Después de 6 años, la premio Nobel de Paz volvió al país del que se vio forzada a huir tras recibir un tiro en la cabeza por defender la educación femenina. Malala Yousafzai no pudo reprimir las lágrimas en su vuelta a casa. En un discurso reivindicó el papel de las mujeres. "Siempre ha sido mi sueño venir a Pakistán en paz y sin miedo, andar por las calles y reunirme y hablar con la gente", afirmó Malala, secándose las lágrimas con las manos en un discurso televisado en la oficina del primer ministro, Shahid Khaqan Abbasi, con quien mantuvo un encuentro. La joven llegó a Pakistán de madrugada acompañada por su padre y un hermano. Su entrada a Islamabad se dio entre fuertes medidas de seguridad. La agenda de cuatro días que tendrá es mantenida en secreto para evitar amenazas. "Y está ocurriendo. Es el mejor día de mi vida, es un sueño", subrayó la joven de 20 años, que estudia la licenciatura de Filosofía, Política y Económicas en la universidad británica de Oxford. Ataviada con un tradicional shalwar khameez y un pañuelo, la joven habló en urdu, pastún e ingles ante un público formado por parlamentarios, políticos y diplomáticos ante el que reivindicó a la juventud del país y el papel de la mujer. "Las mujeres también pueden ser superhéroes, empresarias... necesitan ejemplos", dijo la activista. Malala indicó que es necesario invertir en la educación de los niños ya que son el futuro del país y que su organización el Fondo Malala ha invertido más de seis millones de dólares en la educación de niñas en Pakistán. "Deseo que os podáis unir en nuestra misión para mejorar Pakistán, especialmente en el empoderamiento de la mujer", exhortó la joven a un entregado público. Tras las palabras de la activista, llegó el turno de Abbasi, quien bromeó que tras el discurso de la Nobel no tenía que decir. "Dejaste el país (...) y ahora eres la paquistaní más famosa", manifestó el político, quien le dijo que Pakistán es su casa y puede venir cuando quiera. La llegada sin anunciar de la famosa activista provocó una avalancha de mensajes de bienvenida en la red social Twitter. "Bienvenida a casa Malala, continúa haciéndonos orgullosos", tuiteó Bilawal Bhuto, presidente del opositor Partido Popular de Pakistán e hijo de la ex primera ministra Benazir Bhuto, asesinada en 2007. Por su parte la escritora Kamila Shamsie calificó en la red la visita como "la cosa más gloriosa" y avisó a los detractores de la activista: "Nunca digas nunca acerca de Malala". Y es los más conservadores en el país atacan a Malala porque consideran que da una mala imagen del país. Su libro "Yo soy Malala", superventas internacional publicado en 2013, ha sido prohibido por algunos colegios y universidades paquistaníes bajo ese pretexto. La joven adquirió notoriedad por ser la escritora de un blog para la BBC utilizando el seudónimo de Gul Makai en el que denunciaba las atrocidades sufridas bajo el régimen del Tehrik-i-Taliban (TTP), que se hizo con el control del valle de Swat, donde vivía la joven. Los talibanes prohibieron que las niñas estudiasen, a las mujeres ir al mercado y asesinaron a numerosos oponentes. El 9 de octubre de 2012, la misma Malala fue víctima de un atentado en Mingora, en el noroeste del país, cuando dos miembros del TTP se aproximaron al vehículo escolar en el que se encontraba Malala y le dispararon con un fusil, alcanzándola en el cráneo y en el cuello. Después de ser trasladada a un hospital de Rawalpindi, cerca de la capital del país, la adolescente fue llevada aún inconsciente al Reino Unido, donde fue tratada de sus heridas y reside con su familia. En 2013, Malala y su padre, Ziauddin, crearon una fundación para concienciar acerca del impacto social y económico que tiene la educación de las niñas. Un año después, se convirtió a sus 17 años en la Premio Nobel de la Paz más joven de la historia, galardón que compartió con Kailash Satyarthi, activista contra el trabajo infantil en la India. Conozca más sobre la valiente activista paquistaní: Adolescente Malala Yousafzai e indio Kailash Satyarthi reciben Nobel...
Tres hermanos del kamikaze se cuentan entre los capturados. El saldo del ataque es de 72 muertos y más de 350 heridos.
Centenares de manifestantes en Pakistán tomaron oficinas de televisión estatal
Al menos 11 personas murieron en ataque suicida en Pakistán
Al menos once personas, nueve de ellos turistas extranjeros, murieron en un ataque talibán lanzado anoche contra su campamento en el monte Nanga Parbat, una de las 14 cumbres con más de 8.000 metros y situada en el extremo norte de Pakistán, informó a Efe una fuente policial. Las víctimas foráneas son montañeros -cinco ucranianos, tres chinos y un ruso- y los otros dos fallecidos son paquistaníes, presumiblemente guías, explicó el superintendente del distrito septentrional paquistaní de Diamer, Abdur Rahim. La fuente precisó que el ataque tuvo lugar en torno a la 01.00 a.m., hora paquistaní, (8:00 p.m. GMT del sábado) en una zona de bastante altitud y orografía complicada. De acuerdo con esta versión, los agresores mataron a los montañeros a disparos. "Un ciudadano chino ha sobrevivido al ataque. Las fuerzas de seguridad se han desplazado al lugar y se ha enviado un helicóptero para trasladar a Islamabad los cadáveres", dijo Rahim. Un portavoz del movimiento que aglutina a los talibanes en Pakistán (TTP), Ehsanulá Ehsán, reivindicó la acción en declaraciones al diario Express Tribune. Según Ehsán, el ataque fue llevado a cabo por una facción local llamada Junud-e-Hafsa en venganza por los bombardeos de aviones no tripulados de EEUU (drones) en las conflictivas regiones tribales paquistaníes y la reciente muerte del número dos de los talibanes, Waliur Rehmán, a causa de uno de ellos. "Esto servirá para que la comunidad internacional entienda cuáles son nuestros sentimientos por la muerte de nuestros combatientes", subrayó el cabecilla insurgente. El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, condenó el atentado mediante un comunicado y afirmó que "este tipo de actos crueles e inhumanos no serán tolerados" y que "se emprenderán los esfuerzos necesarios para hacer de Pakistán un lugar seguro para turistas". El escenario atacado está encuadrado dentro de la provincia de Gilgit-Baltistán, perteneciente al territorio histórico de Cachemira, región que la India y Pakistán se disputan desde su independencia del Imperio Británico, en 1947. En Gilgit-Baltistán confluyen tres importantes cadenas montañosas -Himalaya, Karakorum y Hindukush- y es la zona más tranquila en el inestable Pakistán pese a tener una vasta presencia militar, sobre todo en las áreas cercanas a la India. La región acoge a la mayor cantidad de los escasos turistas extranjeros que visitan el país asiático, principalmente montañeros. El icónico Nanga Parbat es tras el K2 el pico más alto de Pakistán y uno de sus cinco ochomiles. La violencia es constante y de diverso signo en Pakistán, donde opera una miríada de grupos talibanes, yihadistas y buscan refugio miembros de la red Al Qaeda, y en el pasado se han registrado varios ataques contra ciudadanos extranjeros. Los atentados contra turistas, sin embargo, no son tan habituales y tampoco lo es la forma en que se ha actuado esta vez, que guarda un patrón similar a asaltos lanzados por la insurgencia talibán contra hostales de extranjeros en el vecino Afganistán. Islamabad, Pakistán