El poeta y escritor colombiano, Gonzalo Mallarino Flórez, fue uno de los invitados más jóvenes a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de Literatura a Gabriel García Márquez. Los pormenores de esa mágica celebración, que algunos pensaron que iba a ser "un oso monumental", los presenta en detalle en su libro "El día que Gabo ganó el Nobel".Los jueves, para bien o para mal, marcaron la vida de Gabo. Un jueves lo llamaron para decirle que se había ganado el Nobel; un Jueves Santo murió Úrsula Iguarán, la matrona de Macondo en "Cien años de soledad", y un Jueves Santo, el más grande escritor colombiano de todos los tiempos, murió en México.Pero de todos los jueves de su vida, el que hoy celebramos es el de la llamada que le hizo Pierre Shori, el entonces ministro de asuntos exteriores de Suecia, en la que le anunciaba el premio mayor de las letras mundiales. Ocurrió hace cuarenta años, el 21 de octubre de 1982.En una de las primeras entrevistas que concedió ese día, le dijo al cronista Germán Santamaría que a cambio de smoking usaría liquiliqui y a cambio de protocolos fríos quería música y cumbia. El presidente Belisario Betancur, que tanto quería a Gabo, dejó la fiesta en manos de tres mujeres: Aura Lucía Mera, la directora de Colcultura; la antropóloga Gloria Triana, directora de festivales y folclor de esa entidad, y "la cacica" Consuelo Araújo, creadora del Festival de la Leyenda Vallenata. Entre las tres decidieron que además de cumbia, llevarían joropos y currulaos.Las tres mujeres se encargaron de llevar a Estocolmo los colores y los sonidos de Colombia. En un avión de Avianca, con 150 pasajeros a bordo, lleno de músicos y de amigos de Gabo, llegaron primero al aeropuerto de Barajas, en España, donde abrazaron a Gabo, y siguieron su camino a Estocolmo.A pesar de que muchos decían que íbamos a hacer un "oso monumental" en la celebración de un ritual frío y ceremonioso, el principal periódico de Suecia tituló al día siguiente del festejo: "Los colombianos nos enseñaron a celebrar el Nobel".Esa es la historia que nos cuenta Gonzalo Mallarino Flórez en su libro, que trae detalles poco conocidos del antes y el después de la fiesta que consagró a Gabo, de una vez y para siempre, en la mas alta cumbre de la literatura universal.Otras noticias: vea lo último sobre Maximiliano Tabares, el niño desaparecido en Antioquia
Hoy, hace cuarenta años, Gabriel García Márquez supo que se había ganado el Premio Nobel de Literatura. Desde ese momento y hasta el 10 diciembre de 1982, cuando Estocolmo vibró con música y danzas colombianas, pasaron muchas cosas. Varios protagonistas de esa noticia y de la fiesta en Suecia reconstruyeron esos días felices del primer Premio Nobel para el país.Primeras imágenes de Macondo, que cobrará vida en la serie de ‘Cien años de soledad’Los jueves, para bien o para mal, marcaron la vida de Gabriel García Márquez: un jueves lo llamaron para decirle que se había ganado el nobel; un jueves santo murió Úrsula Iguarán, la matrona de Macondo en ‘Cien años de soledad’, y un jueves santo Gabo murió en México.El 21 de octubre de 1982, un jueves, hoy hace exactamente cuarenta años, el entonces ministro de Asuntos Exteriores de Suecia llamó a Gabo en la madrugada para anunciarle que se había ganado el premio mayor de las letras mundiales.Juan Gossaín fue el primero en contarles a los colombianos la noticia. Así lo recordó hace algunos años: “Ese día era el segundo jueves de octubre y yo madrugué…me fui al teletipo. Cuando comienza a timbrar ‘noticia extraordinaria’ y me asomo…y arranco la hoja. Yo pesaba 105 kilos y vivía en Bogotá. Subí siete pisos corriendo. Llegué a la cabina y estábamos en la cabalgata deportiva Gillette…¡quítese!