Cientos de personas acudieron a una vigilia por el asesinato de Sarah Everard a manos de otro uniformado, pero todo se transformó en una jornada violenta.
Se trata del exempleado de un hospital que usaba las instalaciones a las que tenía acceso para abusar de los menores. Sus agresiones podrían ser más de 500.
La policía lo buscaba desde noviembre del año pasado para que cumpliera una condena de 17 años. Su tentación por un videojuego lo llevó de nuevo tras las rejas.
Recibía mensajes y llamadas escalofriantes. Además, en redes creaban cuentas falsas para promover el odio. Sin saberlo, ella acudía a su pareja, pero al fin logró desenmascararlo.