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Un nuevo movimiento telúrico sacudió la tarde de este jueves. El Servicio Geológico Colombiano precisó que el epicentro se registró a las 7:16 p.m. en Los Santos, Santander, con una magnitud de 3.0. Según el reporte, el temblor se sintió de manera leve y alcanzó a percibirse en Girardot, Cundinamarca, con una distancia al hipocentro de 364,6 km.
Además, el Servicio Geológico Colombiano informó que la profundidad del temblor fue de 147 kilómetros. Hasta el momento, no se han reportado daños materiales ni personas afectadas, y las autoridades continúan monitoreando la actividad sísmica en la zona.
#SismosColombiaSGC Evento Sísmico - Boletín Actualizado 1, 2025-12-11, 19:16 hora local Magnitud 3.0, Profundidad 147 km, Los Santos - Santander, Colombia ¿Sintió este sismo? repórtelo https://t.co/pgC7OC2O7j https://t.co/63pt8nVsSe #NoticiaEnDesarrollo #Temblor pic.twitter.com/9oCEK9G03A
— Servicio Geológico Colombiano (@sgcol) December 12, 2025
Tambitén conocida como la Mes de los Santos, en el departamento de Santander, es una de las zonas más activas sísmicamente de Colombia y del mundo. La razón principal se encuentra en su ubicación geológica. "Aquí encontramos lo que denominamos un nido sísmico que libera energía sísmica todos los días. Por eso sentimos temblores con frecuencia en esta región", manifestó Freddy Tovar, sismólogo de la Red Sismológica Nacional.
Allí, fragmentos de placas tectónicas antiguas, parcialmente sumergidas en el manto terrestre, interactúan de manera constante, generando tensiones que se liberan diariamente en forma de pequeños temblores. Esta actividad continua explica por qué los movimientos telúricos son frecuentes, aunque no siempre provocan daños visibles en la superficie.
Los expertos del Servicio Geológico Colombiano (SGC) señalan que, debido a la profundidad a la que ocurren muchos de estos sismos, alrededor o cerca de los 150 kilómetros, la energía se disipa antes de alcanzar los edificios y estructuras, reduciendo el riesgo de afectaciones graves.
Sin embargo, la profundidad también permite que las ondas sísmicas se propaguen a grandes distancias, haciendo que los temblores se perciban en departamentos alejados como Antioquia, Boyacá, Cundinamarca e incluso Bogotá.
Un nido sísmico es una región donde se concentra de manera inusual y casi continua la actividad sísmica. En Colombia, el ejemplo más destacado es el Nido Sísmico de Bucaramanga, ubicado en el departamento de Santander, debajo del municipio de Los Santos. En esta zona, los movimientos telúricos se originan a profundidades intermedias, alrededor de 150 kilómetros bajo la superficie, y se producen de forma frecuente a lo largo del tiempo.
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Comparado con otros nidos sísmicos del mundo, como Vrancea en Rumania o Hindu-Kush en Afganistán, el Nido de Bucaramanga se distingue por su alta actividad constante. La razón de esta actividad se relaciona con fragmentos de placas tectónicas antiguas que se encuentran subducidas en el manto terrestre.
Estas placas interactúan de manera compleja en un área reducida, generando sismos que tienen como epicentro al municipio de Los Santos. Por lo general, estos temblores son de magnitud baja a moderada y, al originarse a gran profundidad, la energía que llega a la superficie disminuye, reduciendo el riesgo de daños, aunque se han registrado casos de sismos superiores a 6.0 que sí han afectado a algunas poblaciones de la región.
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HEIDY ALEJANDRA CARREÑO BELTRAN
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