba hasta los hoteles en los que se hospedaban, donde finalizaban los supuestos planes turísticos.El modus operandi del supuesto guía turísticoLas investigaciones apuntan a que, en ese momento, Modesti Cañizalez convencía a los visitantes de compartir una bebida que contenía sustancias tóxicas, entre ellas medicamentos de uso veterinario. Una vez inconscientes, las víctimas quedaban en estado de indefensión, lo que el procesado aprovechaba para hurtar dinero en efectivo, joyas, equipos electrónicos y, en algunos casos, realizar transferencias bancarias.Las denuncias documentadas hasta ahora corresponden a ciudadanos italianos, tailandeses, norteamericanos, israelíes y alemanes, con pérdidas que superan los 114 millones de pesos.Por estos hechos, un fiscal de la Seccional Bogotá imputó a Modesti Cañizalez el delito de hurto calificado y agravado. Aunque el hombre no aceptó los cargos, deberá permanecer recluido en una cárcel mientras avanza el proceso.Las autoridades recordaron a los residentes y visitantes de la capital la importancia de denunciar cualquier conducta delictiva a través de la Línea 123. La información ciudadana, subrayó la Fiscalía, es clave para judicializar a los responsables y avanzar en la lucha contra la criminalidad.NOTICAS CARACOL
Dayro Moreno volvió a ser la figura de Once Caldas. Este martes 19 de agosto, no solo se reportó en el marcador, anotando el 1-1 parcial contra Huracán, por la vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana, sino que también participó en el 1-2. Y es que, en el estadio Tomás Adolfo Ducó, se inventó una jugada que dejó 'perdidos' a los defensas rivales.Cuando transcurría el minuto 65, Luis Sánchez desbordó por la banda izquierda, entró al área, levantó la cabeza y envió un centro a ras de piso. En ese momento, Dayro Moreno abrió las piernas y dejó pasar el esférico para que llegara a los pies de Michael Barrios. Mano a mano con el arquero, Hernán Galíndez, definió a la perfección y llegó la anotación de la tranquilidad.Gol de Michael Barrios, en Huracán vs. Once Caldas, por Copa Sudamericana
Una camiseta roja para la selección de Brasil en el Mundial de 2026 fue vetada en medio de una ola de críticas en prensa y redes sociales, admitió el martes el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Samir Xaud.La filtración a la prensa en abril de un prototipo rojo del fabricante estadounidense Nike para el segundo uniforme del equipo generó múltiples cuestionamientos, mientras Brasil se prepara para votar en elecciones generales el próximo año.El rojo identifica al partido del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, mientras que los seguidores del exdirigente ultraderechista Jair Bolsonaro suelen vestir en actos públicos la tradicional camiseta verdeamarela de la selección brasileña, ya clasificada a la Copa del Mundo de 2026."Mucha gente llevó todo al lado político. Yo no, lo llevé para el lado de Brasil, al de los colores de la bandera. Azul, amarillo, verde y blanco son los colores de nuestra bandera y son los que tienen que usarse", dijo Xaud al canal brasileño SporTV."Yo estuve totalmente en contra de la cuestión del rojo, pero no por ideología política. Quiero dejar eso bien claro", subrayó el dirigente.Xaud añadió que se reunió de "emergencia" con Nike, proveedor de la indumentaria de Brasil, y pidió que "fuese detenida la producción". "Nike entendió (...) y comenzaron en seguida la producción de nuestro segundo uniforme, una camisa azul".La producción de la camiseta roja, que iba a ser la equipación alternativa a la verdeamarela de los pentacampeones mundiales y que, además, sustituía el logo de Nike por el logo de la línea Air Jordan, se inició en la gestión del destituido Ednaldo Rodrigues al mando de la CBF.Xaud, de 41 años, asumió la presidencia de la organización en mayo.Cuando se filtró el diseño rojo, el reconocido periodista Paulo Vinicius Coelho publicó en el portal UOL una columna en la que calificaba como una "falta de sensibilidad" la decisión de usar ese color, aunque entendía que buscaba "despolitizar el amarillo, secuestrado por un grupo político en los últimos años"."Crear una camiseta roja, como la de los Chicago Bulls (de la NBA), con la marca de Michael Jordan, es una absoluta falta de sensibilidad. Mucho más porque el partido que vistió de amarillo la política podría confundirlo con el color de otro partido político", escribió.Los brasileños han perdido interés en su equipo nacional en los últimos años. Algunos expertos señalan entre las causas del desencanto a la politización de la casaca verdeamarela.