…¡atención, extra! Gabriel Garcia Márquez acaba de ganar el premio Nobel de Literatura…y caí desmayado”, contó.Ese mismo día, el cronista Germán Santamaria, una de las grandes plumas del periodismo colombiano, fue enviado a México en busca de una entrevista para el diario El Tiempo, donde trabajaba. “Llegué a su casa a la una de la tarde del día del premio nobel y lo entreviste en su casa del Pedregal de San Ángel”, dice Santamaría.Inauguran moderna biblioteca en Barcelona con el nombre de Gabriel García MárquezEn ese diálogo, escrito con el aliento del cronista, German Santamaria reveló que Gabo quería romper con los protocolos de la fiesta del nobel. “En esa entrevista me dijo que no quería esmoquin; dijo que quería ir de liquiliqui y yo no sabía que era eso, que era un traje de los Llanos orientales y de Venezuela. Dijo, además, que quería cumbia y música”.Las palabras de Gabo llegaron a Gloria Triana, quien para esa época era la directora de la Oficina de festivales y folclor de Colcultura. “Gabo decía que no quería estar solo y que quería celebrar con cumbias y vallenatos. Y dijimos y por qué no también joropos y currulaos”, revela.Ella, una mujer que ha dedicado toda su vida a la cultura, y dos mujeres más hicieron posible la expedición a Estocolmo que emprendieron cerca de 150 personas. Así lo recuerda Gonzalo Mallarino, uno de los más jóvenes viajeros: apenas tenía 22 años.“El presidente Batancur se llena de emoción y quería mucho a Gabo y entonces empieza a pensar qué hacer y ahí entran en un papel muy importante Gloria Triana, Aura Lucía Mera, que era entonces la directora de Colcultura, y la cacica Consuelo Araujo Noguera. Ellas le dicen al presidente que esto no puede ser una cosa de bogotanos y una comida en la embajada. Esto tiene que ir el país entero”, cuenta Mallarino.El papá de Shakira fue hospitalizado en Barcelona, reportan mediosEscoger los grupos que participarían de la fiesta no fue un trabajo difícil para Gloria Triana. "Yo no hice el viaje un viaje para seleccionar a la gente para el premio, yo ya conocía dónde estaban los mejores”, señala Triana.Las tres mujeres se enfrentaron a los críticos, que veían la fiesta que estaban planeando en un lugar donde todo era etiqueta y protocolo como un "un oso monumental".“Mucha gente de la política y la diplomacia decían vamos a hacer un gran oso, qué van a hacer allá esos negros y negras de esas compañías de baile., no eso no (... Y ellas tres se mantuvieron”, rememora el escritor Mallarino.“A la gente le parecía excéntrico por la formalidad bogotana y la costa desabrochada y todo, y eso hubo mucha polémica”, recuerda Santamaría.Divertido video de influencer sobre fútbol colombiano y Gabriel García Márquez: “¿Dónde jugó ese?"Hasta el embajador de Suecia en esa época se negaba a aceptar esa manera de celebrar el nobel. “El mismo día en que nuestro embajador dijo que no estaba de acuerdo, que no se usaba, el director de la Fundación Nobel aceptaba la participación de los grupos”, explica Gloria Triana.Fue por esa terquedad, respaldada por el entonces presidente Belisario Betancur, que la fiesta del nobel fue lo que fue.“Ellas consiguieron los músicos, los permisos, los mitones, los gorros, los pasaportes, la vaina, todo. Organizaron un viaje de 150 personas que hizo decir a los suecos ‘los colombianos nos enseñaron a celebrar el nobel”, explica Gonzalo Mallarino.Por todas estas razones, Gloria no olvida a la reina de Suecia haciendo palmas.Se despide de los escenarios una grande del folclor colombiano: Totó, la Momposina"La reina tan pronto empezó a cantar Totó, la Momposina, empezó a hacer palmas y las 1.700 personas que estaban invitadas también al son de los tambores de la cumbia. Y Totó cantó una cumbia que decía: ‘Viejo pueblo Aracataca, pedacito de Colombia, tierra donde nací. Entre rumores de cumbia a quererte yo aprendí’. Y al final dice: ‘Vive tu vida, vive tu vida, vive cien años de soledad’. Y eso fue una emoción, yo creo que había mucha gente que entendía español, fue emocionante”, relata Triana.
