Estuvieron más de tres semanas en poder de los extremistas. Oportunidad de ser libres les llegó cuando el yihadista que los custodiaba fue vencido por el sueño.
Atacante solitario se atrincheró en un hotel y desde allí disparó a una multitud, luego se suicidó. Aunque Estado Islámico se adjudicó el hecho, FBI negó esa versión.