Netflix reveló las primeras imágenes de Macondo, de la serie de ‘Cien años de Soledad’, que se graba luego de que la compañía lograra un acuerdo con la familia de Gabriel García Márquez para producirla.La ‘Monotonía’ de Shakira y sus impresionantes cifras😲El tráiler se publicó el mismo día que el escritor colombiano recibió una llamada telefónica desde París en la que le anunciaron que era el ganador del Nobel de Literatura, hace ya 40 años.“Uno no cuenta una historia cuando debe, sino cuando puede”, es la frase con la que inicia la pieza de Netflix.Los dos directores de la primera temporada son Alex García López, quien ha dirigido series como ‘The Witcher’ y ‘Utopía’, ganadora en 2014 de un Emmy como mejor serie de drama; y Laura Mora, de ‘Los reyes del mundo’, película que ha sido seleccionada para representar a Colombia en los premios Óscar 2023.La historia de ‘Cien años de soledad’ será contada por los hijos de Gabo, Rodrigo y Gonzalo García.Sigue la preocupación por Amaia Montero: productor dice que no conoce su paradero
Se conocieron las primeras imágenes de la serie ‘Noticia de un secuestro ‘, basada en el aclamado libro del nobel colombiano Gabriel García Márquez, una superproducción con un elenco de primer nivel encabezado por Cristina Umaña y Juan Pablo Raba.Lea, además: ‘Ella dice’: lanzan tráiler de la película sobre la investigación a Harvey WeinsteinTrata de uno de los episodios más dolorosos de Colombia, enmarcados en la lucha frontal del Gobierno con los carteles de la droga en la década de los 90.El nobel de literatura Gabriel García Márquez, en su tono más periodístico, relató con detalle el secuestro de Diana Turbay, Maruja Pachón, Marina Montoya y Beatriz Villamizar.Ahora, bajo la mirada del director chileno Andrés Bood y con la supervisión del hijo de Gabo, Rodrigo García Barcha, ‘Noticia de un secuestro’ llegará en formato de serie que podrá ser vista en más de 240 países, el próximo 12 de agosto.Puede ser de su interés: ¿Papás de Piqué estarían intercediendo para que su hijo vuelva con Shakira?Serán seis episodios de trepidante tensión respaldados con un elenco de primer nivel que incluye a Cristina Umaña, Juan Pablo Raba, Majida Isa, Julieth Restrepo y Constanza Duque.Otras noticias del mundo del entretenimiento: El regalo de Lina Tejeiro a su novio, Juan Duque: “El mundo necesita más soñadores como tú”La Voz Kids, número uno en rating: estos son los primeros niños escogidos por los entrenadoresSer Batman, el sueño que tiene Keanu Reeves como actor
Gabriel García Márquez casi nunca escribía cartas. Así lo afirman su nieta Emilia García Elizondo y su hijo Gonzalo García Barcha. Pero sí fue receptor de mucha correspondencia de personalidades como Pablo Neruda, Bill Clinton, Woody Allen y Fidel Castro, y por primera vez el público podrá leerla.“Se amaban como hermanos”: las cartas de Gabo y Guillermo CanoTras un hallazgo inesperado de más de 100 cartas inéditas, la familia decidió abrir las puertas de la casa del autor en Ciudad de México para exponerlas en ‘Gabo a 40 años del Nobel: El escritor sí tiene quien le escriba’."Gabo casi no escribía cartas, a él le gustaba tener conversaciones en persona (...) vivía hablando por teléfono. Yo creo que la mayoría de estas cartas probablemente fueron respondidas en conversaciones por teléfono o en persona. Hay muy pocas cartas de Gabo", contó García Elizondo, también directora de la Casa de la Literatura Gabriel García Márquez (CLGGM), donde se llevará a cabo la exhibición hasta mediados de agosto.Por esa misma razón, su hijo Gonzalo confiesa tener "cero cartas" de sus padres. Y cree que, de haberle tocado vivir en los tiempos de los teléfonos móviles, García Márquez "hubiera sido un usuario despiadado del celular".¿Dónde queda Macondo?Se abre un tesoroGonzalo y Emilia se encontraban en un estudio de la casa, ubicada en la calle Fuego 144 de Ciudad de México, buscando una foto para la conmemoración del 40 aniversario del premio Nobel que terminó por consagrar mundialmente a García Márquez como uno de los escritores más importantes de Latinoamérica y el mundo en 1982.Pero, en vez de hallar fotografías, se encontraron un aproximado de 150 cartas en una misteriosa caja con la leyenda ‘Nietos’."Nunca la había visto antes, supuse que eran fotos, pero eran cartas. Cartas que son parte de un archivo mucho más grande que ya se fue al Ransom Center, en Austin, pero que supongo que Mercedes (Barcha, esposa del escritor) tenía guardadas para entregarlas después. Ninguno de nosotros sabía que estaban ahí", relata García Elizondo.El hijo mayor de Gabo recordó cómo fue hacer el libro sobre los últimos días de sus padresGonzalo explica que entre las cartas también había algunas de los propios nietos de Gabo, como el escritor Mateo García Elizondo, y sus sobrinas, pero al ser tan personales no forman parte de la exhibición, en la que solo se seleccionaron un aproximado de 35 a 40 escritos.Políticos, activistas, escritores, cineastas y actoresLas palabras que Robert Redford, Woody Allen, Fidel Castro, el subcomandante Marcos, Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, Carlos Fuentes, Augusto Monterroso, Bill Clinton y más personalidades le dedicaron a Gabo y a su esposa Mercedes Barcha en un papel estarán exhibidas a partir de ahora en la CLGGM antes de formar parte del acervo del Harry Ransom Center de la capital de Texas."A mí la que más me gusta es la de Pablo Neruda porque me encanta la poesía, es una carta de 1972, eso quiere decir que mis padres eran jóvenes y Neruda no tanto, debió emocionarlos mucho", comenta Gonzalo sobre la carta del poeta chileno en la que invita a Mercedes y a Gabo a un evento en el que aparentemente también estaban invitados Mario Vargas Llosa y Julio Cortázar.Al ser actriz, Emilia confiesa que las más impresionantes para ella fueron las que encontró de los actores y directores de cine.Pero fue mayor sorpresa conocer de cerca la amistad de su abuelo con personajes como el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton o el mandatario cubano Fidel Castro."Me gustan mucho las cartas con Fidel, hay cierta ternura de la amistad que tenían, y las de Bill Clinton son bastante padres (buenas)", confiesa la nieta, quien no deja de asombrarse con la vida de sus abuelos por la discreción que siempre manejaron."Todo (lo exhibido es) vintage (antiguo), muy siglo XX, la Guerra Fría, Cuba, Clinton. Supongo que se trataba un poco de mantener las cosas muy en secreto, (Gabo y Mercedes) eran muy discretos", añade Gonzalo."En realidad, no sé si les hubiera gustado a ellos que se mostrara esto, pero el domingo los van a balconear (exponer) aún más", reconoce, pues el Museo de Arte Moderno de Ciudad de México expondrá también secretos del escritor de ‘Cien años de soledad’ (1967) en ‘Gabriel García Márquez: The Making of a Global Writer’.Aunque cuenta la leyenda que las cartas de amor que García Márquez le escribió a su esposa Mercedes en su juventud fueron quemadas, Emilia promete seguirlas buscando.
Busqué a Macondo por fuera de las páginas de 'Cien años de soledad'. Aunque Gabriel García Márquez dijo que es un lugar de la imaginación, José Arcadio Buendía, su fundador, dio una serie de pistas para rastrearlo en el atlas de la realidad.Le puede interesar: Casas en ruinas de la literatura colombianaEl patriarca de la novela sabía que al oriente estaba la sierra, porque por allí habían llegado; que al otro lado de la sierra estaba Riohacha; que al sur estaban los pantanos y la ciénaga grande, y presumía que al norte estaba la civilización hasta que descubrió que Macondo estaba rodeada de agua por todas partes.El nombre del pueblo, revela Gabo en 'Vivir para contarla', le sonaba desde niño porque lo había visto escrito en la puerta de entrada de una finca. Pero fue de grande, cuando acompañó a su madre Luisa Santiaga a vender la casa de Aracataca, cuando supo que ese sería el nombre del pueblo de su historia.Buscando la finca encontré una vereda llamada Macondo, en el municipio Zona Bananera, a cuarenta minutos de Aracataca, muy cerca de las enormes casas de la United Fruit Company, que aún se mantienen en pie. ¿Pero es el mismo Macondo de 'Cien años de soledad', o es solamente un nombre prestado para convertirlo en el pueblo de la historia?Lea también: El hijo mayor de Gabo recordó cómo fue hacer el libro sobre los últimos días de sus padresFabián Sierra es un habitante de Macondo que guarda entre sus papeles el mapa original del pueblo (ver foto principal del artículo), y lo describe como si fuera el mismo José Arcadio hablando del Macondo de la ficción.El río Sevilla, que colinda con la vereda, es sorprendentemente parecido al río que describe Gabo en la novela, con sus “piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos."El pueblo que aparece en el mapa de la geografía tiene cincuenta y cinco casas construidas por la compañía bananera como vivienda de los trabajadores. La única casa que hace falta en ese lugar es la de los Buendía, porque fue trasladada imaginariamente desde Aracataca.Era el hogar de los abuelos maternos de Gabo, con quienes vivió hasta los ocho años, y del que tomó los planos para levantar la casa imaginaria de los Buendía. El taller de orfebrería, el corredor de las begonias, el patio con el árbol enorme, el rincón de los trastos y el cuarto de los guajiros son calcados en la novela de los espacios de la morada de la realidad.Eso explica las múltiples voces que dicen que Macondo es Aracataca, aunque hay muchos que disienten de esa teoría. El historiador Guillermo Henríquez sostuvo hasta el último día de su vida que Macondo es Ciénaga, porque las huellas vitales de la novela son parte de su historia. Los escenarios centrales de la Guerra de los Mil Días y de la masacre de las bananeras tienen como escenario ese municipio del Magdalena.Para el historiador, hasta la presencia de la primera fábrica de hielo en Ciénaga da cuenta de cómo ese municipio alimentó la creación de Macondo, hasta el punto de que dio al autor la inspiración para el párrafo inicial de la novela.Macondo está más lejos todavía para otro historiador colombiano. El profesor Isidro Álvarez cree que el municipio de Sucre, donde vivieron los García Márquez durante la adolescencia de Gabo, es lo más parecido al pueblo de la novela porque está rodeado de agua por todas partes.Recogiendo los pasos de nuestro viaje por las páginas de 'Cien años de soledad' y por los territorios de la realidad, Macondo, la vereda que coincide geográficamente con las pistas que arroja José Arcadio, parece ser entonces el punto de llegada de varios trasteos.Hasta allí llegaron los sitios emblemáticos de la historia en Ciénaga, la casa del coronel Nicolás Ricardo Márquez en Aracataca, las aguas de La Mojana en el municipio de Sucre, el Caribe entero y un país en busca de una segunda oportunidad sobre la tierra.
En una crónica titulada ‘Una hija, el secreto mejor guardado de Gabriel García Márquez’, el periodista y escritor Gustavo Tatis Guerra contó en el diario El Universal de Cartagena la historia del amor del nobel con la reportera y escritora mexicana Susana Cato, de la que nació Indira.Puede leer: El hijo mayor de Gabo recordó cómo fue hacer el libro sobre los últimos días de sus padresEl secreto lo supo Dasso Saldívar, el hombre que escribió la primera biografía de García Márquez, y quién conoció la primera foto de la niña acompañada de su padre.“La sonrisa de felicidad que tiene Gabo con su niña en las piernas ¡No la olvidaré jamás mientras viva!, me dice Dasso Saldívar”, indica Tatis Guerra en su crónica.La idea de divulgar la noticia, sin toques de escándalo, fue entregada por el propio Saldívar y por Gerald Martin, el otro biógrafo de Gabo, a Tatis Guerra, quien cuenta lo que siguió para él:“La noticia la confirmé con algunos familiares de García Márquez, con el mismo Dasso Saldívar y con Guillermo Angulo, quienes han mantenido el secreto durante años. Y muchos de ellos, por respeto a Mercedes Barcha y lealtad a Gabo, no se atrevían a mencionar el secreto, y mucho menos sus propios hijos”, dice el cronista.Vea, además: El tesoro mejor guardado de José Luis Perales: su amistad con Gabriel García MárquezIndira Cato es una joven productora de cine, que estudió Literatura Dramática y Teatro en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su rostro, que ya le da la vuelta al mundo, hace parte de la crónica de El Universal de Cartagena, curiosamente, uno de los periódicos en los que trabajó Gabo en sus inicios como periodista.Otras noticias del día: Yhonier Leal no acepta cargos: dice que no mató a su mamá ni a su hermanoLa carta que el papa Francisco le escribió a un corresponsal de Noticias CaracolMadre e hija salieron milagrosamente ilesas tras enfrentarse a ladrón que les disparó
En las ruinas habita silenciosa la belleza. Una pared solitaria, un esqueleto de cemento en cuyo interior bailaron y sufrieron los integrantes de una familia, una puerta sin aldabas que se sostiene en pie, el hueco de una ventana en la que el viento mueve la última hilacha de las cortinas o una casa transformada en guardería de murciélagos, son al mismo tiempo memoria y olvido.La casa de los Buendía en Macondo, el pueblo que creó Gabriel García Márquez en Cien años de soledad, quedó abandonada a su suerte por el amor incestuoso de Amaranta Úrsula con el último de los Aurelianos. Los amantes, que solo tenían tiempo para la pasión, se refugiaron en la alcoba y dejaron la casa a expensas de la “voracidad de la naturaleza”.No muy lejos de Macondo, en otro pueblo imaginario llamado Cedrón, la casa de Celia era un muerto viviente. Héctor Rojas Herazo es el artífice de Respirando el verano.La abuela Celia se negaba a derribarla. Sentía que eso era como morirse antes de tiempo porque ella y su casa eran indivisibles. Las ruinas de la vivienda equivalían a las ruinas de su cuerpo envejecido.Otra propiedad, abrasada por el calor del sol y ubicada quizá en tierras del Tolima, también cayó en desgracia. Era la casa de don Graciliano que Álvaro Mutis bautizó como La mansión de Araucaíma. El enorme caserón quedó sometida al polvo y a la muerte, cuando el último de sus ocupantes cerró las puertas para escapar de las tragedias que se tomaron ese reino de la lujuria en que se convirtieron sus cuatro paredes. El fraile fue el último en salir.Al igual que los seres que rondan el relato gótico de tierra caliente, como lo ubicó espacialmente su autor, la mansión quedó al vaivén de los avatares de la desesperanza. El lector no es testigo de la degradación de la enorme casa, pero no cabe duda de que la tierra caliente con sus bichos milenarios y sus plantas trepadoras lo sepultará todo.En esas casas de la imaginación, abandonadas a su suerte, se quedaron a vivir por siempre y para siempre los fantasmas de la ficción.En las casas de la realidad, las cosas no son distintas. Si aún están en pie, sus ruinas son la memoria de lo que fuimos porque guardan el pasado de los ancestros, la nostalgia de la fiesta y el dolor de los sepulcros.Las ruinas de una casa son la memoria viva de un mundo olvidado que se niega a desaparecer. En esa contradicción de memoria y olvido habita su belleza.
Detrás de toda ficción flota la realidad. Hasta Julio Verne, en sus sueños futuristas, quedó atrapado en las costumbres y hábitos de su tiempo a la hora de escribir las novelas.Más allá de esa magia de la literatura que muestra almas y épocas, muchas obras maestras tienen detrás fuentes de información tomadas del periodismo o de la historia.Le puede interesar: La correspondencia íntima de Abelardo y EloísaEl escritor argentino Tomás Eloy Martínez, fallecido hace diez años, nos dejó una suma de ejemplos en Ficciones verdaderas, entre los que se encuentran clásicos de la literatura como Madame Bovary de Gustave Flaubert, Macbeth de William Shakespeare o Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez.Bodas de Sangre de Federico García Lorca, una obra de teatro publicada en 1933, es uno de los casos literarios con fuente más nítida en los registros de la prensa. Tres periódicos, nos cuenta Tomás Eloy, se disputan ser la fuente original de la que García Lorca tomó la historia: el diario ABC, El Heraldo de Madrid y El Defensor del Pueblo de Granada.La noticia narraba la manera como una joven, en plena ceremonia de matrimonio, decide escapar con un primo, su verdadero amor, sembrando la semilla de una tragedia. El Defensor del Pueblo presentó así la noticia, titulada “Trágico final de una boda”, en julio de 1928.En la ficción de García Lorca aparecen algunos elementos que se distancian de la historia real, y que son detectados por el ojo agudo de Tomás Eloy Martínez. En la crónica, la novia y el primo huyen antes de consumarse la boda. En la versión teatral, la fuga se registra después de la bendición matrimonial. En el reporte periodístico, solo muere el primo. En el clásico mueren los dos en duelo, el novio y el primo raptor. Así lo revela un personaje llamado Mendiga.Cuenta Tomás Eloy Martínez, haciendo seguimiento a la historia en los diarios, que el autor del crimen fue José Pérez Pino, hermano del novio “quien se encontró cara a cara con los amantes fugitivos y mató a Curro de un disparo en el pecho.”La historia de amor que termina en muerte, tanto en el escenario de la realidad como en el de la ficción, muestra cómo la magia de un poeta transforma una tragedia campesina en uno de los dramas pasionales más fascinantes de la literatura universal.
Una piscina de arroz con leche y una particular tortilla mexicana le devolvieron a Isabel Allende las ganas de escribir y comer. Tanto la piscina como la torta le llegaron en forma de sueños cuando cruzaba la penumbra del dolor por la muerte de su hija Paula.El 6 de diciembre de 1992, después de un año en estado de coma, Isabel se despidió de su hija y quedó sumida en la pesadumbre de la que saldría la escritura de Paula, ese libro de memorias que le ayudó a paliar el sufrimiento.Gracias a los sueños de su paladar, pudo abandonar el luto luego de tres años adicionales de postración. Isabel Allende relata cómo fue el punto de partida de Afrodita, el proyecto literario que la rescató del silencio y que le permitió exorcizar sus dolores.¿Y qué tiene que ver el actor Antonio Banderas con todo esto? Aunque suene increíble, su participación fue vital en la obra porque se apareció en sueños, tal y como todos llegamos al mundo, devolviéndole los deseos como si fueran curas para el alma.Así nació Afrodita, una suma de cuentos, recetas y otros afrodisíacos, con los que desenterró la cocina de leña y carbón de La casa de los espíritus, y le permitió salir de viaje por los sentidos para recuperar creencias populares sobre la comida y escudriñar en las bibliotecas las páginas de la literatura y la gastronomía.Hasta la historia de los “dos glotones epopéyicos” de Gabo en Cien años de soledad hizo parte de su anecdotario. Aureliano Segundo y una profesora a la que llamaban La Elefanta se enfrentaron a una prueba de resistencia que duró tres días y en la que competían por quién comía más frente a una mesa repleta de carnes, huevos, bananos y jarradas de café.El recetario de Isabel Allende tiene conchas en salsa, higos del viudo, caldo de quitapenas para divorciados, y platos principales en los que no faltan las anguilas de mar, las corvinas, el róbalo o la merluza, con sus sabores afrodisíacos.Para después de la cena, Isabel y su mamá Panchita, compañera a la hora de escribir el libro, recomiendan varios postres para coronar la intimidad: mangos flambeados con ron, seno de novicia, espuma de Venus o arroz con leche.Este último postre se le apareció en sueños a Isabel, como si fuera una piscina en la que se zambulló de sus dolores para volver a bailar con la vida. Afrodita, con los sabores y olores de la cocina y la alcoba, fue publicada en 1997, después de tres años que fueron "tres siglos con la sensación de que le mundo había perdido los colores".
“Cuál sería el caption para este post tan chimba”, pregunta la cantante Karol G a sus seguidores de Instagram y a continuación exhibe 10 fotos.>>> También le puede interesar: Sean Combs ofreció disculpas por la brutal agresión a Cassie Ventura: “Lo siento mucho”En algunas de ellas, la Bichota sale muy ligera de ropa y en otras aparece abrazada junto a su novio, el también paisa Feid.“No creía en el amor, pero por ti vuelvo a creer” y “ustedes son demasiado” son algunos de los mensajes que le envían a Karol G en la red social.Una de las imágenes que más ternura ha despertado entre los internautas es en la que aparece una bebé en su coche. Se trata de la pequeña Sophia, sobrina y ahijada de la cantante.Otra de las fotografías deja ver a dos llamas pequeñas con coloridos collares.Y para completar un espectacular post, hay una foto en la que Karol G se graba delante de un espejo usando un pequeño bikini que en su parte de arriba es de color blanco y verde en la zona inferior.“Qué chimba de vida”, le expresa otra seguidora a la cantante por su publicación.>>>También puede leer: Silvestre Dangond y el cambio de look con el que sorprendió a sus fans: "Todo un caballero
El día que los médicos le dijeron a Enrique Grau que tenía una fuerte enfermedad, el pintor dejó de lado sus pinceles y se sumió en una profunda tristeza. Aunque han pasado 20 años desde su deceso, sus amigos más cercanos todavía recuerdan con dolor de uno de los últimos intelectuales que impulsaron el arte en Colombia.>>> Le recomendamos: Así fue el día en el que Luz Piedad Eusse murió en el Autódromo de TocancipáAntes de morir, Enrique Grau había presentado una galería en el Museo de Bogotá, donde hacía una dura crítica en contra de la violencia del país. Un mes después, comenzaron los malestares, los cuales comenzaron a manifestarse mientras estaba en su casa en Cartagena. Fiebre, inflamación abdominal y falta de apetito, los síntomas que encendieron las alarmas.Se trasladó a Bogotá, donde estaban sus médicos de cabecera, sin embargo, las noticias no fueron alentadoras, pues fue diagnosticado con cáncer en la vesícula. Desde ese momento dejó de pintar.Los galenos intentaron tratar el agresivo cáncer que estaba consumiendo la vitalidad del artista, pero en el camino tuvieron que enfrentar una serie de complicaciones. En cuestión de pocos meses el dolor se volvió insoportable y tuvieron que empezar a aplicarle morfina para apaciguar el inminente suplicio al cual estaba sometido."Nos tocaba estar sentados en una silla ahí, porque a él ya le daba miedo estar solo. Tenía que ver a alguien ahí", recordó Belisario Mancipe Quiroga.El 01 de abril de 2004, a los 83 años de edad, la existencia de Enrique Grau acabó apagándose. Rodolfo Castillo Grau, sobrino del artista, durmió en su casa ese día, por lo cual, cuando falleció el maestro, se acercó a su lecho y le cerró los ojos.Para los cercanos y para la industria artística colombiana, la muerte del pintor significó una pérdida invaluable. Muchos de los cercanos lo sentían, más que como un amigo, sino como un padre."Sentí mucho su muerte y creo ahora que veo este tributo, que es un momento maravilloso para rendirle este tributo", acotaron sus conocidos, quienes aseguran que Enrique Grau merece "todos los monumentos que se le puedan hacer".>>> Puede interesarle: Los pecados del pintor Enrique Grau: ¿por qué acabó siendo excomulgado?
La Policía del Valle del Cauca informó este domingo, 19 de mayo de 2024, que se logró la reaprehensión de alias Chinga Miguel, adolescente señalado por el asesinato del concejal de Tuluá, Eliecid Ávila y quien se había fugado de un centro transitorio junto con otro menor.>>>En contexto: Eliecid Ávila, concejal de Tuluá asesinado, había advertido sobre amenazas de muerte: video“Alias Chinga Miguel estaría vinculado en tres homicidios, entre ellos habría participado en el homicidio del señor Eliecid Ávila, concejal electo del municipio de Tuluá, presentado el pasado 31 de diciembre del año 2023”, manifestó el Coronel Cristancho Zambrano, comandante de la Policía del Valle del Cauca.De acuerdo con las autoridades, este menor había sido aprehendido por el homicidio de Marco Montalvo, periodista también de Tuluá, ocurrido en septiembre de 2021.El coronel Zambrano detalló que alias Chinga Miguel se había fugado del centro transitorio El Redentor en la ciudad de Bogotá el pasado 26 de abril y se encontraba allí tras ser aprehendido el 28 de febrero “en flagrancia por el delito que ya es recurrente, siendo el de porte ilegal de armas de fuego”.La aprehensión de ese entonces, según el comandante de la Policía del Valle del Cauca, se produjo durante una diligencia de allanamiento en “le hallan un arma de fuego tipo revólver”.Ahora, con esta nueva aprehensión tras su fuga, “se le incauta un arma de fuego tipo revólver y 06 cartuchos para el mismo”, según la Policía del Valle del Cauca.>>>Otros hechos: En video quedó ataque de ladrones a caminantes en el parque La Florida, en Bogotá
Enrique Grau tenía una cabeza llena de ideas y energía que lo llevó a explorar diferentes campos e imponer tendencia, muchas veces, sin tenerle miedo a molestar a algunos con su arte. Escenógrafo, pintor, director y hasta vendedor, no tuvo freno alguno para expresar su creatividad.>>> Puede interesarle: La faceta de piloto de Luz Piedad Eusse, la primera mujer en ganar el campeonato TC 2000Ser artista nunca ha sido un oficio especialmente lucrativo, por lo cual en algún momento de su vida, acompañado del maestro Alejandro Obregón, se dedicaron a ser vendedores de telas para poder sobrevivir. Esto cementó una gran amistad entre ambos, aunque los rumores dicen que una mujer los distanció.Su apartamento fue el epicentro de colosales fiestas, donde quincenalmente se experimentaba un ambiente lleno de excesos, hasta el punto donde el lugar fue nombrado como "La colina de la deshonra". "Hacía Grau unas rumbas del otro mundo a esas rumbas. Asistía toda la intelectualidad colombiana", recordó el crítico de arte Eduardo Serrano.Muchos de los que pudieron asistir a los espectaculares festejos, de los cuales Enrique Grau era anfitrión, aseveraron que muchos de estos encuentros terminaron en espontáneas obras, donde tomaba los elementos que tenía a la mano para convertirlos en arte.En su búsqueda por sostenerse económicamente, aceptó ser el encargado de crear la escenografía del programa de televisión más antiguo del país, El minuto de Dios, que nació en 1956 por iniciativa del padre Rafael García. Su cercanía con la curia no evitó que, por un atrevido acto de rebeldía, acabara siendo excomulgado de la Iglesia. David Manzur, amigo del pintor, recordó que este trajo a la vida una del crítico de arte y periodista Jorge Gaitán Durán, haciendo un sketch con imágenes religiosas y un hombre desnudo."Grau era como el padre de esas travesuras. Me puso en pelota a filmar con el corazón de Jesús de fondo. Cuando lo pasaron creo que duró, si mal lo recuerdo, 18 segundos e inmediatamente lo cortaron", rememoró jocoso Manzur, quien aseveró que tras esa escena el cardenal los tildó de sinvergüenzas y ordenó su excomunión.>>> Le recomendamos: Así fue como Heriberto Fiorillo salvó La Cueva, el emblema de los intelectuales de Barranquilla
Un lamentable hecho se registró en la noche del pasado sábado, 18 de mayo de 2024, en el departamento de Norte de Santander. Una joven de 27 años fue víctima de secuestro en el corregimiento Aguas Claras, ubicado en zona rural del municipio de Ocaña.>>>Vea también: Cuatro personas secuestradas por disidencias de las FARC fueron liberadasHasta la finca La Esmeralda llegaron hombres fuertemente armados en un vehículo y, tras intimidar a los presentes, procedieron a llevarse a Yusly Tatiana Arévalo, fotógrafa de profesión.Fuerzas combinadas de Ejército y la Policía desarrollan operativos en la zona con el objetivo de dar con el paradero de la joven y de sus captores.Emiro Cañizares Plata, alcalde de Ocaña, rechazó el secuestro de Yusly Tatiana Arévalo en el corregimiento de Aguas Claras e insistió en que se acabe este delito que angustia tanto a las familias.Para este lunes, 20 de mayo, se convocó una movilización en Aguas Claras para pedir respeto por la vida e integridad de la joven fotógrafa, además de clamar por su pronta liberación.>>>Le puede interesar: Policía tiene identificadas dos motos que habrían participado en crimen de Elmer Fernández